16. Olores

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Sophie no sabía a donde más correr, andar por el bosque sola era un tanto contraproducente. Corría y nunca parecía llegar a ningún lado. Evitaba a cada animal o criatura que viera, su primer encuentro con una copia de Kelpie no había sido muy bueno, y no hacía falta pasar por lo mismo dos veces, mucho menos ahora que escapaba y era probable que no tuviera ayuda alguna si se metía en líos. Por la noche no había podido dormir, así que había continuado en un escape que se alternaba entre caminata y maratón. Estaba muy cansada y la botella de agua que llevaba en el bolso de Gvanye estaba casi vacía. Entonces, delante de ella vio una cabaña, era la cabaña de Ryan, la reconocía porque Gvanye se la había mostrado el día anterior. El sol brillaba en esplendor y quemaba como una hoguera, así que luego de contemplar la cabaña que aludía a que estaba haciendo todo mal por unos segundos decidió que iba a entrar.

Tras entrar, se encontró en un ambiente completamente, adentro, la cabaña estaba helada, lo cual era de entenderse debido a que pronto empezarían a llegar los días realmente fríos, lo inexplicable era la temperatura en el bosque, quizás en realidad el sol no estaba demasiado fuerte, sino que, Sophie lo había imaginado. De todas formas, necesitaba una excusa y un lugar para parar y, la cabaña que en algún momento le había pertenecido a Ryan, era el sitio perfecto.

Lo primero que hizo fue husmear un poco, contempló los adornos y fotografías, en una vio a Alex entre medio de Chris y Ryan, entonces, recordó su encuentro con Alex, como lo había herido y a pesar de que aquello liberó en gran manera todo el rencor, la ira y el miedo estas emociones se vieron reemplazadas por una profunda tristeza y una consciencia disconforme. No podía comprender del todo lo que estar cerca de Alex le causaba, pero sabía que no era nada bueno. ¿Y si comenzaba a sentir cosas por él? Definitivamente no podía permitirse eso, porque él era una mala persona y ella ella debía ser peor, porque tenía porte de niña inmaculada y al final resultaba ser una persona desastrosa, que no podía controlar sus actos o su mente, era peor que una persona simplemente mala, era peor que Alex.

¿Se sentía mal por apuñalarlo? Claro que sí. No obstante, suprimía a su consciencia apenada con pensamientos como era él o yo. Tras el incidente con Alex, había corrido velozmente, y se había hecho un corte importante en la pantorrilla, lo cual era nada considerado a la herida que le había propinado a él, ya que luego de eso, el dolor había sido tan fuerte, que Sophie se vió obligada a recostarse un momento entre los arbustos, y si bien no había dormido, cayó en un estado de inconsciencia que duró un par de minutos, luego de eso, la herida había desaparecido, tanto fue su asombro que creyó haber imaginado todo, pero tras ver sangre a su alrededor, posó su mano sobre la zona en la que debería encontrarse tal herida y su piel ardió como si estuviera siendo sometida por el fuego. La herida había sido real y se había esfumado de una forma surreal.

La preocupación llegó entonces como cualquier cosa mala; súper rápido. Imagino que tal vez la herida de Alex se habría esfumado para este entonces y sintió temor puesto que estaba consciente de que el no estaría nada feliz, y Alex, al igual que todas las personas que había conocido en el lugar, parecían vengativas.

Mientras tanto, mientras Sophie se lamentaba por lo que había hecho y temía a su especulado futuro en el que Alex tomaba venganza y ella, junto con toda su familia, eran torturados hasta morir, lo que estaba sucediendo en realidad era que Alex se encontraba moribundo. Sin embargo, Alex era más ególatra de lo que él mismo siquiera podía imaginar y siempre se había visto como una especie de protagonista, lo que lo alentaba a hacer lo que sea sin siquiera detenerse a pensar en el riesgo, porque a pesar de todo, sin protagonista no hay historia. Por ello, él tenía una seguridad irracional que lo convencía de que fuera lo que fuera que debiera atravesar al final siempre saldría con vida de cualquier situación.

Eso, lo motivó a no ceder ante la necesidad de cerrar los ojos y entregarse al sueño, se había movido cuanto pudo hasta que se sintió tan débil que todo lo que pudo hacer fue recargarse contra algún tronco, con los ojos cerrados, la respiración entrecortada, esperando que alguien lo encontrara. Grande habría sido su desdicha si hubiera podido ver quien venía a por él. Porque todo lo que Gvanye quería hacer era golpearlo y encerrarlo en una jaula gigante para siempre. Medio sonrió al ver su silueta recostada, supuso que estaba dormido, pero con la cautela que la caracterizaba, Gvanye se encogió, ocultándose levemente tras unos arbustos y, tras unos largos segundos, corrió velozmente para saltar sobre Alex, atacándolo y luego proceder a patearlo. Pero, al no obtener resistencia alguna, cesó luego de la tercer patada.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2018 ⏰

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