Quince Capitulo ♪

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Al llegar a la mansión los dos estaban muy felices. Pero se encontraron con una no muy grata sorpresa.

— ¡¿Qué haces acá?!

— Alicia, querida.

— No me digas así, Sandra. — Sandra era la hermanastra de Alicia, casi nunca se veía y las pocas veces que se veían, Sandra le hacía bromas a Alicia, Sandra es la hija ilegítima del padre de Alicia.

— Hermanita, alégrate un poco de verme. ¿Por qué se te quito la felicidad que tenías? — Sandra comenzó a utilizar su poder en ella — ¡Tienes un hijo! ¡Es de Tomas! Por eso estas tan feliz.

— A ti no te importa.

— Claro que sí, porque recuerda que nunca he estado lejos de ti.

— Vivías en Europa.

— Hace tres meses estoy acá.

— Mentirosa.

— No, vine acá porque siento tus indeseables emociones y sentimientos y tu alegría me atasca.

— No es mi problema.

— Te casaras en dos días...

— Si... no tengo rencores estás invitada.

— Alicia... Claro que si estoy invitada. — Sandra intento utilizar su poder en ella, pero no pudo.

— No puedes utilizar tu poder en ella, porque ella está unida a mí, y ese es mi poder también. — Dijo Tomas un poco enojado, Él no quería que nadie utilizara sus poderes sobre su mujer.

— ¡Ash!

— No la vuelvas a molestar. — Tomas hizo que Alicia caminara a su habitación, dejaron a Sandra en la entrada mirando un chispero literalmente.

Tomas tomó a Alicia y la colocó en la cama suavemente.

— ¿Qué haces Tomas? — Alicia estaba riendo y se dejaba llevar, luego en su vientre sintió el deseo que sentía Tomas.

— Te beso, amor. — Tomas se incorporó y miro a Alicia. — Recuerdo nuestra primera vez juntos en la luna de miel, estuve muy nervioso, tal vez cometí errores, por eso quiero compensarte.

— Ya lo compensaste, has sido muy dulce.

— No quiero que volvamos a ser enemigos.

— No creo que lo volvamos a ser.

— No, porque las personas no tocan ni besan a sus enemigos como yo lo hago contigo. — Tomas volvió a acercarse y la beso. — Te Amo, Alicia.

— Yo a ti mi Tomas. — Alguien toco la puerta de la habitación, Tomas y Alicia se separaron.

— Madre, Padre... — Eduardo entro a la habitación. — ¿Me dan dinero? Quiero comprar libros.

— Si toma— Tomas le dio algunos billetes. Eduardo le dio beso a Alicia en la mejilla. — No tardes en volver. — Eduardo asintió y salió de la casa. — ¿Seguimos con lo nuestro? — Tomas se acercó a besarla, pero ella lo detuvo.

— Quiero saber cómo ha sido la vida de Eduardo, ¿Cuándo dijo su primera palabra? ¿Cuándo aprendió a caminar?

— Tengo una idea, me das unos besitos y te cuento todo.

— Buen trato. — Alicia lo beso apasionadamente y luego se separó y Tomas seguía con los ojos cerrado y estirando la boca.

— Más...

— Cuéntame Tomas — Tomas respiro un poco y comenzó a hablar, él estaba muy feliz, de tener a Alicia en sus brazos, estaba muy enamorado, intento volver a utilizar sus poderes de convencimiento en ella, pero no lo logro.

— Alicia, dame un beso.

— Tomas, es en lo único que piensas...

— No solamente en eso... — Tomas no pudo evitar las ganas de mirarla, la miro de arriba para abajo.

— ¡Tomas!

—Eres mi esposa Alicia, el amor que siento por ti no es impuro. — Alicia le dio una pequeña manotada a Tomas, Tomas hizo un gesto de dolor ficticio y la beso.

— ¿Vamos a comer algo?

— Quiero quedarme acá un poco más de tiempo... Mejor pide a alguna empleada que traiga algo.

— Bueno amor — Tomas volvió a darle un beso, salió y en unos minutos el mismo trajo algo de comer.

Alicia tomó un poco de sangre y se sentía muy refrescante, Alicia cogió el pequeño emparedado y lo comenzó a comer.

Unos minutos después se levantó rápidamente y corrió al baño a devolver todo lo que había comido.

—Amor, ¿Estás bien? — Tomas la esperaba en el marco de la puerta, pero Alicia intento responder, pero de nuevo vomito.

— Esto es asqueroso Tomas. — Dijo Alicia.

— Ali, debo estar contigo en los mejores y peores momentos.

— Pero... Esto es demasiado — Alicia devolvió lo poco que había comido, bajo el baño y se levantó, se lavó la boca y Tomas la seguía mirando.

— Ven Alicia. — Alicia se acercó y Tomas la miró a los ojos, se veía un poco pálida y cansada. — ¿Hace cuánto no duermes?

— Desde ayer, creo...

— Mejor ve a descansar.

— Pero yo creí que tú y yo.

— Será mañana. — Tomas le dio un beso a Alicia y ella se recostó en la cama y comenzó a quedarse dormida. — Buenas noches amor.


Tomas salió de la habitación y se quedó mirando al cielo oscuro que había.

Tomó su celular y marco el número.

— Ya se confirmó, está embarazada — Alguien le quito el celular a Tomas bruscamente.

— ¡Eres un mal padre!

— Eduardo... Esto es para salvar a los vampiros lo necesitamos.

— Es más importante eso que Alicia o yo.

— De esto depende su existencia.

— ¡No! — Eduardo respiro — Existe otra manera, lo sabes.

— Encontrar el dore perdido, es difícil, solo lo debe tener alguien de descendencia dore.

— Tú y yo sabemos que la familia de Alicia, lo es.

— Si... Pero...

— Alguno de ellos lo debe tener, el dore, lo deben tener ellos.

— Eduardo, eso no es seguro.

— Tu en vez de estar molestando a mi madre, busca el dore.

— Esta bien, pero sabes que es arriesgado.

— No lo es, si en sus manos lo tiene dos personas que se aman.
Debes contarle a mamá...

— Lo intentare, pero tengo miedo que me deje.

— No te dejará, ella te ama y además tiene dos hijos contigo.

— ¿Qué compraste?

— Este libro, habla del dore. — Tomas tomó del libro y lo miro. —
— Tienes razón. Habla del dore. ¿Dónde lo compraste?

— Lo compre, en una tienda vampira en el oeste.

— ¿Fuiste al oeste?

— Sí.

— Es peligroso, no lo vuelvas a hacer.

— Lo hare, todo por mi madre. Ella es lo más importante.

— Hijo, yo sé que no he sido un buen padre, Pero... Te quiero, tu madre y yo te tuvimos muy jóvenes...

— Eso espero. Que me quieras. 

— Eduardo aun no perdonaba a su padre por experimental con él, pero en el fondo lo quería demasiado.

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Hola :D, en multimedia foto de Sandra La Hermana de Alicia, no olviden comentar y votar.

Mi Enemigo (COMPLETA) (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora