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A la hora de la comida, Cepeda se acercó a Aitana en el pasillo.

—Oye, ¿querrías ensayar una vez más?, he pedido la cámara insonorizada.—dijo el profesor sonriéndole.

Aitana miró a sus amigas y estás asintieron con risas cómplices.

—Emm....bu-bueno va-vale—balbuceó nerviosa la chica sin creérselo todavía.

Una vez llegaron allí, entraron y comenzaron el ensayo, pero Aitana creía que estarían solos, pues fuera, en el aula contigua, había algunos estudiantes también, aunque luego pensó que estaba con Cepeda, lo demás no importaba.

A pesar de estar muy nerviosos los dos intentaron ser lo más profesionales posibles, aunque por dentro estaban muriéndose por besarse.

Las actuaciones serían la tarde del día siguiente y Cepeda, les tenía una gran sorpresa a los chicos.

Los estudiantes habían visto llegar un gran camión al campus, pero no tenían ni idea de lo que se podía tratar, hasta que vieron que más furgonetas llegaron y muchas perdonas bajaron.

Estas personas acordonaron la zona y empezaron a trabajar, durante todo el resto de ese día y la noche.

Cuando Aitana y los demás se despertaron y llegaron a la Universidad, se encontraron con una gran carpa y docenas de personas con cables, aparatos electrónicos y demás.

—¿Para qué será todo esto?—dijo se preguntó un chico en alto.

Roi se rió y empezó a aplaudir loco de contento.

—¿Qué te pasa?, ¿estás bien?—dijo Alfred.

—¡Creo que ya se lo que es!—dijo entusiasmado.

—Ah...¿si?, ¿en serio?, y a ver...¿que es listo?—dijo Amaia.

—Es vuestro escenario—dijo la voz de su profesor a sus espaldas.

—Wow en serio...pensábamos que sería en el salón de actos.—dijo Alfred.

—Bueno en un principio era así, pero conseguí convencer a la dirección de la Universidad y finalmente han aceptado.—explicó Cepeda ante la brillante y atenta mirada de sus alumnos.

Las clases dieron comienzo, pero todos estaban muy excitados y nerviosos, aunque lo estuvieron más cuando vieron entrar a Cepeda en el aula y no a su profesor de Historia de la música.

—Hola chicos, ya se que no me esperabais pero ....SORPRESA—rió su profesor— Bueno no quiero poneros más nerviosos pero os estaréis preguntando porqué estoy aquí, pues es muy sencillo. Como habéis visto, fuera hay una gran carpa y dentro está el escenario, vuestro escenario, así que como no podemos desaprovecharlo vamos a estar en el todo lo que podamos. Por lo que hoy, por la mañana no tendréis clases, ya que, dedicaremos todo ese tiempo al ensayo y la familización con él. Creo que es necesario y os servirá para el futuro, cuando vosotros mismos, vayáis por las ciudades y deis vuestros conciertos, así que; ¡vamos chicos..... adelante!.

Todos salieron fuera del aula camino allí, se llevaron una grata sorpresa a ver los músicos y lo enorme que era por dentro.

Aitana y Cepeda fueron los terceros en ensayar y en hacer las pruebas de sonido, Aitana por supuesto estaba como un flan, era muy emocionante estar allí encima y sobre todo junto a Cepeda, un hombre al cual cada día que pasaba, amaba y admiraba mucho más.

Tras acabar todos, el ensayo, su profesor les dijo que podían irse ya a comer y que no se les olvidase venir vestidos como si se tratase de una gala, aún tenían dos horas antes del concierto, no quería meterles presión pero si que se lo tomasen en serio.

Aitana y sus compañeros cogieron una mesa y se sentaron todos juntos,  hablaron de sus impresiones sobre el escenario y sobre la emoción y nervios que sentían, por actuar ante toda la Universidad, sin duda era mucha responsabilidad.






2. Dulce como la miel -Aiteda «Terminada»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora