LA VELADA

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Estaba dispuesta a tomarme un pequeño descanso en mi automóvil. Ése espectáculo en la cafetería no me causo absolutamente nada de gracia.
Subí a mi coche y aventé la mochila al asiento trasero. Cubrí mi rostro con mis manos intentando retener los soyosos y a su ves las lágrimas.
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Yo entiendo los celos de vegeta hacia yamcha por que es mi exnovio pero yo no lo veo de esa forma, me refiero a que jamas hubo contacto físico ni amoroso. Siempre lo vi como una amistad con título de noviazgo, cuando vegeta se fue el se convirtió en mi apollo, me ofreció su hombro para llorar y fue mi compañía durante ese tiempo lleno de dolor.
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Es natural que ocupe cierto espacio en mi corazón, Pero no se compara al que vegeta ocupa en el. Esa es la razón de que sus celos me parescan absurdos.
Un par de golpesitos en el cristal del copiloto me sacaron de mis penosos soyosos.  Baje el cristal y #18 me sonrió a medias. Le abrí la puerta y subió al asiento continuo.
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—¿Estas bien?  -Me miraba preocupada y negué con la cabeza.
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—¿Lo viste?  -Le pregunte, yo estaba segura de que así avía sido. Ella suspiro y frotó mi brazo.
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—Todo el mundo se dio cuenta. -Dijo apenada, eso solo me hizo sentir peor,  que vergüenza seré el hasme reír de toda la universidad.
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—No lo entiendo #18 ¿por que si estamos bien.. De la nada sale un problema?  -La mire, ella solo se encojio de hombros.

