Capítulo XX La reunión de los viernes

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                Cuando dieron las seis iba saliendo del ascensor, caminé a prisa pues José me esperaba. En cuanto lo vi, lo besé suave en los labios.

- ¿Estás listo?

- ¿Tienes algo más que mostrarme? -. Preguntó refiriéndose a la fotografía que le había enviado unas horas antes.

- Mucho más -. Sonreí. – Pero después de la reunión.

Caminamos hacia mi coche, el smarthphone de José sonó, era una llamada que rechazó, me dijo que no era nada importante. Le sonreí.

- Puedes contestar si quieres, no me molesta.

- Es de la oficina, pero no quiero regresar en caso de que me llamen nuevamente, contestaré si llama mi jefe.

- Como prefieras ¿Te dije hoy que te ves muy guapo?

- No, pero tú te ves muy radiante.

- Es porque estoy en buena compañía.

Reímos, mientras yo abría la puerta del coche. Durante el viaje le conté que desde que estamos todos en la ciudad nos reunimos cada viernes, y que desde la apertura del restaurante de Hugo, hicimos nuestras reuniones ahí.

- Conocerás a Rodrigo, el hermano de Hugo y posiblemente a su novia, Karla.

- ¿Todos llevan pareja?

- No, sólo a veces, pero esta vez Alondra llevará a su novio, Pablo. También irá Vanessa, ella casi siempre va sola, pero puede que lleve a su esposo Antonio.

- ¿Sólo una se casó de ustedes?

- Del grupo que quedó y que nos reunimos los viernes, sí. Sólo Vanessa ¿Tienes amigos casados?

- No, se van yendo poco a poco del grupo, sólo quedamos tres y son con los que me reuní ayer.

- ¿No los dejarán salir? Quizá se juntan con otros casados que entienden de hora de queda -. Reí.

- Supongo.

Llegamos al restaurante y me estacioné. Vi el coche de Alondra, al parecer el mecánico lo tuvo antes, cosa que me alegró. Al entrar la vi sentada junto a Pablo en nuestra mesa de siempre, llegué y los presenté. Alondra nos presentó a Pablo, quién se enfrascó en una conversación rápidamente con José. Ella y yo nos miramos sonrientes, al parecer todo estaba saliendo bien.

Hugo llegó con su hermano, éste con su novia y una amiga de la novia, Valeria. La saludamos y tomaron asiento en la mesa. Un mesero nos trajo unas botanas gourmet y vino blanco.

- Pero Hugo ¡Me mal acostumbras! -. Dijo Karla.

- Hermano te estás esmerando mucho hoy -. Dijo sonriente Rodrigo.

- ¿Y cuál es la sorpresa, Hugo? -. Preguntó Vanessa, que recién llegaba a la mesa.

- ¡Hola Vane! -. Saludé besándola en la mejilla.

De pronto todos olvidamos la sorpresa que tenía Hugo preparada, José y él ahora conversaban como si la pelea del martes no hubiera ocurrido, cosa que me alegró. Todo quedó atrás, de pronto Rodrigo pidió un brindis.

- ¡Por los buenos amigos!

- ¡Por la amistad! -. Respondimos y juntamos nuestras copas.

Bebimos de nuestras copas y en ese momento, vimos que los demás comensales empezaron a ver hacia la puerta de entrada, entonces Hugo se levantó de la mesa. Un hombre de rizos negros, chaqueta de piel negra y jeans entraba al restaurante, Hugo le dio un abrazo y lo traía a nuestra mesa. Mi corazón palpitaba muy fuerte, el sonido de un smarthphone devolvió mi mirada a la mesa, era el teléfono de José.

- Regreso, debo responder, es mi jefe, no tardo -. Me dijo levantándose de la mesa.

Alondra me miraba con los ojos exaltados, quise levantarme para ir al baño, pero Hugo y Juan ya habían llegado a nuestra mesa.

- Esta es la sorpresa -. Dijo Hugo mientras sonreía ampliamente.

- Buenas noches -. Saludó Juan a todos, mientras nos miraba.

Karla y Valeria se apresuraron a saludarlo o a colgarse de su cuello. Vanessa se acercó a Juan para abrazarlo y darle la bienvenida, lo cual aprovechó Juan para quitarse aquellas chicas de encima. Se fue directo a Alondra y la saludó abrazándola, ella le presentó a Pablo, mientras yo miraba de reojo a José que seguía al teléfono. Entonces, Juan se me acercó, intenté levantarme al tiempo que me abrazaba y besó la comisura de mi boca, mientras me abrazaba más fuerte. 

El pulso del impulsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora