Estoy rodeada de fuego, pero todo se encuentra oscuro. Risas y gritos acompañan mi temor, la piel se me eriza mientras corro tratando de escapar, pero siempre estoy en el mismo lugar.
-Estoy muerta, pero no acabada- Escucho una voz con ecos acompañada de risas. Esa voz tan conocida aunque no se de quien se trata.
Sacudidas me hacen despertar de ese extraño sueño...
—¡Mami!— Exclama mi hija Lili moviéndome de un lado a otro —Despierta que se hace tarde—
¡El colegio!
Me tiro de la cama en un segundo, beso la frente de mi hija y me meto al baño.
—En 5 minutos estoy lista cariño espérame—
Había olvidado por completo que tengo la responsabilidad de llevar al colegio los niños.
Es normal que olvides todo si te la pasas pensado en el idiota de Daniel. Espero que ya se haya marchado de casa como dijo que haría.
Decidió irse él de casa para que yo no regresara a Los Ángeles, o mas bien para que no me vaya con Valentina. Eso quiere decir que podrá verla cuando quiera y yo por siempre estar aferrada a él.
Estaba en la ducha y el agua corría por mi cuerpo cayendo como hielo, me hacía recordar lo igual de frío y distante que estaba Daniel, esperaba por lo menos una disculpas por todo lo que me dijo, pero no se arrepiente nada. Ya no le importo y eso me destruye.
Los sollozos de Valentina me hacen volver de mis pensamientos, enseguida se convierten en gritos.
—Sostenla un rato— Grité a Liliana desde la ducha —Ahora salgo—
Segundos después los gritos pararon y terminé de mi maravillosa y a la vez tormentosa ducha.
Al salir me encontré con la persona que menos deseaba en ese instante. Mi Daniel.
Juega con Valentina y se ve tan feliz que no se ha percatado de que estoy aquí. Es una imagen tan hermosa.
Sus ojos se dirigieron a mí y los míos a él, ambas miradas chocaron mientras mi corazón latía con mucha prisa.
—Buenos días!— Dijo seco.
—Hola— Respondí de igual manera sosteniendo la toalla con fuerza... Me duele tanto esta situación, y pensar que antes iba a besarle y ahora solo un simple "Hola"
—Vendré en la noche por mis cosas—
Eso terminó de destruirme, pero es lo mejor. Después de lo que me hizo me duele verlo tan cerca de mi, me molesta hasta su respiración.
—¿A dónde iras?— No Masiel, que no se note tu preocupación.
—Con Sergio y Rocío hasta que vea lo de un departamento nuevo—
No maldición, esta es tu casa, tú tienes que estar aquí y yo lejos.
—Me alegro—
—Gracias— Dicho esto salió de la habitación.
No quiero ni deseo pensar en él, debo enfocarme en superarlo. Decir que quiero "olvidarle" es demasiado, pasé momentos maravillosos a su lado y me regaló lo más hermoso: mi nena. Entonces no quiero olvidar nada de eso, solo superar esta etapa y seguir adelante.
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Mi Cuñado Y Yo [+18 ©]
RomanceMasiel González una mujer de 29 años, con una maravillosa familia y una vida ejemplar, pero cansada de la rutina. Su vida cambia cuando un mal día aparece Daniel Ortiz, SU CUÑADO. Llevando consigo un pasado lleno de peligro. Amor, pasión, ternura, e...