Capítulo 29: se llama miedo

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Dejó un beso en mis labios y sobre su hombro me quede dormida.

Me desperté sola en la cama y pensé en todo lo que había pasado ayer y concretamente en lo último que hablamos por la noche.

¿Estaba preparada para ser madre?

Creo que nunca lo estamos, ahora mi decisión era si quería serlo ya o esperar.

Sin levantarme de la cama cogí mi móvil que estaba en mi mesita de noche cargando, supongo que lo habría puesto Fernando, ya que anoche lo dejé en el salón.

Había varios mensajes de mis padres e incluso de María, pero pasé de ellos y fui directamente a instagram para despejarme y perder un poco el tiempo antes de levantarme.

Fernando había subido una foto hace menos de una hora y llamo mi atención.

@fernandotorres

Pase lo que pase, venga lo que venga vas a seguir siendo mi mayor acierto

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Pase lo que pase, venga lo que venga vas a seguir siendo mi mayor acierto. Siempre vas a a ser la primera y última persona que vea en el día y que mi prioridad es tu felicidad. Te amé, te amo y te amaré ❤️ #deotromundo

@saulniguez todo mejorará niño 😊

@ft9team ¿que ha pasado?

@marcoasensio10 que buenos despertares 😎

@_____ siempre contigo ❤️ #deotromundo

(...)

Tras una hora con el móvil en redes sociales decido que ya es el momento de abandonar la cama.

En mi camino al baño me hago un moño alto para no mojarme el pelo. Tras lavarme la cara y ponerme crema en la cara me miro en el espejo y levanto mi camiseta. Observó mi estómago, poco más de un mes y no ha cambiado.

¿Que hacemos? Me pregunto mientras pasaba mi mano derecha por el estómago. No tardó en negar delante del espejo, bajar mi camiseta y salir del baño que hay en nuestra habitación y poner rumbo al piso de abajo para desayunar algo, aunque fuesen casi la una.

Lo mejor de que fuera tu propia casa es que podía andar descalza y comer sentada en la encimera sin que hubiera alguien riñéndome por ello. No había nada mejor en verano que comer en la fría encimera con un bol de cereales y leche fría. Todo muy sano y muy normal, nótese la ironía.

El ruido de la puerta hizo que quitara mis pies de uno de los taburetes que teníamos allí. No tarde en ver el pelo rubio de Fernando aparecer por la cocina, venía con una gran sonrisa y me tranquilizaba verlo así.

Se acercó a mi y se posicionó entre mis piernas y me dio un largo beso al cual le correspondí.

- ¿mejor? - asentí.

- ¿que tal con las pruebas médicas?

- perfecto y listo para irnos de vacaciones - lo mire extrañada, debido a que no habíamos vuelto hablar de las vacaciones desde antes de que terminara la Eurocopa - comemos y nos vamos.

Sweet Creature | Fernando Torres - 2ªparte de SWMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora