12.El caos

31 3 0
                                    

Sale un maldito conejo blanco con manchas beige, maldigo por lo bajo, estúpido conejo. Karen no se relaja ni un poquito y me mira con los ojos como platos entonces la amenaza todavía no se a ido. Eric alarga la mano para acariciarlo cuando Karen le detiene la mano a mitad de camino y hace un movimiento de negación. ¡¡¿¿Ese maldito conejo es la amenaza??!!Es ilógico. Todos nos quedamos inmóviles y acribillamos con la mirada al pobre conejo, tratamos de no respirar fuerte, no sé qué hacer. Se escucha un estruendo a lo lejos y todos nos sobresaltamos, viene del edificio y eso me pone muy nerviosa. El conejo sale disparado y se aleja de nosotros. Nos quedamos en la misma posición, se hace un largo e incómodo silencio, durante minutos u horas siguientes no nos movemos. Hasta que el caos se calma a lo lejos. Entumecida me paro y empiezo a sacudirme el pantalón sucio.

-Bueno y si regresamos para ver qué pasó, en vez de estar aquí como cobardes. - No quería sonar muy fría, pero es así como me siento. Me siento cobarde por quedarme en cuclillas esperando a que el peligro pase, escondida en el bosque. Karen asiente y todos se paran.

-Aún no se alejen de mí, manténgase cerca. - dice Eric.

-Si, vamos ya para ver en qué podemos ayudar y saber qué pasó realmente.

Cuando llegamos al perímetro del campo de entrenamiento, todo es un completo caos, gente corriendo de un lado a otro.

Cuando el jefe de jefes se percate de nuestra presencia nos apunta con el dedo con saña.

-A ti te quería ver, te quiero en mi oficina ahora mismo. - volteo a todos lados para ver a quien se dirige, pero al parecer se dirige a mí, ya que mis compañeros de excursión están un poco atrás de mí.

-Se refiere a mi señor-logro articular.

-Ves alguien más alado de ti? - hago un movimiento de negación- Qué esperas sígueme, tenemos que hablar.

Me pongo muy nerviosa, no sé a qué viene esto, porque me habla, así como si me culpara de lo que ha pasado.

Me sudan las manos cuando voy detrás de él por los pasillos del edificio empiezo a percatarme que adentro las puertas están totalmente destruidas, como si las hubieran arrancado con todo y bisagras e incluso como si un animal salvaje hubiera destrozado las puertas, hay algo que no va bien. Si lo sé obvio hay algo que no va bien, pero, un animal salvaje hizo tanto caos aquí en un lugar lleno de gente adulta que tiene poderes inimaginables, algo no encaja. Me hace un ademán para que pase y tome asiento enfrente de su escritorio. Este hombre me pone los nervios de punta. No me había dirigido la palabra desde el día que llegue a este lugar, por eso me alarma que se dirige a mí.

-Hay algo que tengas que decirme-niego, no tengo ni una puta idea a qué se refiere- segura, ¿algún acontecimiento fuera de lo normal que te haya pasado antes de ir de excursión? -vuelvo a negar con la cabeza, de verdad que no sé a qué se refiere y esto ya se empieza a tornar tedioso. -segura? - me mira con aprensión queriendo sacar toda la información que supuestamente sé.

-Señor no sé a qué se refiere podría ser un poco más específico, no entiendo nada. - me mira desesperado, tenso y desafiante.

-Conozco tu secreto. - y no sé porque en ese momento me quedo paralizada y mi cuerpo se pone en una total tensión. Espero que no sea lo que pienso.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora