Nove.

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POV'S Jessica

Lo odiaba. Lo odiaba.

Durante los tres años que llevo trabajando en esta empresa había tratado de evitar todo contacto con mi jefe, pero siendo su asistente eso era una tarea imposible, lo que me llevó a tener que convivir con él—y con sus amantes— y terminar... bueno, no odiándolo pero tampoco sintiendo una gran simpatía por él. Pero ahora, justo ahora, lo estoy odiando por arrastrarme a su absurdo capricho de querer acostarse conmigo.

¿Acaso no hay más mujeres en el mundo? ¿Y por qué yo?

Esa era una de las preguntas más frecuentes que me hacía, ¿Por que yo de entré tantas modelos, actrices, cantantes e hijas de ricos magnates? Lo que me hace pensar aún más que esto es simplemente un capricho de un hombre rico y poderoso.

Íbamos en completo silencio en su auto—cosa que yo no quería, pero mi hermana me convenció— y yo no estaba dispuesta a romper el hielo así que mi jefe y mi hermana se enfrascaron en una conversación en la cual yo no estaba interesada en formar parte.

— Así que tú eres la hermanita de Jessica— le dijo a mi hermana mientras arreglaba el retrovisor de su carro. Odiaba la forma en que mi nombre sonaba al salir de sus labios.

— Si— dice mi hermana con una sonrisa boba en sus labios y tengo que reprimir las inmensas ganas de golpearla por dejarse llevar por la belleza del Playboy que está a mi lado.

POV'S Ares

Dios, líbrame de la tentación. Amén.

Cuando obligué a Jessica a subir a mi auto junto con su hermana nunca pensé que llevarla en mi carro supondría una gran tortura para mí. Le pedí que subiera conmigo en la parte del copiloto y a regañadientes, aceptó.

El silencio en mi auto era realmente ensordecedor así que recurrí a mis dotes de encantador para sacarle conversación a su hermana, pero mis ojos después de viajar al rostro dulce y angelical de su hermana viajaron hacia ella y agradezco a Dios que estuviera mirando por la ventana porque de lo contrario se daría cuenta de mi mirada morbosa recorriendo su cuerpo y deteniéndome en sus piernas. Específicamente en la parte donde su falda se sube dejando a la vista parte de sus muslos, y tengo que reprimir las ganas de posar mis manos sobre ellos.

¡Dios! ¿Como es que no me había dado cuenta antes que estaba trabajando con una mujer como ésta?

¡Claro! Ella tenía que agacharse con ese hermoso y redondo trasero para que yo me diera cuenta del bombón que tengo por asistente.

— ¿Podría mirar la calle en vez de estar mirando mis piernas?— pregunta mientras me fulmina con la mirada y su hermana ríe.

— Podría... pero no quiero— la reté.

— Si no lo hace va a matarnos.

Ok, ella tenía un punto. A regañadientes puse mi vista en la calle. Unos quince minutos más tarde ya estábamos frente al edificio en donde se desarrollaba la famosa revista Men&Style. Al bajar, Jessica y su hermana me siguen de cerca hasta lo que parece ser la recepción. Cuando llegamos nos recibe una pelirroja teñida y debo decir que no le caí bien porque a penas me vio me fulminó con la mirada.

— Buenas— saludé— ¿podrías comunicarnos con Stella?

La pelirroja teñida tenía la mandíbula tan apretada que por un momento temí que se le hubieran roto varios dientes.

— Vienes aquí después de seis meses y eso es lo único que me dices— espetó con los dientes apretados, tratando de contener la rabia.

¿De que diablos estaba hablando esta mujer?

La Seducción De AresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora