Poemario #1: Tres poemas originales de Lionheart.

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I

El atardecer

Aún es tan temprano...
el sol golpea el cuarto,
la luz perturba un sueño, 
indicando que tu has vuelto.

Cuan planta recién nacida,
bañada en la gracia de la vida, 
empoderada y decidida,
al cielo tu mirada, va dirigida.

No hay momento en el que no piense,
en que el sol caiga de repente nuevamente, 
aún así mientras llega el momento,
tomaré aire fresco pues por ti espero.

Preguntas hay muchas, y dudas por responder,
y aún siquiera te he dicho, cuanto queda por hacer,
pensar en el recuerdo vivo que palpa en mi corazón,
sería alimentar el cielo azul, tejido entre tu y yo.

Y el sol ha salido esperando nuestros pasos,
tierra suave y húmeda, forjando nuestros trazos,
de nuestra vida a la espera de ser una aventura,
¿quizá deberíamos partir o... nos consumirá la duda?

Las horas del reloj se siguen moviendo,
al ritmo del vals que caminando, vamos yendo,
¿es entonces una respuesta racional del corazón?
¿es entonces lo que le espera a alguien con tu 'don'?

Creo que los pasos en el cielo, son más cortos cuando vas descalza,
sintiendo las nubes, robando la  brisa y consumiendo las olas del mar,
¿es entonces tu atardecer un delito?
¿es entonces culpable tu corazón?

Y así sentir, como tu cabello se tiñe de un vino tinto como aquel de la Viña de los Mares,
¿causa de la melancolía o quizá tu expresión del arte?
viva imagen de un dolor que punza tu corazón,
tan vivo y cercano que cuando abres las puertas del cielo, allí estás para verlo[...]

Que culpa tiene el atardecer,
aquel que le vio irse y también nacer,
a la flor de una vida y de muchas más, 
ser humano con belleza y una figura sin igual.

Que los vientos susurren su nombre cuando le ven,
siendo aún más radiante la luz que consume la voz del atardecer,
sin miedo y con gloria el coro a una voz indica:
que el cielo se torna azul en las noches de 'For Elise'.

Así pues, la taza con cereal se roba la atención,
una cita con la vía láctea pero, ahora... ¿qué seremos entonces tu y yo?
la vida de las estrellas suena muy emocionante,
pero el interés se lo llevan las estrellas viajantes.

¿Será entonces éste el camino a la aventura?
¿será entonces un libro nuevo, de tapa dura?
respira y entiende que el tiempo es pasajero de un tren,
aquel que no espera ni un segundo, ni siquiera para beber. 

Y así cuando la noche sonríe con un gesto menguante,
casi siempre llena, a tres cuartos o como se aguante,
el orgullo que siente lo expresa el cielo a tu nombre,
sintiendo que cada vez que te ve, tu corazón se hace aún más enorme.

Los relatos de un león vegetarnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora