Esto Es Guerra

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Las siguientes horas fueron esperar a que frezeer despertara y diera razones del paradero de vegeta. La noche se hiso presenté y Por lo pronto llamaron a un medico que revisara que todo estuviera bien con mi bebe.  

-Bueno....  el bebe se encuentra bien. -Dijo el medico, todas suspiramos aliviadas y me sentí inmensamente mejor al instante.

-Gracias a dios. -Oí exclamar en voz baja a mi madre. Quien se encontraba sentada a mi lado en el sillón.

-Toma, estas pastillas son para la presión, la tienes muy alta y debes tener cuidado. ¿Deacuerdo?. - Me explico el medico entregandome el frasco, las tome y se puso en pie.

-Muchas gracias por haber venido. -Le dijo la señora ester ouji dándole la mano. El doctor se despidió y salio de la habitación.

En ese momento el padre de vegeta iba entrando, por lo cual un  silencio casi sepulcral se espacio por todo el lugar y
Todas lo mirábamos esperando que dijera algo.

-¿Ya despertó?. -Le pregunto ansiosa ester ouji. El exalo el aire pesadamente mirándola a los ojos. Yo sentía como si los segundos fueran eternos.

-El ya despertó y... Nos dijo en donde esta vegeta....

-¿pero? ¿¡Que están esperando!?. -Le pregunto denuevo ester interrumpiendolo y sumamente desesperada.

-Los guerreros sayayin se están preparando para luchar contra el equipo armado de la realeza boons. Sera una batalla fea. -Aseguro, pero estaba decidido.

-Quiero ir. -Dije sin mas y todos me miraron como si estuviera loca de remate. Lo cual era cierto, pero quería verlo y salvarlo.

-¿¡Has perdido la cabeza bulma!?. -Pregunto mi madre escandalizada.

-No, no iras. -Ordeno el rey molesto. Yo savia que no comprenderian esta necesidad que siento de verlo.

-Por favor, quiero ayudarlo. -Suplique, el rey me miro de nuevo con su exprecion dura.

-¡Es una guerra!, ¡No un maldito juego!. -Grito dándole un golpe a la mesa. Por lo cual todas dimos un pequeño salto por el susto.

-¡VEGETA CONTROLATE!. -Exclamo furiosa la reyna contra el rey, jamas la había escuchado hablarle asi. Ni a el gritar de esa forma, pero las cosas se ponían color de hormiga.

-Sera mejor que dejemos este asunto por la paz bulma. -Dijo mi madre tomando mi mano y El rey salio molesto sin prestar atención.

-Disculpalo bulma, es por su nieto. No quiere ponerlo en peligro. Nadie queremos que te pongas en peligro. -Me aseguro, en eso tenia razón. No puedo ir por que implicaría poner en peligro a mi bebe.

Ese día casi no pude dormir, pero quería hacerlo. Quería salvar al amor de mi vida, debía hacerlo y se que el lo aria por mi. En mitad de la noche, me cambie de ropa y tome una pequeña maletita en la cual guarde algunas cosas. Sabia que los guerreros saldrían al amanecer y ese seria el momento adecuado.

Baje hasta el sótano donde guardaban los trajes de combate, algunos utilizaban cascos, ese era el indicado. Me mantendría en el anonimato.
Me puse el uniforme azul marino  y sobre el, la armadura impenetrable que evitaría que algo me hiriera la cual era sumamente ligera,  tanto  qur ni parecía llevarla encima.

Seguido de ello, tome un casco color negro y lo puse sobre mi cabeza cubriendo mi rostro y escondiendo mi cabello, despues me colgué la mochila al hombro y tome una de las armas de la estantería.

-Soldado. ¿Que hace aún aqui?. -Pregunto alguien a mis espaldas, me gire de inmediato asustada de que me atraparan. Pero era un hombre y me miraba de arriba a bajo. Me aclare la garganta para hablar sin nervios.

-Yo.....  olvide mi arma señor. -Le dije mostrandosela y casi se me resbala torpemente de las manos.

-Salga ya y no pierda mas el tiempo, estamos apunto de irnos. -Me indico, ignorando por completo mi estúpido accidente. Asentí con la cabeza y camine a su lado en dirección al patio.

Una vez a fuera, vi a mi alredor y habían demaciados sayayines formados en infinidad de filas. Me forme en cualquiera y la luz el sol crecía cada vez mas. Estaba nerviosa, no me puedo creer que vaya a hacer esto. Pero todo valdrá la pena lo se.