—Tranquila bulma esto no es tan grave. Solo fue la testosterona de dos hombres enamorados.  -Su comentario me causo algo de gracia pero la sensación duro poco.
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—No... Esos fueron los celos descontrolados de vegeta. Me doy cuenta de que es muy volátil.  -Mire a #18 y tenia los ojos abiertos de sorpresa e ignoro lo que le dije.
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—¡Por dios!  Con todo esto ni siquiera vi tu coche nuevo... ¡Wauu!  Lo amo.  -Puse los ojos en blanco e hice cara de pocos amigos. Ella guardo silencio al instante.
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—Creo que debería irme a casa. -Le dije con pesadez en la voz, ella se acomodo en el asiento de manera que pudiera verme mejor.
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—Esa no me parece una buena idea. Lo mejor que puedes hacer es ir a tus clases y arreglar este asunto con vegeta. -Me aconsejo precavidamente.
Exale el aire tratando de tomar una decisión, no quería discutir con vegeta y tampoco quería volver a entrar por la vergüenza que sentía. ¿Pero huir? No me parece que ayude.
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—Esta bien,  tienes razón amiga... Ser una cobarde no me llevará a ningún lado. - Acepte y le Sonreí para darme un poco de valor.
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—¿Quieres que te acompañe?  -Se ofreció amablemente, pero esto es algo que debo hacer sola. 
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—No, estaré bien... Gracias  - Le di un abrazo y ambas bajamos del coche. Me quede parada al ver a vegeta caminando hacia acá. Después de todo no tendré que ir a buscarlo.
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—Bueno te dejo sola amiga.   - Dijo, al ver a vegeta. Se despidió con la mano y se alejo.
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—¿Podemos hablar?  -Vegeta parecía preocupado, al parecer su enojo había desaparecido por completo.
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—Si.... Solo te diré una cosa, Lo siento vegeta. Perdoname yo se que esto no es fácil para ti.... Pero yamcha es mi amigo y no pienso dejar de hablarle. -Le asegure con voz suave.
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—Esta bien... Bulma tienes razón. Soy un imbécil, me deje llevar.. Los celos me cegarón. Es solo que no lo soporto, odio haberte dejado y haberle dejado el camino libre. Se que es mi culpa , te prometo que no me molestare de nuevo. -Sus palabras me reconfortaron y me hacerque a abrazarlo. Rodeo su torso con ambos brazos y hundo mi cara en su pecho.
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Ese pequeño incidente se quedo así como un pequeño incidente. No hablamos mas del tema pero los días pasaron, las semanas,  hasta que se convirtieron en meses. Habían pasado exactamente 3 meses, en los que no hicimos mas que estudiar y en cierto nivel planeamos la boda.
Lo que mas estuvimos viendo fue la velada en la que se hace anuncio del compromiso formalmente para amigos y familia.
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Aun que esto ya muchos lo sabían pero vegeta es muy tradicional e insistió que lo hiciéramos. No estoy muy segura de a quienes invito el, pero yo invite a mis amigos mas cercanos y entre ellos obviamente esta yamcha. Vegeta estuvo de acuerdo, por que  era la forma de desirle que soy su prometida y marcar la linea.
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Esta fiesta,  reunión o velada se llevara a cabo en un restaurante fino que vegeta reservo por completo durante 5 horas. Aun no me hago a la idea de lo millonaria que seré en un par de meses cuando lleve el apellido ouji en mi nombre, de solo pensarlo se me revuelve el estomago. 
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—¿Estas lista?. -Pregunto mi madre a mis espaldas, me gire para mirarla estaba radiante y se veía muy guapa.
Tenia puesto un vestido negro entallado al cuerpo que hacia resaltar sus Risos dorados.
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—Si mama, solo falta mi bolso. -Ella me miro de pies a cabeza y me dedico una sonrisa de felicidad.   
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—Que hermosa te ves hija. -Sonreí ante su comentario.
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Ami me parece exagerado el echo de que yo lleve este vestido de color blanco con delicado encaje negro, que seguramente tubo un exuberante costo. El vestido es elegante pero al mismo tiempo atrevido, mi espalda esta totalmente descubierta, la tela tapa desde mi cadera hasta casi llegar a mis rodillas,  Por enfrente es de manga larga y un escote poco revelador.
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La tela echa de chiffón de seda se amolda a mi cuerpo dejando ver mis curvas y resalta ciertos  atributos que no suelen notarse con frecuencia. yo nunca hubiera usado algo así de no ser por que quiero complacer a mi futuro esposo. También llevo puestos un par de tacones negros de plataforma algo alta para mi gusto y para mi torpe caminar.
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Tome mi bolso, Despues mi madre y yo salimos a toda prisa. Abordamos mi flamante mercedes y estábamos en camino al restaurante. Comenzaba a oscurecer,  eran las 7:00 de la tarde. Una ves que llegamos ahí, bajamos del coche y no conseguí parecer elegante, mas bien me tropecé un par de veces. Fue difícil pero conseguí llegar hasta la entrada, vegeta estaba parado junto a la puerta esperándome. Sonreí al verlo tan apuesto y elegante.  
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Me ofreció su brazo el cual tome gustosa. los tres entramos y ya avían bastantes invitados. Los aplausos no se hiseron esperar y el sonido crecía de poco a mas. Me puse de un rojo carmesí, por los aplausos y gritos de felicitaciones.
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—Que hermosa se ve futura esposa. -Susurro vegeta en mi oído, Su tibio aliento acaricio la piel de mi cuello descubierto. Debido a que llevaba el cabello recogido en un chongo.
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—Gracias... Y usted no se ve nada mal futuro esposo. -Le dije de una manera un tanto coqueta. Se le dibujo una sonrisa Torcida, esa que tanto me encanta y me saca suspiros.
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La gente comenzó a acercarse para hablar o  felicitarnos y ver el hermoso anillo en mi dedo anular.   
Todo iba muy bien, me sentía algo tímida por mi vestimenta pero era pura familia y amigos así que no fue tan malo.
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Hasta que mire hacia la puerta y vi llegar a cuatro hombres vestidos de traje negro y detrás de ellos, vestido con un traje de etiqueta color azul y el famozo tridente en el costado del saco, entraba el rey vegeta.
Sentí los nervios en cada parte de mi cuerpo pero tambien venían acompañados de coraje y furia.      
Mire a vegeta quien de inmediato se percato de la parecencia de su padre.

Amor Platónico Forever (Saga de Amor Platonico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora