Miraba a las personas pasar; se preguntaba cuantas se estarían despidiendo de los seres amados, cuantos se estarían reencontrando en aquella instalación, cuantos estarían escapando de sus pasados.
Jugueteó el anillo que portaba desde su cumpleaños; anillo que era la prueba física del lazo que tenía con Yuri, quién no tardaría -o eso esperaba- en aparecer por el aeropuerto. Ambos habían esperado aquel día con tanto anhelo.
Victor en más de una ocasión regresó al chat que tenía con el japonés y revisaba si era cierto que llegaría a Nueva York, pues aún no podía creérselo.
"Mi vuelo llegará en la tarde.
Estoy muy emocionado. Ya quiero verte."
Lamentablemente el clima no se encontraba muy bien, por lo que los vuelos se retrasaron algunas horas así que ahí estaba Victor, negándose a regresar a su apartamento. Había esperado dieciocho meses para ver a Yuri de nuevo -en persona al menos- y una estúpida lluvia no iba a conseguir que se marchara.
Quería mostrarle muchas cosas a Yuri.
Quería que Yuri disfrutara de Nueva York.
Quería que Yuri amara tanto la ciudad como él lo hacía.
Quería, mas que nada, que Yuri fuera feliz en la gran manzana... Su nuevo hogar.
De pronto, recordó a su abuelo y lo que le dijo alguna vez cuando ambos se mudaron de Moscú a San Petersburgo:
—Tu hogar no un lugar en específico. Tu hogar son las personas que te llenan de calidez, son esas personas que te hacen sentir el ser más querido del mundo. —dijo en aquella ocasión, viéndolo con sus oscuros ojos azules repletos de sabiduría—. Tu hogar son tus son todos a los que amas.
En esa ocasión Victor no le tomó demasiada importancia aunque, en esos momentos de su vida, podía decir que su abuelo tenía razón.
Levantó la mirada hacia la pantalla que anunciaban los vuelos y su corazón comenzó a palpitar a más no poder, incluso temió que éste se saliese de su pecho o que la persona que se encontraba a su lado escuchase lo rítmico que se escuchaba.
Estaba a unos minutos de ver a Yuri.
Estaba a tan sólo unos simples metros.
Caminó de un lado para otro, intentando calmar todas las emociones que estaban desbordándose en su interior. De pronto, las puertas se abrieron, dándole paso a los pasajeros que venían directamente de Japón.
Detuvo sus pasos y estiró su cuello intentando encontrar a su ser amado entre todos los presentes. Pensó que sería buena opción en acercarse cuando lo vió caminar con un semblante cansado, arrastrando una maleta y con una mochila en su espalda.
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Art in you. [Victuri]
Fanfiction[AU] «Sólo el amor y el arte hacen tolerable la existencia.» Todos los días vemos el arte; no siempre llega de la forma esperada, ya sabes, museos, exposiciones, etc, a veces lo podemos ver en las personas que nos rodean. ¿Pensaste alguna vez lo he...