✧༝┉˚*❋ CAPÍTULO 10: CONFIANDO EN TI ❋*˚┉༝✧

1.6K 76 0
                                    

RENESMEE POV.

Mi corazón latía apresuradamente, mientras que trataba de recuperar el aliento. Después de haber dado negativo en la prueba de embarazo, Aro no espero un segundo más para que Alec y yo lo volviéramos a intentar. Trague saliva y me senté en la cama, no quería dormir, para ese entonces Alec se encontraba sentado en la cama con sus pantalones puestos, me daba la espalda. Lo contemplé por unos segundos, su espalda blanca parecía estar esculpida por el mejor artista, sus brazos no eran musculosos, pero sí estaban muy bien trabajados y también tenían la fuerza suficiente para acabar con cualquier vampiro que se le pusiera enfrente. Su cabello castaño se encontraba despeinado, pero le daba un toque sensual.

Volteé mi cara ante el último pensamiento, no podía estar pensando en eso. Después de un suspiro, Alec volteo a verme, sus ojos recorrían mi cuerpo cubierto únicamente por la sabana, la apreté un poco más.

—¿Cómo te sientes?— pregunto arrugando su frente. No conteste, necesitaba encontrar la palabra correcta para decirle como me sentía, pero por más que busque, no había palabra que pudiera describirlo.

—Mal— dije finalmente, —Pero si te refieres a lo de hace unos pocos minutos— trague saliva. —Gracias por ser delicado conmigo— dije sin verlo, me sentía apenada.

Y en eso soy honesta, había sido muy delicado esta vez, al parecer no quería lastimarme. Y eso se lo agradecía, ya que al no poder negarse a dejar de hacer esto, por lo menos tenía las intenciones de no dañarme... Más. Sentí la cama hundirse por su peso, después sentí su fría mano en mi mentón para que lo viera.

—Eres muy frágil— fue lo único que dijo. Después de unos segundos coloco un mechón de pelo detrás de mi oreja y me dedico una media sonrisa, trate de hacer lo mismo. Se levantó de la cama para ponerse la camisa y colocarse su saco en su hombro izquierdo.

—¿Te vas?— no sé siquiera por qué le hice esa pregunta, tal vez era la soledad.

—Creo que no tiene caso seguir en esta habitación— respondió sin voltear a verme. Desvié mi mirada al tiempo que tragaba saliva, no sé por qué esa respuesta hizo que mi corazón se hiciera pequeño, de modo que por unos segundos se me hizo difícil la tarea de respirar. Dirigí mi mirada hacia la puerta, cuando la oí cerrarse, se había ido.

Después de unos segundos y un suspiro, me levanté de la cama para darme una ducha.
Me vestí y sin más salí yo también de aquella habitación.

Caminaba sin prisas, pensando en como mi vida había cambiado mi vida en estas semanas, en el giro que mi vida había cambiado, cuando de pronto unos tacones hicieron eco en el salón, dirigí mi mirada hacia donde provenía aquel sonido.

—Hola Renesmee— su dulce voz se escuchaba fingida, mal actuada, al igual que las facciones de inocencia. Me quedo muda, mi garganta perdió la voz, no tenía forma de contestar. Finalmente, después de unos segundos de silencio y sin que nadie se moviera, aclare mi garganta.

—Jane— susurré, quería estar segura de que había recuperado mi voz.

—Así que, ¿vienes de aquella habitación?— pregunto dirigiendo la mirada hacia la puerta donde había salido, respire profundamente mientras asentía, —¿Y Alec? ¿Sigue ahí adentro?— sus ojos carmesí se enfocaron en mí. Mostraban enojo, ira, pero hacia mí.

—No, no sé a donde fue— mi corazón palpitaba aceleradamente, comencé mi caminata hacia mi habitación, pero Jane me lo impidió. Sonrió maliciosamente, yo solo la vi a los ojos, tenía miedo... Miedo de lo que me pudiera hacer. Alec es su hermano, y estaba segura de que lo protegería contra todos y todo.

—Tienes miedo— comenzó a caminar hacia mí, abriendo mis ojos como platos y reaccionando al instante comencé a dar pasos hacia atrás, tratando de mantener la distancia entre Jane y yo.

—Sé quién eres y que es lo que haces— dije justificando mi miedo.

—Muy bien— dijo mientras me acorralaba en una esquina, —Porque así sabrás lo que puedo hacer cuando alguien se mete entre mi hermano y yo.

—Yo no...— comencé a argumentar, pero las palabras se borraron de mi mente cuando sentí su fría mano apretar mi cuello.

—Tú— dijo apretando su mandíbula, —Eres la piedra en el camino, Tú estás entre mi hermano y yo y eso no lo voy a permitir, así que lo que harás, si no quieres que nada malo te pase— sonrió, —Será mejor que trates de alejarte de Alec.

—No puedo— logre decir, trate de tomar aliento, pero me fue imposible, porque Jane me apretó un poco más, trate de quitarle las manos de mi cuello, pero me fue imposible. Mis ojos se abrieron a causa del miedo y la falta de aire, necesitaba hacer algo pero, ¿qué? ¡No, no, no! No podía morir a manos de Jane y aquí.

—¡Jane! ¿¡Que estás haciendo!? ¡Suéltala!— se escuchó la voz de Alec. Jane volteó a verlo con cierto enojo reflejado en sus ojos, después de unos segundos obedeció.

Toque mi cuello al tiempo que sentía como mis pulmones volvían a tener oxígeno, tosí por unos segundos. Sintiéndome débil, puse mi mano en la pared para poder mantenerme de pie, pero sentí una mano sosteniendo la mía, para poder apoyarme.

—Hermano...— trato de acercarse a Alec.

—No, Jane— levanto su mano para que no lo hiciera, —¿¡Acaso no te das cuenta lo que estabas a punto de hacer!? ¿En qué estabas pensando?

—Es que...

—¡Escúchame Jane!— la voz de Alec hizo eco, —Deja de cometer más estupideces, ¿quieres?

Y sin más comenzamos a caminar por el pasillo, alejándonos de Jane. Alec me llevo hasta su habitación porque al parecer estaba más cerca.

—Esta no es mi habitación— dije cuando abrió la puerta de madera.

—Estás muy débil para seguir, te cargaría, por ya gastaste ese transporte por esta semana— se burló. No pude evitar sonreír, me hizo un ademán con su mano para que pasara y lo hice. Su habitación estaba elegantemente decorada de color negro oscuro, que hacía un hermoso contraste con la fina madera blanca. Los Vulturis tenían un exquisito gusto en el tipo de decoración.

—¿Tu habitación no es tan sorprendente?— sonrió mientras me veía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Tu habitación no es tan sorprendente?— sonrió mientras me veía.

—Lo es— respondí, —Pero no como está— lo volteé a ver, su blanca sonrisa ilumino la habitación completamente, desvié mi mirada hacia el espejo.

—Necesitas descansar.

—No— conteste al instante, el recuerdo de Jane volvió a mi mente, —Jane puede regresar. Es tu habitación, que tal si viene a verte y me encuentra a mí...— me interrumpió Alec.

—Yo estaré aquí— susurro, —No te dejaré sola.

Quería confiar en él, quería recostarme y tener la seguridad de que él estaría conmigo, vigilándome. Pero nada me lo podía garantizar, y estoy segura de que él lo notó porque alzo una ceja y después de unos segundos camino hacia mí.

—Renesmee— espero hasta que la vi a los ojos, —Confía en mí, yo sé que no hay razones para hacerlo, pero créeme cuando te digo que aquí estaré.

Baje la vista, para tragar saliva, estaba indecisa, no tenía cabeza para pensar. Pero después de unos minutos asentí ligeramente para después recostarme en la cómoda cama, Alec hizo lo mismo, me contemplo por unos segundos. Hasta que finalmente el sueño fue más fuerte que yo y caí en un sueño profundo.

✧༝┉˚*❋ DE LA OBLIGACION AL AMOR ❋*˚┉༝✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora