Una gran tristeza esta dibujada en la cara de Daniel, rápidamente sus ojos empiezan a ponerse rojos y lágrimas caen de ellos.
-¿Por qué no me dijiste nada?- dice, pero su mirada cambio y ahora me mira con resentimiento
-Tu me pediste que me alejara de ti y eso incluía al bebé-
-Maldita sea, pero tenia derecho de por lo menos saber- grito, desconsolado
Apenas empezó esta discusión, el doctor salió de la habitación
-Yo también tenía derecho a saber el peligró que corría a tu lado-
-Era mi hijo y ya no esta- dijo sentándose una silla.
Las lágrimas caían de nuestros ojos, era inevitable. Ni siquiera pude llegar a tenerlo en mis brazos, no pude cuidar de el, pensar en eso me destroza por dentro.
-También era mi hijo, a mi también me esta doliendo-
Se quedó un momento tranquilo, luego veo como se levanta, levanta la silla en la que se encontraba sentado y la tira contra la pared.
-Daniel, cálmate- grito intentando levantarme, pero el dolor me frena.
Me mira y sus ojos están llenos de dolor, se acerca a una bandeja con algunos utensilios médicos los agarra y también lo avienta contra la pared. Esta pateando todo y yo solo lo veo y lloro, esta devastado. Se deja caer lentamente al suelo, lleva sus rodillas hasta su rostro, esconde su cabeza dentro de ellas y llora como un niño.
No soporto verlo así, como puedo y llena de dolor me levanto de la cama y camino hacia el, me tiro en el piso con el, lo abrazo fuerte y ambos lloramos.
-Esta muerto por mi culpa- dice en un hilo de voz
-No es tu culpa, las cosas pasan por alguna razón- digo levantando su cabeza - Todo estará bien cariño-
-Para ti es fácil decirlo- se levanta - Tu siempre has tenido todo, yo en cambio tuve que ver a mi madre morir sin poder hacer nada, mi padre siempre me odio, perdí a mi hermano y ahora también pierdo un hijo que ni si quiera sabia que tenia- me gritaba y mis ojos no paraban de llorar -Tu sigues siendo una niña de cristal, que piensa que su maravilloso mundo es perfecto y que todo siempre sale bien-
Sus palabras aparte de dolerme, me enfurecían
-Maldita sea Daniel, como se te ocurre decirme esto ahora- me levante y me acerque a el -Yo nunca tuve lo que quise. ¿Quieres escuchar mi historia?, pues toma asiento-
-No estoy para eso ahora- bufo
-Para ti soy una niña de cristal, ahora me escuchas - Me case con tu hermano cuando apenas tenias 18 solo para huir de mi casa, nunca tuve lujos si quería vestirme tenia que trabajar por ello, cuando cumplí 20 años tuve mi hija y tu hermano no estuvo para acompañarme porque estaba con su otra mujer, cuando la niña nació a los 10 días tuve que dejarla con mi madre porque tenia que salir a limpiar casas para darle de comer, tu hermanó no se ocupo de nosotras hasta que cumplió 2 años. Cuando logré terminar mi carrera, busque trabajo y no encontré nada, hasta que con la ayuda de mi madre instale mi propia empresa. Eso me hizo llegar hasta donde estoy ahora. Me enamore del idiota de mi cuñado quien me acabo de dar cuenta es un hombre inmaduro que no enfrenta sus problemas-
Sus ojos se vuelven a inundar
Se acercó a mí, intento besarme pero lo detuve. Me llena de ira saber que todo lo quiera solucionar con palabras bonitas, aunque me encanta que lo haga, pero no.
-Vale princesa, lo siento, perdóname por todo lo que te he echo- acaricio mi mejilla-
-Quisiera matarte, pero no tengo fuerzas- caí a sus brazos de un pequeño mareo.
-Me matas luego, ahora vamos a descansar- dicho esto me cargo como si fuera niña pequeña y me llevo hasta la camilla.
Ambos nos acostamos, este me miro y se dibujo una sonrisa en nuestras caras, intentamos cerrar los ojos, pero la puerta abrió dejando ver a Diego con un enorme ramo de flores en las manos. Daniel lo miro y era evidente que no se agradaban mucho.
-¿Que ha pasado aquí?- dice Diego mirando el desastre que estaba en la habitación
-un pequeño terremoto- le dije sonrriendo
-Mira! son para ti- dice pasándome las flores.
-Gracias están hermosas- conteste
-Ni tan lindas- dijo Daniel entre los labios
-DANIEL- dije en forma de regaño
-Pues por eso justamente no son para ti-
-DIEGO-
-Tampoco aceptaría algo de un estirado como tu-
-DANIEL-
-Pero creo que tengo mas educación que tu-
-DIEGO-
-Pues si es así, la dejaras en tu casa porque no la veo aquí-
-YA CARAJO- grite -Si se van a pelear se van los dos-
Evidentemente se odian, pero yo sinceramente no estoy para aguantar que se estén peleando, en mi vida están pasando cosas bastante inusuales y necesito pensar que sera de mi después de esto, ya no se trata simplemente de amor y romance, se trata de cuidar el bienestar de mis hijos, de Daniel y el mio.
-¿como esta el o la pequeñita?- dice Diego acariciando mi vientre.
En ese momento un nudo se formo otra vez en mi garganta y una lagrima rodó mi mejilla. Diego solo asintió y entendió lo que paso. Me dio un gran abrazo y seco mis lagrimas, Daniel por otra parte lo miraba y quería arrancármelo de encima.
-vale, ya te puedes ir, como vez ella esta mejor- dice Daniel
-Me voy porque tengo cosas que hacer no porque tu quieres-
-si, si, si, como tu digas pero ya vete-
Yo solo reía la verdad no era placentero verlos así pero era muy cómico ver los celos de Daniel.
-Adiós pequeña cuídate mucho, vengo a verte mañana- dice Diego dando un beso en mi mejilla
-No hace falta que vengas, nosotros te llamaremos- dijo Daniel
-Ni tu te soportas cabrón- respondió Diego saliendo de la habitación
-VALE MAMI, TAMBIÉN TE QUIERO- le grito Daniel
Cuando este salio, vino Daniel y se acostó a mi lado, yo lo mire con enojo y el sabia que era por a ver tratado así a Diego, el solo me miro, beso mi frente y sonrió, ¿como enojarme con esa dulce sonrisa? la verdad ya me trae boba.
Estábamos a punto de dormir pero este me despertó y se pego a mi oído
-Prométeme que me darás un hijo algún día-
sonreí -Te lo prometo cariño- bese sus labios, lo abrase y nos olvidamos del mundo.
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Mi Cuñado Y Yo [+18 ©]
RomanceMasiel González una mujer de 29 años, con una maravillosa familia y una vida ejemplar, pero cansada de la rutina. Su vida cambia cuando un mal día aparece Daniel Ortiz, SU CUÑADO. Llevando consigo un pasado lleno de peligro. Amor, pasión, ternura, e...