✖El Amor No Existe✖ (BL) (Finalizada)

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{Atención :V esto no es un aviso de hard que os veo (͡° ͜ʖ ͡°) es un aviso de que este cap contiene redacciones sádicas y sangrientas, si eres vulnerable a esto te aconsejo leer hasta donde creas que puedes uwu}

8 años

—¡ALAN!—. Gritó el azabache sacudiendo su brazo en el aire para que el rubio lo divisara a lo lejos.

Mas Alan ni siquiera me miraba, estaba sentado en el bordillo de siempre, pero con la cabeza agachada.

Me acerqué a él y me senté a su lado.

—¿Qué haces bobo? ¡Vamos a jugar! Antes de que anochezca y tenga que irme a casa—. Añadió el infante sacudiendo levemente al contrario— ¿Alan?—.

— A-Alex... Mi mamá está mal—. Susurró con la voz entrecortada.

—¿Cómo? ¿Qué la pasa?—.

—Está enferma, estoy asustado Alex, n-no quiero que la pase nada —. Añadió. El azabache elevó la mirada contraria sosteniendo su cabeza entre sus manos. Se encontró con la azul mirada de Alan llena de lágrimas, Alexander suspiró... Por otro lado Alan miró su ojo derecho horrorizado.

Alexander limpió sus lágrimas y lo abrazó.

—No te preocupes, seguro se recupera... Las personas buenas se merecen cosas buenas, verás que todo sale bien—. Respondió, Alan lloró un poco en su hombro.

— G-Gracias, Alex—. Este acarició sus cabellos rubios, Alan acabó separándose — ¿Q-Qué...?—. Empezó a decir acariciando la mejilla del azabache, cerca de donde estaba su ojo.

—Madre se enfadó porque le hice daño al perro al tratar de defenderme... Y como le di en el ojo, ella me quitó el mío —. Respondió apoyando su mano sobre la de Alan.

—¿Entonces ese ojo...?—.

—Me lo compró Sophie, es de cristal —. Respondió el niño con una sonrisa sincera.

— E-Es muy bonito —. Dijo acariciando de nuevo su mejilla mirando aquel ojo de iris carmesí, era idéntico a uno de verdad... Solo que brillaba mucho más a la luz del sol y de cerca se notaba que era artificial— ¿Pero por qué rojo?—.

—¡Me gusta mucho el rojo! Es mi color favorito—. Respondió con ilusión — Y si tu mamá está enferma no deberías estar aquí, ve a verla anda—. Alan negó.

—Papá me dijo que saliera a despejarme del tema—. Alexander sonrió despeinando sus cabellos.

—¡Pues entonces juguemos! Traje una pelota que me dio Sophie en secreto—. Dijo el azabache sacando del bolsillo del pantalón una pequeña pelota roja.

— P-Pues juguemos—. Dijo tímidamente Alan.

Esa tarde fue la última que tuve de inocencia y felicidad.

Lo recuerdo como si fuera ayer, eran las 6:30 pm cuando se escuchó en la mansión el frío sonido de un cristal rompiéndose.

Provenía del salón, lo único que escuché fue un grito de tono grave. Bajé las escaleras sin posar en el suelo los talones de mis pies.