10: Compañeros

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Carbón observaba la Asamblea desde su granja. Estaba muy feliz por Cola Manchada y Patas Rojas, pues le habían comunicado que iban a tener cachorros.

El gato negro suspiró profundamente. Sentía que no había pasado mucho desde que había encontrado a Cola Manchada, en ese entonces, Manchas, dentro de una cajita. También había encontrado allí a Corazón de Naranjo. Ambos se habían vuelto buenos guerreros. Pero, ¿qué había ocurrido con Zarpa Tormentosa, su verdadero hijo? No había recibido señales de él desde que había venido con una gata del Clan del Viento.

<<Seguro ya es un guerrero fuerte y noble. Me vendrá a visitar pronto.>>pensó.

De pronto, escuchó unos desesperados maullidos. Carbón trepó por el heno, asomó su cabeza por la ventana y vio a una bella gata gris que era perseguida por unos gigantescos zorros. El gato negro bajó de un salto y aterrizó sobre una de las bestias. Le propinó un par de zarpazos y luego se acercó hacia la desconocida, que ahora estaba escondida entre un arbusto.

-¡Por allí!-exclamó Carbón, señalando un pequeño hueco en la pared de la granja.

La gata gris miró a Carbón fijamente. Sus ojos eran de un verde bastante inusual. Mostraban puro terror. Finalmente, la gata se levantó y siguió a Carbón hacia el agujero. Los zorros los persiguieron, pero los gatos eran más veloces. Entraron sin ningún problema.

-Hola. ¿Quién eres?-preguntó el macho, ya adentro de la granja.

-Me llamo Esmeralda. Perdón por molestarte, pero unos perros me persiguieron. Gracias. Si tu no me hubieras abierto, habría salido herida.

-Buenos, son zorros. ¿No los habías visto antes?

-No. Soy una gata de casa. Mis dueños no me dejan salir mucho.-murmuró la hembra.

Los dos gatos se miraron a los ojos fijamente. Carbón sintió felicidad y agradecimiento recorrer su cuerpo. Finalmente había encontrado a la gata indicada. A la gata que buscaba desde que la madre de Zarpa Tormentosa lo había abandonado.

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Alondrina, una aprendiza negra y marrón de ojos azules del Clan del Viento, saltó y atrapó un ratón velozmente. Lo añadió a su montón de presas, ahora bastante alto.

-Excelente. Creo que estás lista para ser guerrera.-felicitó Corazón de Helechos, su mentor.

La gata sintió orgullo embriagándola.

-Gracias.-maulló solemnemente.

Soleado, Garra de Abeto y Raya Rauda salieron de entre los árboles junto a sus respectivos aprendices, Zarpa de Zarzo, Petirroja y Tigrillo. El último de estos parecía bastante distraído.

-Tigrillo, presta atención, ¿puedes?-siseó Raya Rauda.

Zarpa de Zarzo rió burlonamente. Soleado le dio un toque con su cola para callarlo.

-Regresemos.-ordenó Raya Rauda, la lugarteniente del Clan del Viento.

Ya en el corazón del Clan del Viento, Alondrina, Petirroja y Zarpa de Zarzo siguieron a Corazón de Helechos, Soleado y Garra de Arbusto a la guarida del líder.

-¿Cómo estuvo el entrenamiento?-cuestionó Estrella Rocosa.

El gato atigrado se camuflaba entre las rocas dado a su pelaje gris y blanco.

-Impresionante. Creemos que Alondrina, Petirroja y Zarpa de Zarzo están listos para ascender a guerreros.

-Bien. La ceremonia de nombramiento será al final del día.-comunicó el líder.

La aprendiza oscura se sentó junto a Tigrillo. El gato naranja miraba al vacío.

-¿Qué pasa?-preguntó Alondrina, apenada por el apuesto macho.

-Siento que nadie me quiere aquí. Mi propio hermano me maltrata. Mi mentora también. Todo me sale mal.-confesó.

Alondrina tuvo una rara pero eficiente idea.

-Yo seré tu mentora.-propuso la gata.

Tigrillo levantó la vista hacia la hembra.

-¿Harías eso por mí?-preguntó.

-Eso y más.

#3: Lago OscuroWhere stories live. Discover now