Una nave descendió del cielo hasta que aterrizo y gigantescas filas de guerreros sayayin comenzaron a avanzar, adentrandose sobre una rampa a la nave.
Cuando fue mi turno trate de simular con naturalidad, entramos en la nave y se nos entrego una mochila.
<¡Mierda!. No puedo hacer esto> Comenze a acobardarme y me quede parada y petrificada frente al soldado que me la ofrecía.
Despues la empujo con fuerza en mi pecho obligandole a tomarla entre mis brazos.

Continúe caminando, y vi que los demás se la colocaban en la espalda, lo pensé un instante y respire profundo. La abri en su interior habian armas y suministros como agua. Seguido de ello me la puse. Todos tomaron asiento y yo solo los imitaba sin saber que carajos estaba haciendo.
Quizás debí pensar esto con mas calma, por que ni si quiera se disparar esta cosa. El corazón me latía desbocado en el pecho, creí que me desmayaria en cualquier momento.

Los minutos se me hicieron horas adentro de esta gigantesca nave a obscuras y repleta de gente.
Una alarma rezono por todo el sitio y una luz roja parpadeante iluminaba parcialmente.
Todos se pusieron en pie y uno a uno se lanzaban por la portezuela. ¡¡¿PERO QUE MIERDA?!!...<Yo no se volar no me puedo lanzar>... <BUM, BUM> El latido de mi corazón era todo lo que mis oídos escuchaban.

Llegué a la salida a causa de los empujones de los demas y la altura era aterradora, pero un soldado a mis espaldas al ver mi indesicion, me empujo al vacío.  El aire era helado y Yo caía sin control presipitada amente al suelo. Moriría en ese momento por mi terquedad y estupidez.

Solo podía sentir el aire rodear mi cuerpo mientras pataleaba y giraba sin control. Gritaba con todas mis fuerzas por ayuda pero nadie me escuchaba. Los demás solo volaban tranquilamente a mi lado.

El suelo ya estaba serca era solo cuestión de segundos, cerré los ojos esperando a quedar como puré en el suelo.
Pero justo antes alguien me salvo y me deposito con suavidad en el piso.

-¿Estas bien?... Parecías desmayada soldado. Casi te matas. -Dijo la voz de una mujer,  Yo solo quería besar el suelo.

-Si.... Es que, me puse nerviosa. -Le mentí, ella solo se río y continuó con su camino empuñando su arma

Calme mis nervios que me hacían temblar descontrolada mente y por primera vez mire a mi rededor, era una especie de selva. Ni si quiera savia donde estaba.
Asi que me limite a seguir al escuadrón, caminaban bastante rápido así que trate de seguirles el paso. Cada tanto tiempo rezaba por que no nos toparamos con soldados enemigos y muriera a causa de las balas.

La caminata fue larga pero entre las copas de los arboles a lo lejos se distinguia una fortaleza enorme.
Estabamos cerca, demaciados serca.
<Ya voy por ti vegeta.> decía para mi fuero interno cuando de pronto se escucharon atronadoras ráfagas de fuego cruzado.

-¡AL SUELO!. -Grito uno de los que estaban hasta enfrente. No lo pensé dos veces y me oculte detrás de un árbol. Esas armas deben de ser mas letales, por que saben que los sayayin no son fáciles de matar.

Me preguntaba por que no vuelan. Pero es verdad si lo hacen serian blancos fáciles.
Las ráfagas no cesaban, cada vez se escuchaban mas serca.
Por lo que algunos soldados avanzaron tambien. Trate de penzar claro, me acomode el casco,  me levante del suelo saliendo de mi escondite y apunte con mi arma hacía el frente.

Mi respiración estaba agitada por la adrenalina que recorría mi cuerpo.
Algunos soldados enemigos caían muertos frente a nuestro escuadrón. Yo no tube necesidad de disparar y continuamos caminando,  Abriendonos paso entre la maleza.

De pronto sin previo aviso una bomba de humo exploto, justo frente a nosotros,  quede aturdida y no sabia donde estaban los demás. Se escucharon balazos nuevamente asi que me tire al suelo.

Despues me arrastre por el mismo, hasta que sentí un muro frente a mi.
Me levante y lo tantie con las manos para guiarme. De pronto entre por una puerta, todo estaba obscuro. Pero savia que estaba dentro de la fortaleza boons. <Ya casi llego vegeta, resiste>......

Amor Platónico Forever (Saga de Amor Platonico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora