XXII

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El timbre sonó despertándome de mis pensamientos.

Era la hora de la verdad, debía controlarme.

Me levanté del asiento y recogí mis cosas. Noté que Marcus ya me esperaba con la mochila puesta.

Me colgué la mochila y ambos salimos del aula.

Nos encontramos con Alan a la salida.

—¡Ey chicos! ¿Vamos juntos a casa? —. Iba a responderlo mas Marcus se me adelantó.

—Lo sentimos Alan, hoy tenemos prisa —. Respondió con una sonrisa, posó su mano en el hombro del rubio — Tal vez mañana —.

—Oh... —.

—¡Por cierto! ¿Qué te parece que el domingo quedemos todos con unos amigos míos? Que venga también tu novia si quieres —. Añadió, Alan asintió más animado.

—Claro —.

Tras eso nos fuimos del instituto para empezar a caminar por la calle hacia mi casa.

Los coches pasaban por la carretera, yo mantenía mi vista fija al suelo. Marcus caminaba a mi lado observándome.

—Miau~ —. Elevé la mirada de inmediato. Cerré mis puños mirando a aquel felino de pelaje blanco con manchas color carbón escabullirse en un callejón al lado de un basurero.

Mi pulso empezó a fallar. Si ahora mismo me acachaba y usaba mi pierna para tirar a Marcus me daría tiempo a correr hacia el callejón y estrangularlo antes de que él venga.

Sonreí sin poder evitarlo.

Realicé la maniobra tirándole de inmediato, este dio un quejido.

Corrí hacia el callejón.

—¡Espera Alexander, no! —. Exclamó, yo lo ignoré.

Me lancé a por el gato, que me arañó las manos tratando de escaparse, lo agarré del cuello y empecé a sonreír, se sentía bien.

—¡Alexander!—. Lo ignoré.

Hasta que sentí su aliento en mi oreja y una presión en el cuello.

—Suéltalo —. Susurró a mi oído, Marcus acercaba el filo de la navaja a mi cuello.

—¿Qué haces? No tienes idea de como us—. La posó en mi garganta, tragué saliva de forma seca y solté al gato, que escapó tras toser.

—Uf... —. Suspiró retirando la navaja, lo miré molesto.

—¿¡Pero qué haces idiota!?—.

—¿Ha funcionado no? Eso es lo que importa —. Respondió guardando la navaja, fruncí el ceño.

Marcus se levantó y me extendió su mano.

La tomé y me ayudé a levantarme.

—Mamá me enseñó a usar una navaja, para defenderme si me ocurriera algo —. Sacó de su mochila otra navaja — Yo también tengo la mía —. Me sonrió — Quiero saber usar armas porque de mayor quiero ser policía... O del FBI —. Rodé el ojo molesto.

—Que profesión más tonta —. Marcus me sacó la lengua mientras guardaba su navaja.

—A mí me gusta, quiero vengar a mi padre —. Ladeé la cabeza— Él murió asesinado, y no se supo el culpable —. Tragué saliva.

Espero no haberlo matado yo, durante mi vida he matado cinco adultos, dos niños e innumerables animales.

¿Del FBI? Esos son unos inútiles, no tienen ni idea de como piensa un criminal.

✖El Amor No Existe✖ (BL) (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora