POV'S Ares
Después de aquella maravillosa masturbada, Jessica salió corriendo del baño como un ratón asustadizo.
No podía dejar que se fuera así. No quería dejar que se fuera, así que de la manera más rápida que pude tomé una toalla y la envolví en mi cadera para salir tras ella.
— ¡Jessica, espera!
La vi salir corriendo escaleras abajo. No la dejaría huir, no esta vez.
Corrí lo más rápido que pude, alcanzándola en un santiamén.Ella estaba a punto de cruzar la puerta cuando la tomé fuertemente del brazo y cerré de un portazo.
— Suéltame.
— No. No dejaré que te vayas así de nuevo. Además, estás completamente empapada.
Me miró irritada e intentó zafarse de mi agarre nuevamente.
— Y a ti que más te da.
Suspiré ya cansado de toda esta mierda de situación en la que estaba envuelto por culpa de Jessica y su atrayente personalidad.
— ¿Por que siempre qué pasa algo entre nosotros tratas de huir?— pregunté desesperado. Necesitaba saber eso; era devastador cuando pasaba algo íntimo entre nosotros y ella simple huía de mí como si yo le diera asco... lo cual—con todo el dolor de mi alma—era cierto. Eso me estaba devastando porque estaba enamorado como un completo idiota. Estaba enamorado yo solo, de nuevo. ¿Hasta cuando iba a aprender?
Me miró consternada, como si le hubiera hecho la pregunta más difícil de su vida.
Suspiró.
— Porque ambos sabemos que no debería pasar. Ambos sabemos que está mal.
Apreté mis labios. Ella tenía toda la razón, pero yo no podía evitarlo.
No podía evitar sentir celos cada vez que le regalaba a Kyle la atención que yo quería de ella. No podía evitar que mi corazón revoloteara como estúpido al escucharla decir mi nombre. No podía evitar sentir mariposas en el estómago cada vez que me decía que estaba preocupada por mí. Simplemente no podía evitarlo.
No podía evitar que mis sentimientos por ella fueran más allá de lo carnal.
— ¿Si está tan mal, entonces por qué se siente malditamente bien? Sí, está mal ¿y qué más da?
No sabía en realidad qué decir. Estaba desesperado por que se quedara conmigo amándome toda la noche y si es posible, la vida entera. Pero sabía que estaba pidiendo demasiado y que yo estaba simplemente destinado a fracasar en el amor.
— ¿Cómo que "y que más da"?— dijo alterada— pues da que me voy a casar dentro de dos meses con el hombre que amo y que no debería estar ni siquiera aquí.
Me dolió escuchar "el hombre que amo".
Solté una risa burlona.
— ¿De verdad amas a Kyle?— me cruce de brazos y enarqué una ceja— porque no lo parece.
Me miró rabiosa. Yo solo me acerqué más a ella y la aprisioné entre mi cuerpo y la puerta.
— Sí, lo amo— dijo muy segura de sí misma—. Además, ¿eso a ti que te importa?
— Me importa porque si de verdad lo amaras no te retorcerías con mis caricias, no suspirarías con mis besos... no sentirías esa fascinación y placer al tocarme y sentirme tan sumiso... tan tuyo.
— No sé de que...
Solté una risa baja y carente de humor.
— Por favor, Jessica— bufé— ¿crees que no veía al morbo y la fascinación en tus ojos cuando me tocabas? ¿Crees que no percibí como crecía tu excitación con mis gemidos? No soy estúpido— escupí en furia.
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La Seducción De Ares
RomanceAres. Y no, no hago referencia al Dios de la guerra aunque, debo agregar que es todo un Dios griego. Hablo de Ares D' Angelo, el ingeniero, empresario y soltero italiano más cotizado de todos los tiempos y por si fuera poco, mi sensual jefe. Todas...