Dedicatoria: Un regalo de las letras, para los pasteles

25 1 0
                                    

" Has crecido, preciosa mujer, los años han hecho de ti quien eres tú, el más hermoso ser.

Es como... si te hubiese conocido ayer, aunque en persona jamás yo esté. Nunca creí que te encontraría, y menos de la forma en que lo haría. Siempre creía que la única forma de conocer personas tan espectaculares como tú, sería yendo a una biblioteca o, algún evento que mutuamente nos gustase, pero me demostraste todo lo contrario, plasmando un encuentro conmigo con fecha y lugar en el calendario.

Diez y ocho años, números que solo se ven plasmados en tu DNI, porque en ti, la belleza de la juventud sale a relucir, cada vez que despiertas, siendo un pequeño instante en el basto universo, uno de los más bellos sin más, siendo tan cristalina tu alma, que derrocha pasión cada que vez la amas.

Nunca creí decirte estas palabras pero, siéntete conmigo como si estuvieses en casa. Qué nunca falte nada, que siempre encuentres un mañana. Que el hoy sea tu prometido y el ayer, el amante de quién cortejar te has arrepentido.El mundo te agradece hoy, mujer; que hace diez y ocho años hayan escogido por ti nacer, y que al ver, que tan precioso ser iban a tener, jamás lo iban a dejar de querer. Has de tus emociones el reflejo de tus pasiones, permite a tus sensaciones experimentar el bello arte de cocinar, y de ningún modo intentes desistir, por muy difícil que se vea el camino o muy sola te encuentres contigo, toma sabiamente tus decisiones y, si llegas a equivocarte, ten en cuenta que tendrás siempre en donde apoyarte.

Y cómo no hablar del don innato del cual he sido testigo todo este rato, aquel de mover las manos sobre un terreno y crear mundos enteros, aquel que con unos cuantos movimientos delicados, concisos y perfectos, crean vida en todo momento. Quién supondría que aquellas manos pudiesen jugar a crear vida donde no la hay, generando sonrisas y amor entre humanos, por las perfectas creaciones que gracias a ti han llegado. Tú, que nos brindas a nosotros el derecho de evaluarte, criticarte y degustarte en cada plato que nos sirves; pues, permíteme decirte que mis reseñas son siempre positivas, que si por mi fuese te daría la infinidad de estrellas que hay allí afuera, y aún así me quedaría contigo una inmensa deuda. Cada vez que un plato es servido, como si fuese una madre rogando por la vida de su criminal hijo, ruego a Dios y a quién tenga que rogar para que no se acabe, y si así sucede, pedir más y más, porque nunca saciarás mis ganas de tus platillos, sea uno muy complicado o relativamente sencillo.

En absoluto he prescindido de tu nombre, largo, imposible de olvidar, con sus nueve vocales y diez consonantes ¿cómo poder relegarse de él? si cada vez que lo escuchas se te eriza la piel, subiendo las pulsaciones por segundo de un corazón vagabundo, ser viviente del mundo elocuente en el que nos acostumbramos a vivir, tanto tu, como yo. Pero ¿a caso has olido eso? es el aroma a libertad que emanas cada vez que procedes a volar, a explorar, a disfrutar y a encontrar, a llenarte de sabiduría para aprender un poco más, yendo a clases los lunes a cultivar lo aprendido de la cocina tradicional y los miércoles... los miércoles son el día donde más podemos disfrutar porque podemos verte... ver la forma en que te diviertes haciendo postres nacionales sin parar. Y cuando llega el fin de semana, es donde las manos salen a escena y empiezan a dar un espectáculo, más mágico que las novelas de Oscar Wilde y tan puro, que superaría el amor que Julieta por Romeo pudiese dar; y, suena el teléfono una vez más, aguardando un pedido de un pastel de bodas de cinco pisos, y ahí estás tú bella mujer, manchando de crema tu precioso mantel de franela... con aquella fragancia de panela que me recuerda a mi hermosa tierra y, hace que viaje contigo a lo que alguna vez fue el país del maíz y el trigo, la Colombia natal.

Tus platillos son de tanta calidad que pueden transportar, hacer sentir niño a quien ya no lo es, enamorar con cada bocado a aquel hombre que una vez lo fue, recordar lo que es un platillo hecho con el amor de mamá. Pero, aún queda mucho por decir, así que tranquila, esto no acaba aquí.

No podemos dejar pasar aquel lado musical que tanto llevas en la sangre y, motiva cada noche de arduo trabajo sin parar, pero escucharlos hace la noche llevadera, como si la mismísima Muse estuviese cantando desde la regadera. Sería un descortés si no comentase todo lo que tu lees, o incluso ves tanto en la TV como en Internet, ese gusto peculiar por lo raro y lo paranormal que te hace una mujer tan curiosa, como aquellos viejos tesoros piratas escondidos y enterrados dentro de un tonel. La idoneidad al relatar historias utópicas en un mundo de fantasía, conduciendo por un camino la historia de tu personaje hacia un cruel o deseado destino, llevándolo de un lado a otro como ser todo poderoso que ha intervenido en la historia, con la capacidad de modificar o corregir lo establecido y así, no pactar nunca lo que tu personaje haya escogido. Pero más allá de personajes ficticios, hay uno que siempre espera por ti recostado y en su sitio, Luhan es su nombre. Aquellos ladridos que suelta al verte, porque sabe que eres el amor de su vida, de ésta y de cualquiera que siga. Cada vez que moja sus patitas y demarca el suelo con ellas, es señal de que compartas más tiempo con la criatura que, aparte de mucho pelo, para ti tiene una gran cantidad de amor y dulzura.

Dulzura... lo que pasa por mis letras cuando quiero hablar sobre tus pasteles, nunca he encontrado un determinativo sustancial o un pretérito perfecto que me haga comprender el porque las letras, tienen ese increíble potencial de describirte a ti como mujer, y uno de tus postres o algún pastel, deja a la vista de todos una porción de tu alma, esa pequeña parte con la que haces todo lo que amas. Y es ahora cuándo pienso ¿un buen pastel necesita de las letras? quizá no sea del todo cierto, he sido testigo de qué tan idóneo es alguno de tus platillos, y en él se aprecian las horas de trabajo y esfuerzo, pero nunca las letras.

Pero, algo tengo claro: con o sin la presencia del abecedario, cada día, cada mes y cada año, me siento cada vez más orgulloso de ti por tus platillos y como no, poder ser partícipe de tu cumpleaños, que algún día será, siendo yo quien te vea a ti cocinar, Chef N. Bravo Cano. "


Mujer, que el día de hoy sea solo para ti y de querer, al alma que siempre lo soluciona todo, desde un martirio hasta un pequeño enojo, pasando por un poema, una lagrimilla y un ruborizado sonrojo.

Feliz día.

Los relatos de un león vegetarnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora