⭕Primer Lugar en los Toxic Awards 2018 en la categoría Misterio/Suspenso.
⭕Ganadora del segundo puesto de los Oscars Wattpad 2017 en la categoría Misterio/Suspense.
Al ser encerrada en un execrable y lúgubre sanatorio mental, Sophie, se resigna a te...
El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos -- Albert Einstein --
Cuando salieron de allí, Sophie sentía que algo le faltaba, su estómago estaba revuelto y sentía el recorrido que la sangre hacía en su sien. El suave contacto con el aire puro y fresco la confortó completamente. Nunca fue feliz dentro de un hospital, pero, considerando que por el momento se trataba del lugar más seguro que podía pisar se sintió bien al estar allí.
—Deberías tomar una ducha. — Gvaney se veía incluso preocupada, y su acompañante aún es ese estado, no pudo evitar preguntarse cuándo dejaría de fingir. Porque, para su desgracia lo estaba haciendo sumamente bien, y no le agradaba para nada.
—No te imaginas cuanto la deseo. — La respuesta sonó entrecortada.
—Entonces sígueme. — Si bien quería explicar que no tenía ninguna de sus pertenencias, se limitó a seguir el tono demandante, pero suave, que Gvaney le daba.
Se obligó a sí misma a dirigirse hasta un bonito cuarto de baño, que no parecía para nada a uno de hospital. Y, luego Gvaney la dejó sola.
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Cuando Ben decidió que la mejor forma de investigar dónde estaba su hermana, era buscarla él mismo, comenzó un plan para ir en busca de ella. Si nadie accedía a decirle qué ocurría, entonces lo averiguaría él mismo. El problema radicaba en que Ben solo contaba con trece años de edad, no entendía lo nocivo que era el mundo y, que nadie es buena persona.
Tenía que ir a la casa de un compañero para poder realizar una tarea escolar, y lo haría. Con esa excusa salió de su casa a las 15:50, si todo salía como él planeaba, estaría en la casa de su amigo poco después de las cuatro, y llegaría a casa para cenar. Nadie podría sospechar nada. Al llegar al sanatorio, lo notó más frío y deteriorado de lo que mostraban las fotografías. La brisa de septiembre era cálida, pero, igualmente un escalofrío recorrió su espalda al pensar en las condiciones con las que habría tenido que lidiar su hermana allí dentro. El lugar no era para nada acogedor y le angustio mucho el pensar en que podría parecerse a los sanatorios de las películas de horror en las que golpean a los locos y hacen lo que quieren con ellos, siempre buscando justificarse por la demencia de las personas encerradas y maltratadas, las verdaderas víctimas.
Tras cruzar la verja de metal pesado, acompañado por un guardia de allí, pudo ver circulando por el gran parque un montón de personas, algunas parecían estar en sus cabales, otras en cambio, parecían tan dementes como el sombrerero de Alicia. Otro escalofrío hizo un recorrido por su espalda, y comenzó a acelerar el paso hasta llegar al mostrador que se encontraba dentro del edificio. No podía soportar estar allí, solo quería saber que sucedió con su hermana, encontrarla y volver a casa con ella.
La recepcionista detrás del mostrador se encontraba absorta en la pantalla luminosa de su dispositivo móvil, parecía que lo que fuera que hubiera allí, era más importante que trabajar. Lo que provocó una pequeña reacción de ira en el pequeño, quien carraspeó, con la intención de llamar la atención de la joven recepcionista.
