Mi Enemigo (COMPLETA) (SIN EDITAR)

Sexto Capitulo ♪

Hola a todos :D espero que les guste el capitulo :) 

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Alicia estaba arrepentida de la confesión que le hizo a Tomas, ahora la molestaría más que nunca, como siempre, Tomas era un burlón.

— ¿En qué piensas hija? – Alicia volvió en sí y la miro, ¿Ellos se habían quedado en la casa? Les tendría que preguntar, y ella deseaba que no hubieran escuchado la discusión de ayer.

—En nada... solo estaba pensando en mi futuro.

— ¿Segura? No te ves convencida.

—Mamá, Te estoy diciendo la verdad— Alicia respondió un poco molesta, total ellos no se habían tomado la delicadeza de preguntarle si quería casarse con Tomas, su madre la miro con ojos de tristeza— Lo siento— Dijo ella arrepentida, pero no podía olvidar que la hubieran obligado.

— ¿Vamos a ver el vestido? ¿Y las cosas de la boda?

—Bueno... ¿Tomas va a ir?

—Si... — Alicia camino a la habitación para alistarse e irse a comprar las cosas de la boda, se dio un baño y salió a la habitación.

—Alicia... — Ella estaba en vuelta en una toalla muy pequeña y Tomas la miro de abajo para arriba. Tomas no pudo evitar usar sus poderes.

— ¡No uses tus poderes en mí!

—Lo siento...— Tomas se dio la vuelta – Vine a decirte que nos vamos ya, que te apures— Tomas salió rápidamente de la habitación, y recordó la primera vez que tuvo ese cuerpo en sus manos. Los dos estaban nerviosos, pero especialmente ella, ya que era su primera vez, Tomas nunca se arrepentiría de eso, aunque Alicia si se arrepentía.

Alicia termino de alistarse, fue a la cocina y tomó algo de comer y se fue al auto donde estaban todos, no tenían ganas de caminar y por eso se fueron en auto.

Llegaron al mejor lugar de la cuidad vampiro donde podían comprar la ropa, para su boda.

—Que esto sea rápido. – Dijo Alicia, se bajaron del auto y entraron al lugar, Alicia vio vestidos hermosos, pero no dijo nada, no quería ilusionarse con Tomas...

— ¡Los Reyes! – La dueña del lugar salió especialmente para atenderlos a ellos. – Hola – ser acerco y los abrazo. – Estoy segura que serán muy felices y los mejores reyes— Alicia sonrió, pero sus pensamientos eran negativos y Tomas también sonrió, pero él tenia los pensamientos positivos.

La dueña del lugar llamada Carolina, tomó a Alicia del brazo y la llevo donde estaban millones de vestidos, y le saco uno en especial.

—Es hermoso— Alicia estaba muy feliz, de lo que acababa de ver ese vestido era perfecto para ella— Este es el elegido. Me lo quiero medir— Alicia entro a los vestidores y se comenzó a medir el vestido. Al salir vio a Tomas con un traje, impecable. – Te ves bien Tomas.

—Tu hermosa Alicia. – Todos los estaban mirando.

—Gracias... Pues claro que me veo hermosa, soy hermosa— Alicia hablo intentando calmar el ambiente.

Ellos miraron y comenzaron a entrar otras personas, también habitantes de la cuidad vampira, y Tomas ideo algo para que ellos se vieran bien.

—No aguanto, ya quiero estar casado contigo, para darte besos todo el tiempo— Tomas beso a Alicia y ella tuvo que corresponder.

—Yo también— Dijo ella lentamente, y sarcásticamente y tomas la volvió a besar.

Compraron los trajes que se midieron, Tomas se midió cinco y eligió el segundo, pero Alicia eligió el primero que se colocó, se llevaron los trajes a la casa, pero Alicia se sentía un poco mareada, ya que no había comido algo para vampiros hace dos días.

— ¿Hija te sientes bien?

—No... Necesito algo de Comer.

—Yo te llevo— Tomas, la tomó de la mano y la llevo a su cafetería favorita, Era una cafetería donde había traído a Alicia un poco antes de que la mordiera. Una joven los atendió. – Queremos unos refrescos de sangre y postres.

—Sí señor. — Alicia levanto la cabeza al oír esa voz.

— ¿Esa joven fue la que entro acá y la tuvimos que convertir?

—Sí, su nombre es Marieth.

— ¿Hace cuánto esta acá? ¿Cuántos años tenía cuando la mordieron?

—Esta acá hace veinte años y tenía catorce.

—Quiero que viva en nuestra casa.

— ¿Nuestra casa? — Tomas frunzo el ceño.

—Sí, porque nos vamos a casar es nuestra casa, es mi casa, y vivirá con nosotros, quiero que trabaje en nuestra casa, no quiero que la humillen más... — Tomas suspiro y asintió. La joven les sirvió la comida, al terminar de comer, Tomas hablo con la joven, pero ella no quería aceptar.

—Marieth, acepta ¿Si?

—Pero señora, yo no quiero ser un estorbo, siempre lo he sido.

—Nunca lo serás, eres una persona muy importante, cariño— Alicia le dio un abrazo— no quiero que trabajes con nosotros, quiero que seas mi hija— Luego miro a Tomas y se acordó que se tenía que casar de nuevo con él— Nuestra hija— Tomas seguía impresionado.

— Bien— ella sonrió y abrazo a Alicia, la joven se fue en el auto a la mansión de Tomas, mientras tanto Tomas y Alicia se fueron caminando.

—Pensé que ahora eras mala y ruda, y eso no lo vi con Marieth, la trataste muy bien, ¿Por qué quieres hijos adoptivos?

—Uno... Solo contigo seré ruda y mala, Dos... siempre quise ser madre, pero por tu culpa no se pudo.

— ¿Y quién te dijo que no...? – Tomas recordó que no podía decir nada, hasta que estuviera completamente seguro así que tomó a Alicia de las mejillas y le dio un beso, pero no fue solo un beso sus labios y sus lenguas se juntaron.

Alicia se detuvo y se miraron fijamente a los ojos, Alicia le dio un golpe a Tomas en el estómago.

— ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Vuelvas a hacer eso! — Ella lo tomó de la mano— Tenemos que llegar rápido a la casa, no te soporto. 

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