Nuestro Destino

Cuna

Shoto Todoroki

Podía escuchar a Katsuki hablar, pero simplemente mi cuerpo estaba demasiado dormido y solo hacía ruidos extraños.

Mi cuerpo no reaccionó si no hasta que el aroma se Katsuki se hizo más tenue, se estaba alejando, rápidamente tome mi ropa y me vestí, seguí su olor hasta la puerta para salir, estaba batallando con las llaves.

- A dónde vas? - se exaltó al escuchar mi voz - Son las doce de la mañana.

- Tengo hambre - dijo cansado - Iré por algunos bocadillos.

- No - rápidamente detuve la puerta para que no saliera - Yo iré por lo que quieras.

Katsuki no titubeo ni un segundo, me dio literalmente una lista de todo lo que quería.

Chocolates, galletas, gelatina, helado, ramen instantáneo y jugo de tomate. Sabía que esto sería común en las próximas semanas, al menos hasta que entre a tercer o cuarto mes, pero si que era raro lo que pedía.

Katsuki nunca fue fan de lo dulce, mejor dicho lo odia, no soporta las cosas azucaradas, y ahora quiere atragantarse con chocolates y galletas.

No me agradaba demasiado la idea de alimentar a Katsuki con todo lo que le ocurra, ahora más que nunca debe cuidarse y tener una dieta balanceada.

Pero sabiendo como es Katsuki, seguramente me lanzaría un sartén si le pido que se cuide.

Regrese con una bolsa llena de productos, me sentía raro caminar en la madrugada, en pantuflas y con el cabello desordenado.

Al regresar a casa, Katsuki estaba acostado viendo la televisión, miró fascinado la bolsa, le pasé todo menos la sopa instantánea.

Estaba en la cocina calentando agua cuando escuché a Katsuki hablar, me azome por el marco de la puerta, la escena que vi fue una de las más hermosas que mis ojos hayan observado.

Katsuki estaba sentado, sobando su vientre lentamente y cantando una canción de cuna.

Su rostro estaba calmado y se veía apacible, era una de las pocas veces en la que podía mirar su rostro sin aquel ceño tan intimidador.

- Acaso eres un acosador? - me miro sonriente.

- Solamente los observo.

Sabía que apenas era un embrión, una pequeña masa de sangre, pero ya era una de las personas más importantes en mi vida.

Ahora que lo pienso, los síntomas no aparecieron si no hasta que nos enteramos del embarazo, era curioso, tal vez era necesario que su cuerpo y su mente se unieran para torturar a Katsuki.

- Le dirás a tu padre? - aún no sabía si decirle, claro, era su nieto, pero sería demasiado peligroso que el lo supiera, de igual manera si llegase a enterarse se que haría una fortaleza alrededor de Katsuki, era algo difícil de decidir - Sería buena idea que lo supiera, haya lo que haya hecho, el es tu padre.

- Lo sé Katsuki, es solo que, con la situación en la que estamos, es mejor que la menor cantidad posible de personas sepan sobre el embarazo.

- Tienés razón - tomo las envolturas de los chocolates y galletas y las tiró al cesto que se encontraba a lado de la cama, después se cobijó de nuevo y apagó el televisor - Tengo sueño, ya me voy a dormir, tonto.