Capítulo XVII La entrevista

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Al día siguiente, Alondra llegó a mi casa temprano con muffins para el desayuno, se había quedado sin coche y quería que la llevara a su trabajo, ya que estaba de camino al mío. Encendió el televisor de la cocina mientras hacía un poco de café para ella y té para mí.

El noticiero nuevamente hablaba de Juan, una entrevista que le habían hecho sobre su más reciente éxito y la pregunta obligada que le hicieron fue "¿en qué te inspiraste para escribir esa canción, es algo que viviste?". Yo no había escuchado la canción, pero su respuesta sembró la curiosidad en mí.

- Es algo que viví, que vivo todavía, todos tenemos un amor platónico, hasta tú ¿o no?

- Sí, claro, claro -. Respondía la reportera.

- Pues habla de eso, de ese amor platónico que vives y que parece tan real, más real que una relación que sí tuviste.

- ¿Y quién es ese amor platónico? Cuéntanos.

- Una amiga del colegio, con la que nunca sucedió nada, más que nada por miedo a que no funcionara y ya no supiera nada de ella.

- ¿Y entonces siguen siendo amigos hasta ahora?

- Ja, ja, ja. No, es algo muy estúpido, pero le perdí la pista, no sé nada de ella. Por favor, siempre confiesen su amor, porque uno a veces deja pasar la oportunidad de estar con alguien que nos llena en todos los sentidos por miedo.

Alondra y yo nos miramos, ambas sabíamos de quién hablaba, ambas sabíamos que yo he estado evitando hablar con él porque no llegábamos a ningún sitio. Pero ahora era diferente, yo no quería acercarme porque yo estaba con alguien más o algo así. No es que tuviéramos una relación seria y formal José y yo, pero por ahora, sólo quiero estar con José.

- ¿Lo verías si te busca? -.

- ¿Quién? -. Dije acomodando las tazas.

- Juan, sabes que has estado huyendo ¿Aún no le respondes su solicitud de amistad en Facebook?

- No -. Dije girando los ojos. – Francamente no veo motivo para hacerlo y menos ahora, estoy con José, y por extraño que parezca es con quiero estar.

- Encantamiento peneal -. Dijo riendo.

- Ja, ja, ja. Tal vez, pero que me siga encantando.

Comenzamos a desayunar, pero no dejaba de pensar en si Juan buscaría a sus viejos amigos o ya se había olvidado de ellos. Durante la entrevista, Juan declaró que siempre estuvo en contacto con su mejor amigo del colegio, y que ahora se reuniría con él aprovechando la visita a su ciudad natal. La entrevista terminó con un supuesto rumor de divorcio de Juan y su esposa por la declaración que hizo sobre la canción. Yo hice como que no presté atención a la entrevista.

Ambas sabíamos que Hugo y Juan seguían en contacto, la duda ahora era si lo llevaría a la reunión de mañana, pero Alondra no dijo nada porque estaba escribiendo a Pablo.

- Invité a Pablo a la reunión de mañana -. Dijo y después bebió su café.

- ¡Fantástico! Yo invité a José, espero que se lleven bien.

- Yo también, sería cool que pudiéramos salir los cuatro juntos.

Sonreí con la idea y esperaba con ansias el día de mañana, sonó mi smarthphone, esa electricidad al saber que era un mensaje de José me recorría, al ver el mensaje me di cuenta que no era de José, me sentí un poco desilusionada, pero era Hugo en nuestro grupo de WhatsApp, así que igual me sentía contenta.

"Buenos días guapas, el día de mañana les tengo una súper sorpresa, por favor no falten y cancelen todo para asistir, no lleguen tarde que se pueden perder la sorpresa"

- ¿Qué crees que sea? -. Preguntó Alondra dejando su taza de café en la mesa.

- Quizá nos dará a probar algún platillo nuevo, ya sabes cómo es.

- Ojalá no sea algo alto en calorías, porque he pecado mucho esta semana.

- Deberíamos inscribirnos a clases de yoga o algo así ¿No crees?

- Buena idea -. Respondió pasando un bocado del muffin que llevó.

El día en la oficina transcurrió más ligero de lo habitual, José y yo intercambiamos varios mensajes durante el día, se disculpó por no vernos hoy, ya que había quedado con sus amigos. Francamente, agradecí el descanso, ya comenzaba a dolerme los labios de... tanto besarlo y los otros labios también por la fricción y por todo lo que conlleva tanto sexo.

En casa me realicé una exfoliación en toda la piel, luego comencé a humectarla con una crema rica en aloe vera, haciendo énfasis en los labios externos, lo cual agradecieron mis labios mudos.

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El pulso del impulsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora