Hábitos [Jookyun] ✨

U N O

La suave luz del sol entraba por las persianas revelándole a changkyun el rostro de su acompañante de la pasada noche, realmente ni siquiera recordaba su nombre, y, podría jugar que el tipo tendría por lo menos unos cuarenta años. 22 más que el.

Como pudo se levantó de la cama, pisando el suelo frio del cuarto haciéndolo sentir un escalofrío en su espalda, siempre había sido muy sensible. Levantó la vista y trato de enfocarse muy bien en el cuarto en donde se encontraba; era un motel, pues sólo contaba con la cama y una pequeña habitación que seguramente era el baño.

Le tomo unos 5 minutos reunir toda su ropa, pues se encontraba regada por toda la habitación dando prueba de que su encuentro había sido salvaje, pues tenía unos cuantos moretones en las piernas y marcas en sus caderas y, podría apostar que el dolor de su culo no era por haber bailado toda la noche en aquel bar.

Cuando se terminó de arreglar volteó a mirar a el hombre acostado en la cama, totalmente desnudo y con varios rasguños en su espalda; no le costó mucho tiempo encontrar sus pantalones y sacar su billetera.

-joder, es en cerio?!– dijo changkyun, sacando los únicos 10 dólares que tenía aquel tipo en su billetera-y ni una tarjeta de crédito– vaya mierda de cita la que se había conseguido.

En la billetera se percató de una foto de lo que parecían dos gemelas y una mujer ya adulta, asumió que debían tratarse de la familia del tipo, y por un momento se sintió mal, pues no se metía con tipos casados, no quería arruinar la familia de nadie, no quería que a alguien le pasara lo mismo que a él le pasó, pero también estaba enojado, ya se conocía ese tipo de hombres, aquellos que tenían familia y una vida "normal", pero que eran los mismos que en las noches se escapaban a bares gay y follaban con tipos que podrían ser sus hijos con el pretexto de sólo estar curiosos y de no ser "maricas", Hijos de puta.

Tomo sus cosas y salió de aquella habitación; con esta era la séptima vez en el mes en que se despertaba en un lugar que no conocía con alguien desnudo a su lado y con la cabeza apunto de reventarle por la resaca. No podía decir que estaba realmente arrepentido por esto, no le hacía daño a nadie y realmente le gustaba salir a divertirse, vivir su vida como todo el mundo debería de hacer, pero también mentiría si dijera que le encantaba despertar en aquellas habitaciones y sentirse vacío, repitiendo la misma rutina.

A lo lejos pudo ver una cafeteria, y automáticamente sintió como su estómago dolía, necesitaba comer algo y tomarse unas cuantas pastillas para la resaca.

Entro a la tienda y se pidió un trozo de pastel de chocolate y un americano, no cargaba mucho dinero pero con los 10 dolares le alcanzaría.

La mesera, una chica rubia, ojos azules y un buen culo coqueteo con él mientras le tomaba la orden, haciéndole miradas indecentes a él y a su polla. Changkyun no podía mentir, era una chica hermosa y el no era feo, sabía que era atractivo, y usualmente se aprovechaba de ello, pero a pesar de ser bisexual nunca había sentído nada más allá de un deseo sexual por alguien en su vida, y ahora con esta hambre y dolor de cabeza lo que menos le importaba era una linda mesera. La comida era lo primero y lo más importante.

Cuando su orden llego comió tan rápido que nisiquiera pudo disfrutar de el pastel, que por cierto, estaba delicioso. Tomo su café con calma y se dispuso a levantarse. Cuando se acercó al mostrador para pagar la cuenta se percató de que eran las 11 de la mañana de un domingo, si, probablemente su abuela iba a matarlo cuando volviera.

Dagato