25.Mi mundo se destruye

40 2 0
                                    

El día de a pasado realmente rápido entre entrenar físico, ver estrategias de combate y entre tantas cosas para prepararnos para lo que viene en la noche el día se hizo atardecer, me encuentro con mis amigos y Daniel bajo el árbol merendando en silencio. Eric se acerca y pone enfrente de nosotros unos papeles y empieza a explicarnos cuáles serán nuestras posiciones más tarde.

Salgo de la ducha y me visto rápidamente con un pantalón estilo militar color azul con una blusa beige y las botas, me recojo el pelo con una trenza francesa.

Daniel me dejo sobre la cama una bolsa de pierna, me lo ajusto a la perfección y al revisar el contenido veo que también me ha obsequiado un kit de supervivencia básica y un par de navajas de combate sencillas guardó todo en su lugar y salgo directo al campo a tomar mi lugar en la pelea.

Mi posición se encuentra justo debajo del umbral, el comandante está a unos metros frente a mí, Karen está a un metro a lado mío y a su lado está Daniel, Evan se encuentra a lado del comandante y Eric está justo al lado mío.

Después de unos minutos que parecen eternos, a lo lejos los pájaros vuelan en el bosque señal de que se están acercando, todos estamos nerviosos de lo que sabemos qué vendrá.

En el oscuro y denso bosque aparece aquel enigma de muchacho y al verlo puedo ahora ver detalles que en la primera ocasión no alcancé a apreciar, su cuerpo es alto y delgado pero trabajado camina muy seguro de sí, tiene cabello castaño oscuro de ojos café claro casi color miel, su rostro refleja cautela y confianza. Al quedar frente al comandante sonríe de medio lado. Al conversar casi no puedo escuchar lo que dicen solo partes. Antes de dar la media vuelta e irse clava su mirada en mí y en cuanto lo hizo sentí un cosquilleo recorrer mi cuerpo.

Tengo un mal presentimiento de todo esto, siento que el todo acabará siendo una reverenda y gran mierda.

Aprieto mis dientes al ver adentrarse al bosque aquel joven, solo pasan unos minutos para que hicieran presencia nuestros enemigos.

Estamos jodidos.

Ese el primer pensamiento al ver a esos extraños entrar en nuestro campo de visión. Son demasiados, realmente no sé cómo saldremos de aquí.

Todo transcurrió tan rápido.

Empecemos, a partir cuando apareció en nuestro campo de visión el ejército enemigo y de lanzarnos miradas desafiantes y gritarnos cosas realmente obscenas, ellos corrieron hacia nosotros para pelear cuerpo a cuerpo de inmediato me puse en guardia. Sin miramientos entraron en nuestro escudo y no sé cómo carajos pudieron entrar, ya que Eric lo había desarrollado a tal grado que todos en el edificio estábamos protegidos, o eso era lo que yo pensaba. Después de que saliera del pequeño mini infarto de ver cómo se acercaban a pasos alarmantes hacia nosotros, mis sentidos se activaron al máximo y a su vez podría casi predecir que todos nos íbamos al mismísimo puto infierno y aun así no era nada comparado con lo que venía.

Hubo un desmadre en el campo, mi misión en esta maldita guerra era casi nula consistía en no dejar entrar a nadie al edificio, supongo que cualquier cosa que busque está dentro del mismo. Me molesto cuando me dijeron mi posición y lo que haría, de cierto modo solo estaría parada y actuaría si amenazaban el edificio, le negaría la entrada a cualquier persona que no sea parte nuestro bando. Me encabrono la idea de pudiendo ser de mejor utilidad en campo en donde pudiera torturar a diestra y siniestra a toda aquella persona que se cruzara estuviera parada en el maldito umbral sin ser de utilidad.

Ver cómo destrozan a tu familia o a las personas que consideras como tu familia por casi un año, eso duele en el puto sentimiento. No suelo demostrar mis sentimientos a los demás es por eso por lo que me siento de la mierda ver cómo dañan a los que me importan. Por eso mi habilidad de dañar, autocontrol.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora