18: Confusión y Perplejidad

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Sombra Tormentosa siguió rápidamente a Manto Rocoso. El gran gato tenía a Destello Rojo agarrada firmemente. Esta trataba de arañar la cara del guerrero sin éxito. Era hora de salvarla. El gato negro tensó sus músculos para saltar, cuando de pronto un montón de peso lo aplastó contra el suelo. Sombra Tormentosa rodó para quitarse a su enemiga de encima, sin embargo esta se apartó velozmente.

-No puedes pararme.-murmuró.

Era Estrella Leonada. Sombra Tormentosa miró sus garras. Estaban impecables. Toda la pelea la había hecho con uñas envainadas. No quería matar otra vez. Pero lo había hecho. Había asesinado a Estrella Leonada. Por suerte, todavía tenía vidas.

-No...No quiero hacerte daño. No te acerques.-le advirtió el macho.

-Yo sí. Voy a vengar a Nublo...

-¡Yo ya sé qué quieres! ¡Pero no fue mi intención hacerlo! ¿¡Entiendes?!-chilló el gato.

-De todas formas, lo hiciste.

-No esperaba que comprendieras.

Sombra Tormentosa huyó, olvidando a Destello Rojo, la venganza de Garra Veloz y la batalla en sí.

                                                 - - - -

Garra Veloz le propinó un zarpazo a uno del Clan Rojo, aturdiéndolo. Había llegado hace no mucho junto a Frondoso, Zarpa de Hojas, Zarpa Nublosa y Zarpa de Pino, ya que habían escuchado el fragor de la batalla mientras cazaban. Al guerrero blanquinegro le sorprendía que el ruido no llegara hasta el campamento.

-¡Tú!-exclamó una voz por encima de la conmoción.

Era una linda gata marrón de ojos verdes.

-¿Cómo pudiste hacerle eso a mis pequeños?-tuteó la hembra, enfocando su mirada en los ojos del guerrero blanquinegro.

<<Me está hablando a mí.>>

-Tú...Tú los liquidaste.

Confusión y perplejidad inundó la mente de Garra Veloz.

-Eh...yo...

De pronto, la gata se abalanzó sobre él. Sus garras eran afiladas como espinas, y sus dientes se clavaban hasta lo más profundo de su hueso. El macho intentó contraatacar, tropezando torpemente y cayendo al suelo. Era una de las gatas más fieras con las que había combatido. Miró alrededor, buscando ayuda. La iracunda hembra le dio un fuerte golpe con sus patas traseras. Clavó una de sus garras en su barriga, haciendo que su pelaje blanco se tiñiera de rojo.

-¡Arghhh!-gruñó Garra Veloz.

-No te atrevas a tocar a mis parientes nunca más.

La cabeza del guerrero tocó la tierra, y todo daba vueltas.

-Todo esto es una...una...confu...sión.-farfulló el macho.

Todo se estaba volviendo negro. ¿Acaso moriría así?

#3: Lago OscuroWhere stories live. Discover now