El día de a pasado realmente rápido entre entrenar físico, ver estrategias de combate y entre tantas cosas para prepararnos para lo que viene en la noche el día se hizo atardecer, me encuentro con mis amigos y Daniel bajo el árbol merendando en silencio. Eric se acerca y pone enfrente de nosotros unos papeles y empieza a explicarnos cuáles serán nuestras posiciones más tarde.
Salgo de la ducha y me visto rápidamente con un pantalón estilo militar color azul con una blusa beige y las botas, me recojo el pelo con una trenza francesa.
Daniel me dejo sobre la cama una bolsa de pierna, me lo ajusto a la perfección y al revisar el contenido veo que también me ha obsequiado un kit de supervivencia básica y un par de navajas de combate sencillas guardó todo en su lugar y salgo directo al campo a tomar mi lugar en la pelea.
Mi posición se encuentra justo debajo del umbral, el comandante está a unos metros frente a mí, Karen está a un metro a lado mío y a su lado está Daniel, Evan se encuentra a lado del comandante y Eric está justo al lado mío.
Después de unos minutos que parecen eternos, a lo lejos los pájaros vuelan en el bosque señal de que se están acercando, todos estamos nerviosos de lo que sabemos qué vendrá.
En el oscuro y denso bosque aparece aquel enigma de muchacho y al verlo puedo ahora ver detalles que en la primera ocasión no alcancé a apreciar, su cuerpo es alto y delgado pero trabajado camina muy seguro de sí, tiene cabello castaño oscuro de ojos café claro casi color miel, su rostro refleja cautela y confianza. Al quedar frente al comandante sonríe de medio lado. Al conversar casi no puedo escuchar lo que dicen solo partes. Antes de dar la media vuelta e irse clava su mirada en mí y en cuanto lo hizo sentí un cosquilleo recorrer mi cuerpo.
Tengo un mal presentimiento de todo esto, siento que el todo acabará siendo una reverenda y gran mierda.
Aprieto mis dientes al ver adentrarse al bosque aquel joven, solo pasan unos minutos para que hicieran presencia nuestros enemigos.
Estamos jodidos.
Ese el primer pensamiento al ver a esos extraños entrar en nuestro campo de visión. Son demasiados, realmente no sé cómo saldremos de aquí.
Todo transcurrió tan rápido.
Empecemos, a partir cuando apareció en nuestro campo de visión el ejército enemigo y de lanzarnos miradas desafiantes y gritarnos cosas realmente obscenas, ellos corrieron hacia nosotros para pelear cuerpo a cuerpo de inmediato me puse en guardia. Sin miramientos entraron en nuestro escudo y no sé cómo carajos pudieron entrar, ya que Eric lo había desarrollado a tal grado que todos en el edificio estábamos protegidos, o eso era lo que yo pensaba. Después de que saliera del pequeño mini infarto de ver cómo se acercaban a pasos alarmantes hacia nosotros, mis sentidos se activaron al máximo y a su vez podría casi predecir que todos nos íbamos al mismísimo puto infierno y aun así no era nada comparado con lo que venía.
Hubo un desmadre en el campo, mi misión en esta maldita guerra era casi nula consistía en no dejar entrar a nadie al edificio, supongo que cualquier cosa que busque está dentro del mismo. Me molesto cuando me dijeron mi posición y lo que haría, de cierto modo solo estaría parada y actuaría si amenazaban el edificio, le negaría la entrada a cualquier persona que no sea parte nuestro bando. Me encabrono la idea de pudiendo ser de mejor utilidad en campo en donde pudiera torturar a diestra y siniestra a toda aquella persona que se cruzara estuviera parada en el maldito umbral sin ser de utilidad.
Ver cómo destrozan a tu familia o a las personas que consideras como tu familia por casi un año, eso duele en el puto sentimiento. No suelo demostrar mis sentimientos a los demás es por eso por lo que me siento de la mierda ver cómo dañan a los que me importan. Por eso mi habilidad de dañar, autocontrol.
ESTÁS LEYENDO
La Elegida
FantasyEsta es la historia de una joven recién graduada de la universidad que encuentra un trabajo en un colegio como maestra, empieza a verse envuelta en situaciones en las cuales se cuestionará quien realmente es ella, qué cosa es y porque su vida giró d...