Te amo

3.8K 275 15
                                    

Mis manos, mis piernas, todo mi cuerpo se descayó en ese momento, nada de mi funcionaba, mis palabras no fluían y mi corazón se detuvo.

-¿Que dijiste?- pregunte con lagrimas en los ojos

-cariño lo siento mucho-

-¿Donde esta?-

-No lo se solo me dijeron cuidados intensivos-

Dicho esto, me levante y corrí por los pasillos del hospital, las personas me miraban sorprendidas, yo corría sin importar a quien me llevara por delante, revisaba cada letrero de aquel hospital en busca de esa sala. las lagrimas no paraban de salir y solo me preguntaba:

¿Cuanto mas tenia que sufrir?

Me adentre en un pasillo que decía ¨cuidados intensivos¨ y busque por cada habitación a mi Daniel, por los nervios y desesperación que llevaba nadie había intentado detenerme. llegue hasta la habitación 32 y allí lo vi.

Estalle en llanto al verlo, sus ojos cerrado, conectado a varias maquinas, su cuerpo con cables y llenos de moretones. lo miraba desde una ventana de la habitación, quería entrar pero no se si aguantara verlo así. Mis lagrimas seguían fluyendo como agua, me recosté de la ventana y me deje caer.

-Señorita, no puedo estar aquí- dice un señor acercándose, al parecer trabajador del hospital

-Ni usted, ni nadie lograra sacarme de este lugar- dije secando mis lagrimas

Este me tendió una mano para ayudarme a parar y lo acepte, su cara se notaba un poco preocupado por mi. ¿Pensaría que estaba loca?.

-No haga mas difícil mi trabajo señorita, aquí no puede estar-

no sabia que decirle, no quería separarme de Daniel, aquel hombre se veía tan gentil que tampoco quería causarle problemas.

-¿Se ha enamorado usted alguna vez?- pregunte

Me miro y sonrió.

-Estoy bastante enamorado de mi esposa- dijo sonriendo

Busco en su bolsillo, saco su cartera y me mostró una foto de una bella mujer y una dulce niña.

-Ella es Tania mi esposa- dijo señalando la foto

-¿La ama?- pregunte

-Es mi todo- se limito a decir

-Y cuando Tania esta enferma, ¿Que hace usted?-

Me miro confundido, aun no entendía porque hablaba de su mujer con una extraña y yo tampoco entendía porque lo hacia, pero las palabras salían solas, estaba tan devastada que sentía mi vida irse lentamente y no supe que hacer.

-Pues, yo la cuido, no me separo ni un momento de ella y la consiento mucho hasta que se mejore- 

Le sonreí y el me devolvió la sonrisa.

-Venga- dije tomando su mano.

Lo lleve hasta la ventana de la habitación de Daniel y ambos mirábamos, el aun no sabia porque yo hacia esto, su cara era de confusión y la mía de dolor.

-OH- dijo sorprendido -¿El es tu tania?-

-SI, EL ES MI TANIA- conteste

Estalle en llanto, mirar a Daniel así me destruía. El señor me abrazo y yo con toda la confianza correspondí a su abrazo. Saco un pañuelo y me lo entrego.

-Lo siento mucho- dijo y sus ojos se enrojecieron -A ese chico lo ingresaron en esta tarde y por lo que pude ver, estaba muy mal. sangraba mucho y hasta ahora no lo he visto despertar.

-¿Ahora entiende?, no me quiero separar de el-

-Pero usted también esta en mal estado- dijo mirando como me agarraba del dolor

-Sin el no quiero nada, no quiero estar bien, ni siquiera podría vivir-

-No diga eso, vera que el se pondrá bien- dijo regalándome una linda sonrisa -Hagamos algo señorita, usted vendrá esta madrugada y la dejare entrar a verlo-

-¿haría eso por mi?- dije sonriendo

-Creo que usted también lo haría por mi- 

En ese momento me gano la emoción y lo abrace fuerte. El me abrazo y mis lagrimas volvieron a salir.

-Mi nombre es Masiel- le tendí la mano -siempre estaré en deuda con usted-

-Mi nombre es Hector- dijo aceptando mi mano. 

Salí de aquel lugar y cruce nuevamente los pasillos del hospital, esta vez iba mas calmada.              Llegue hasta mi habitación y cuando entre me tope con la cara de Helena y Diego.

-Manita- corrió Helena para darme un gran abrazo. -Tu madre nos contó lo que paso con Daniel, todo estará bien.

Llore, llore y llore. Era tan irreal todo lo que estaba pasando, primero yo y luego Daniel. Aun no se que había pasado pero estaba 99% segura que la muñeca tenia algo que ver y como sea así juro que la mato.   

Helena me soltó y luego Diego llego a abrazarme, estaba molesta con el, pero en ese momento no tenia cabeza para pensar en el ni en nadie. Mi cabeza solo daba vuelta y trataba de comprender y asimilar cada cosa que estaba pasando.

-Masiel sabes que cuentas conmigo para lo que sea- dijo Diego

-Todo saldrá bien- repitió Helena

-Por favor déjenme sola- dije secando mis lagrimas

Ellos solo me miraron sin entender, Helena se acerco.

-¿Estas segura?- pregunto 

-Si, déjenme sola- 

Ambos asintieron y salieron de la habitación.

Me recosté y volvió el llanto, hasta que me quede dormida.... Al despertar mire el reloj y eran las 1: 53 am, al fin ya era de madrugada. salí de la habitación recorrí los pasillos que se encontraban vacíos hasta llegar al pasillo donde estaba Daniel.     

Llegue y vi al señor Hector quien me sonreía.

-No haga mucho ruido- dijo abriendo la puerta -Tampoco se tarde mucho, los doctores siempre pasan a las 4 am- asentí y entre.

Fui hasta su cama y mis lagrimas salieron, me recosté a su lado y acaricie su cabello, bese su frente. 

El tiempo pasaba tan pronto que no me daba cuenta hasta que Hector entro.

-Señorita, tiene 5 minutos- 

Maldije al saber que tendría que separarme de el otra vez.

-Amor, te prometo que volveré mañana- le dije besando su frente -TE AMO- me dispuse a salir de la habitación.  

-También te amo princesa- escuche

Mi Cuñado Y Yo [+18 ©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora