Tras conocerse, Aitana Ocaña y Luis Cepeda vivirán un bonito e intenso amor, uno de esos que son difíciles de encontrar y que duran para siempre, aunque antes de eso, deberán superar todos sus miedos y sus inseguridades.
# 1 puesto (22/3/19)
Aitana entró en clase bastante desanimada, había tenido pesallidas toda la noche.
En una de ellas, Cepeda la llamaba pardilla, mientras se reía abrazado a la profesora de danza.
En otra de ellas, estaban cantando pero de su garganta silo ralian rebuznos de burro y todos se reían.
Y finalmente, en la última de ellos, se besaba con Cepeda pero de repente este se soltaba y la señalaba riéndose, luego se miraba al espejo y se veía reflejada como una bebé regordeta con chupete y mocos en su nariz.
Había sido espantoso y había amanecido traumatizada, no sabía si podría mirar a la cara a Cepeda y mucho menos ensayar la canción con él.
—Bien agrupados por parejas y podéis empezar con nuestra canción .—dijo Cepeda llegando al aula—Aitana acercate.
La chica entonces caminó hacia la mesa del profesor, cabizbaja, notaba sus mejillas arder y le temblaban las piernas.
Roi se unió a Miriam, pues Alfred fue con Amaia, Ana escogió a Mimi, su compañera de habitación y los demás alumnos también se agruparon, para empezar.
Roi y Miriam escogieron «Malibu».
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Ana y Mimi escogieron «Don't you worry about the thing».
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Alfred y Amaia ,«City of stars», al piano.
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Cepeda y Aitana, se decantaron por «No puedo vivir son ti».
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Los demás también escogieron grandes canciones, iba a ser un gran espectáculo, digno de un público agradecido como serían el resto de compañeros de la Universidad.
Pasaron la hora de teoría y composición, inventándose coreografías los que quisieron, otros distribuyendo cada parte de la canción y algunos con los arreglos los que su canción lo requería.
Aitana poco a poco se fue soltando aunque no podía dejar de sonrojarse y poner cara de boba, el profesor le gustaba mucho.
Al terminar las clases de la mañana Aitana, Amaia, Ana Mimi, Roi y Alfred y algunos más, se fueron a comer a la cafetería, donde poco después por sorpresa, apareció Luís para comer con ellos.
Al parecer su coche se había estropeado y no podía irse a casa ya que la grua se lo había llevado al taller más próximo.
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El profesor se cogió su comida y se sentó junto Aitana en la mesa, ante las bromas de Roi y Alfred sobre su mala pata con su coche.
—Va ha tener que coger el autobús hoy profe.—dijo Alfred.
—No espera, hoy tendrá que dormir en el campus, ¿quien le hace un lugar en su cama a Cepeda chicas?—dijo Roi riendo
Todos rieron, la de Barcelona miró a su compañera Amaia y acto seguido agacharon la mirada, pues sabían que encantada Aitana, se lo dejaría.
