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Los chicos ensayaron sus canciones durante las clases y también en sus sus horas libres, estaban muy ilusionados por volver a actuar pues aún les duraba la adrenalina de su primer concierto.

Aitana todos los días le contaba por teléfono a Cepeda, lo ilusionada que estaba con volver a actuar y también que finalmente sus compañeros y el nuevo profe, se habían decantado porque interpretara «Chandelier».

Mientras tanto en Galicia, la madre del profesor superó la extirpación de su tumor y empezó con la quimioterapia.

La pobre odiaba ser una carga para su hijo y verlo triste por no poder volver a Madrid con sus alumnos y ese nuevo amor con el cual, en alguna ocasión, le había escuchado hablar, mientras fingía estar dormida.

Así que el tiempo pasó y por fin llegó el gran día.

De nuevo se montó la carpa y el escenario, los chicos afinaron sus voces, vestidos con sus mejores galas para la ocasión y los alumnos de Teoría y Composición, junto con los de baile esperaron entre bambalinas su turno, mientras ultimaban detalles de sus actuaciones.

Uno a uno fueron actuando ante profesores, padres y alumnos de la Universidad, que expectantes guardaban silencio.

La primera en salir al escenario y mostrar su talento fue Amaia y resultó ser un éxito total.

Le siguió Alfred, el cual muy nervioso pero muy feliz interpretó una de sus canciones favoritas, que gustó mucho e hizo emocionarse a más de uno.

Luego fue Ana, con una canción que ya había cantado otras veces y le quedaba como un guante.

El público estaba eufórico pues veían que los chicos parecían profesionales y entonces fue el turno de Roi, con una canción dedicada a su novia a la que había meses que no veía.

Miriam canto la canción favorita de su hermana pequeña.

Agoney hizo vibrar el escenario con su temazo «Eloise», que por supuesto bordó.

Raoul cantó la canción preferida de su madre, a la cual extrañaba mucho y quiso rendirle un homenaje.

Nerea interpretó la canción de su artista favorita, la cual también emocionó a muchas personas.

Y tras pasar el resto de los compañeros, los cuales Aitana fue viendo triunfar uno a uno, finalmente le tocó el turno a ella, poniendo el broche de oro.

Una vez más, los chicos estuvieron felices y orgullosos de su trabajo y sus esfuerzos pues había valido la pena, ya que habían vuelto a triunfar y como premio recibieron numerosos aplausos y ovaciones de su entregado público.

Cepeda recibió numerosos vídeos e imágenes que Aitana le envió, mostrándole las actuaciones y las reacciones de todos los compañeros de Universidad, de los docentes y de los padres.

El profesor lo vio todo, con mucha alegría y mucho orgullo, aunque también con algo de tristeza y nostalgia, por no estar allí con ellos.

El profesor lo vio todo, con mucha alegría y mucho orgullo, aunque también con algo de tristeza y nostalgia, por no estar allí con ellos

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2. Dulce como la miel -Aiteda «Terminada»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora