Perfecta Para Mí.

Episodio 26.

Parte 26.

Escucho los gritos de Nora y salgo de la habitación para ver que sucede.
Lucía carga a Theo y veo que se muestra un poco aturdida, por todo el suelo de la sala están esparcidos papeles de colores y una especie de algodón.

-¿Dónde está Nora? ¿Qué tiene? -Exijo saber.

-Ha-ha, ella ha visto lo que había dentro de la caja de regalo y ha salido buscando a coco el perrito.

Volteó a ver nuevamente lo qué hay sobre el suelo.

Mierda.

Salgo de la casa por la puerta de enfrente y visualizo a Nora tirada en el suelo del jardín. Me acerco hasta ella justo en el momento que se ha desmayado.

-¿Qué? Nora, cariño.

Su padre ha llegado hasta nosotros, se ha tendido en el piso también para tocar las mejillas de Nora y pedirle que reaccione.

-Por favor muchacho. -Me dice. -Carga a Nora a la sala, pronto, llamaré a un médico.

Dicho esto saca su móvil de su bolsillo y comenzó a teclear un número, por mi parte tomé a Nora con ambos brazos y corrí con ella a la sala, su padre vino detrás de nosotros.

La deposité en el sofá más grande y aparté de su cara unos mechones de cabello que se habían pegado a ella por sus lágrimas.

-Nora. -Dice su padre mientras se acerca a ella. -¿Qué ha ocurrido hija?

-¿Has llamado a Aarón? -Pregunta Raúl entrando a la sala.

-Si.

-No creo que tenga que ver en absoluto con eso.

Nora se ha desmayado por una broma de mal gusto.

-¿Qué?

-A la niña le han enviado un regalo lleno de... -Señala con su cabeza el desorden qué hay en el suelo.

El señor Artemis abre los ojos un poco sorprendido y niega.

-¿Quién ha traído eso? -Ordena saber. -¿Donde está el perro de Nora?

Raúl rasca su nuca y levanta los hombros. Artemis niega y talla su frente con una de sus manos.

(...)

Cuando el médico llegó para atender a Nora la estuvo revisando en la sala, le entregó unas cajitas con medicamentos y le pidió que subiera a su habitación para descansar. Nora solo asentía, no la escuché hablar en ningún momento.

Artemis pidió a Lucía limpiar todo el desorden que había en la sala, no dejaba de preguntarse quién pudo a ver matado al perrito de Nora, a coco, y tomarse la molestia de enviarle el pelaje en una caja de regalo.

-Es tarde chico. -Dice viéndome de reojo. -Era, es tu día libre puedes irte si quieres, llévate el auto.

No quiero irme, quiero hablar con Nora y saber si ella está bien.

-Prefiero quedarme señor. -Le digo.

Me da una sonrisa de boca cerrada y unos golpecitos en mi hombro, él luce cansado, frustrado no dilata en despide.
En pocos segundos todas las luces de la casa se han apagado, las he apagado yo porque fui el último en venir a mi habitación.
Pienso esperar un poco hasta que todos estén profundamente dormidos y pueda subir a ver a Nora.

Entro a la habitación y visualizo el regalo que Nora me entregó por la tarde, sonrió al tomarlo entre mis manos y recordar lo hermosa he inocente que se veía estando nerviosa esta tarde.