Nuestro Destino

Venganza

Shoto Todoroki

Después del papeleo y algunas preguntas de parte de los oficiales me dejaron salir con algunos cargos menores en mi expediente.

Ya que tuve una pelea con un pez gordo de la ciudad obviamente tendría que hacer algo para pagar mis actos, así que por un mes tendré que ayudar en la guardería pública.

- Pensé que te iban a arrestar de por vida - fue Denki quien me recogió en la salida de la comisaría, ya que mi padre estaba lo suficientemente enojado como para verme y Katsuki fue arrastrado por su madre ya que ahora ella me odia.

- Sólo tengo que hacer servicio social - bufé con cansancio y me senté de copiloto, no tenia ganas de manejar.

- Escuché que le rompiste las costillas a Monoma - dijo mientras iba manejando - Eso es genial! - Gritó asustandome lo suficientemente como para dar un pequeño salto en mi asiento.

- No grites - lo regañe - Concéntrate en manejar, no quiero morir por un accidente automovilístico.

- Esta bien - tomó compostura y siguió con su acción.

Cuando llegamos a mi casa Denki mencionó que tenía cosas que hacer así que llegaría más tarde a casa y se retiró, se que tiene algo con kirishima, se le nota a leguas, lo conozco lo suficientemente bien como para saber que le gusta Eijirou, aunque es tan tonto que ni el mismo lo ha notado.

Cuando entré en a mi casa mi padre estaba en la sala con los brazos cruzados, eso solo se significaba una cosa, mi muerte estaba a la vuelta de la esquina.

- Shoto, aún tengo algunos asuntos contigo - en ningún momento me miró a los ojos, cuando entré a la sala note que igual estaba mi madre y Fuyumi.

- Toma - mi madre estiró su brazo acercándome un papel.

- Qué es ésto? - la mire confundido.

- Léelo - mi padre se limitó a contestar.

Empecé a leer y con el primer renglón leído sabía que era algo malo, al terminar de leerlo esta enojado y a la vez un poco asustado, era una orden de restricción, los padres de Katsuki la habían pedido, ahora no podía acercarme a Katsuki.

- Y esas son las consecuencias de tus actos - mi padre me miró con furia.

- Pero aún a sido firmada la orden, todavía puedes resolver todo Katsuki - Fuyumi trató de calmar las cosas - Tienes que ir a hablar con los Bakugo.

Sin pensarlo un segundo tome las llaves de mi auto y conduje hasta la casa de Katsuki, mentalmente ya había hecho un discurso digno de un premio Nobel, pero estoy seguro que al estar frente a dos alfas tan imponentes mi cerebro haría corto circuito.

Estuve frente a su puerta por 15 segundos, me estaba arrepintiendo, nunca pensé que llegaría a ser tan cobarde, me di la vuelta para retirarme pero escuché la puerta abrirse, era Katsuki, sorprendido trato de cerrar la puerta lo más rápido posible pero me lanze para que no lo hiciera, me daba curiosidad el por qué aún no me había golpeado o insultado, cuando me di cuenta que su madre estaba observando todo.

- Yo... - trate de explicar lo sucedido, sólo sentí como fui arrojado al piso dentro de se casa y como cerraron la puerta de un golpe, su madre venía hacia mi luciendo como el mismísimo diablo.