Experimentando un nuevo estilo en el rol: Oportunidades

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Desde hace casi unos 4 años empecé a conocer el género del rol, más en concreto con el vídeo juego World Of Warcraft, en el cuál empecé a sumergirme en el rol de fantasía; podía gastarme horas y horas siendo partícipe de situaciones fantásticas en las que, sino era yo el protagonista, era alguien importante en escena. A lo largo del tiempo he tenido la oportunidad de hacer rol con muchísimas personas, las cuales me han agradado mucho y agradezco siempre sus enseñanzas en el mismo, sin embargo han tenido un género en común: la fantasía. Siempre he sido fan de hacer rol en mundos fantásticos ya existentes, porque es muy sencillo acoplarse a la piel de algún personaje viviente de dicho universo, sin embargo, hubo un tiempo que intenté sumarme a un rol realista. 

Fue un completo desastre, no tenía experiencia alguna en cómo se hacía rol en situaciones de la vida cotidiana —por muy absurdo qué esto suene—. La persona qué quiso intentarlo conmigo, se frustró tanto de tal manera que terminó asesinando a mi personaje, sin siquiera ingresar a escena, algo que realmente yo no me esperaba, pues creía que esta persona tendría un poco más de paciencia conmigo, pero no se dio el caso. 

Sin embargo, hace poco surgió de la espontaneidad en una charla entre una vieja conocida y gran amiga mía, qué denominaremos como Maca,  un rol realista bastante curioso. La historia se centra en un matrimonio que con el paso de los años, se fue deteriorando por culpa de la constante ausencia del esposo debido al trabajo, lo cual él excusaba como 'búsqueda de oportunidades', sin embargo algo los detiene a separarse uno del otro: su hijo Rodrigo. Hoy quisiera compartirles dicho rol, el cuál me ha gustado mucho el resultado. 

*** Anotación importante *** : En la situación que presentaremos a continuación, la letra 'C' será el indicativo para los momentos en los cuales hable la esposa, y la letra 'G' el indicativo en los momentos del esposo. ¡Espero disfrutes de éste rol!


C: Carlos se fue...

G: ¡Qué miedo me daba  él!

C: Era muy lindo...

G: Es igual de lindo que Emiliano, que creo que ya lo has enterrado, querida...

C: ¿Emiliano? ¿Buen día?

G: Nuestra pequeña bolita gelatinosa. Cómo olvidas lo que cosechamos juntos tan rápido. 

C: Es Rodrigo... 

G: Lo sabías, está muerto...

C: No lo está, pero debo llenarle con agua. 

G: Déjalo ir... ya está desnutrido y es momento de partir...

C: No...

G: Qué bueno. Entonces... lo criaste en tu espalda por unas cuantas horas, yo solamente lo puse ahí, tú decides. 

C: Tú lo abandonaste, eres un mal padre.

G: No lo abandoné porque aún lo acompaño a él todas las noches cuando llora a la lejanía, meciendo su cuna de la noche hasta el día; para espantar a los monstruos y cuidarle de sus miedos, mientras su hermosa madre está haciendo un futuro mucho mejor para ella todas las mañanas, siempre estoy atento de Rodrigo. Tú eres una buena madre, y yo me esfuerzo por serlo también. 

C: En realidad es un vasito, no una cuna. Ni siquiera tú te acordabas de su nombre, instauraré una demanda por los alimentos de nuestro hijo. 

G: ¿Nuestro Rodrigo vive en un vasito con agua? cuándo yo lo dejé a tu cuidado estaba en un tazón. Sí lo recordaba, solamente intentaba jugar con tu mente. 
Sí me demandas, en verdad me perjudica, porque el servicio de agua llegará aún más costoso. 

Los relatos de un león vegetarnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora