Parte 2. El empleo.
Lleve mi vista del pequeño plástico hasta la gran residencia. Estaba frente a la puerta de la casa del señor Artemis. Pediría hablar con él con esperanza por obtener todavía el empleo.
Estuvé toda esta semana en casa de Everette, él, después de llegar el último día a salvarme la vida como por cuarta ocasión me llevó a su casa.
Esa misma noche mando ha llamar un médico para que me atendiera, y no sé cómo pero no tenía ningún golpe de gravedad, solo tenía moretones en mi espalda y mi abdomen, moretones que se estaban desvaneciendo poco a poco. Y en mi rostro conservaba una cinta a un lado de mi ceja izquierda, junto con algunos pequeños raspones más.Durante estos 7 días no he vuelto a casa con mi hermana, Everette se encargó de hacerles creer a mis tíos que estamos fuera de la cuidad en un viaje de amigos.
Como es de suponer, tampoco he vuelto a mi trabajo en la cafetería, supongo que debo estar despedido por ausentarme varios días sin dar ninguna explicación. Y tampoco se absolutamente nada de Eleanor. Mi estúpido he ingenuo corazón no puede aceptar que no se preocupe siquiera por donde he estado. Tan siquiera me ha llamado.
Fijé mi vista a través de las rejas de la puerta y visualice un señor de edad avanzada, moví mi mano para llamar su atención, el señor sonrió y me indicó con su mano que en unos segundos vendría a atenderme.
Durante mi estadía en la casa de Everette le conté sobre el señor que conocí en la cafetería, el que me obsequió 100 por cambiar un neumático y me ofreció empleo. Como es más que obvio que ya no cuento con el trabajo en la cafetería necesito uno nuevo. Además de que Everette me ha prohibido regresar a las palmas, dijo que el se encargaría de que mi lugar lo ocupara alguien más, pero no debía regresar por ninguna razón sobre la tierra.
Y el mismo es quien me ha convencido de que debo buscar un buen trabajo, estable y con un salario digno para mantenerme alejado de todos los problemas.
He aquí la idea de estar frente a una casa de ensueño u desconocida completamente para mi, imaginé que la dirección anotada sería no lo sé , quizá una oficina, o la dirección de alguna empresa.-Buenos días joven. ¿En que puedo ayudarle? -Habló el señor a través de las rejillas.
-Buenos días señor. -Me-¿Está es la casa del señor Artemis Walker?
-Si muchacho. ¿Tienes una cita con el señor?
-Oh no. -Me apresuré a responder. -Solo quiero, quisiera hablar con él por favor.
-Su nombre por favor.
-Harold, puede decirle al señor Artemis que lo busca el muchacho que cambió el neumático en la cafetería.
-Claro, aguarde aquí por favor. -Dijo dando vuelta y comenzando a caminar de regreso.
El señor desapareció de mi vista hasta entrar a la casa, dilató unos segundos, regresó con un manojo de llaves, dió vuelta a la cerradura y me permito entrar.
-Soy Raúl joven. -Dijo y extendió su mano. -Sígame.
Luego de tomar su mano por unos segundos, comencé a caminar detrás de él por el enorme jardín, habían rosas de varios colores por doquier, y una enorme cantidad de árboles rodeando la casa, había una fuente y escaleras hechas de rocas para subir a donde se encontraban las instalaciones.
Rodeamos un poco la casa hasta entrar por una puerta que estaba por detrás.
Por dentro todo era aún más hermoso, era de color vainilla y verde.-¿Cariño te sientes bien?
Al escuchar esto deje de admirar los enormes y limpios muebles de cocina y volteé hacia la barra donde se encontraba una señora admirando con dulzura al señor Raúl.
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Perfecta Para Mí.
RomansaToda mi vida había tenido frío, sentí el primer calor de mi vida cuando le abracé. La observo completamente en silencio. Con mi pulgar trazó una línea sobre su frente, cruzando su nariz hasta llegar a sus labios. La veo moverse entre las sábanas y...