37: La Estrella de Navidad

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(Corregido SEP 2021)

Ethan

No me siento orgulloso de lo que he hecho, aun sabiendo que lo hice por proteger a la mujer que amo, por vengar las lágrimas que le ha hecho derramar, el miedo, la zozobra y la incertidumbre permanente en su corazón desde que el apareció en su vida para terminar con su paz, y de paso joder nuestra relación, no me siento orgulloso de lo bajo que he caigo e incluso me siento sucio de alguna manera. La violencia no es algo que vaya conmigo. Sin embargo, lo que me obligó a actuar de la forma como he actuado, se reduce a que estoy hasta los cojones de ese hijo de puta jodiendo a mi mujer. La noche del viernes cuando vi su lindo rostro marcado por las cachetadas que le había dado su padre y todo por culpa de ese pedazo de mierda, vi todo rojo. La rabia me consumió.

Matarlo era lo que más deseaba y de no haber sido por las insistencias de Joselyn no me hubiese detenido en ir a buscarlo y volverlo mierda de la paliza tan grande que le iba a dar. Me está hinchando las pelotas de mala manera. Pero aun así, no iba a quedarme tranquilo así como si nada, no. ¿Qué hice y a escondidas de mi novia? Vuelvo y digo que no me siento orgulloso de recurrir a algo tan bajo, sin embargo, si satisfecho porque cierta escoria se lo merece. ¿Cómo ver que lastiman a la mujer que amas y no hacer nada? Cuando su dolor es tan suyo como tuyo y cuando lo único que deseas es hacerla feliz y hay alguien impidiéndote no hacerlo, ¿ah?

Hay que pararlo de alguna manera.

Bueno, que fue idea de Iván y bien pude haber descartado su locura, pero sucede que me encontré haciéndole caso. Yo, Ethan Forter y presidente de una compañía multimillonaria caí tan bajo como pagar un dineral contratando una manada de delincuentes con el fin de mandarle una sorpresita a Hamilton y esa sorpresa fue una paliza que le hará pagar toda la tortura a la que ha sometido a mi mujer; el disparo que me dio, haberla alejado de mí y habernos hecho vivir un infierno en partes iguales uno alejado del otro. Asimismo, el haber puesto su padre en contra de Joselyn y de paso que también el señor la golpeara por sus mentiras.

Hamilton las pagará todas... y que agradezca que solo haya pedido que le golpeen. Porque de ser más sádico y con el odio que le tengo bien pude haber mandado a violar su culo obsesivo. Pero por ahora me limito a eso y espero realmente aprenda la lección. Sé, estoy muy claro, que con violencia no se arregla nada y que violencia trae más violencia, no obstante, la furia que ardía dentro de mí solo me exigió que se las hiciera pagar todas o casi todas a esa escoria y le hice caso, aun cuando haya sido una forma equivocada y bastante dolorosa, al menos para él porque para mí ha sido todo lo contrario.

En cuanto a Joselyn, que mejor no lo sepa o se pondrá bastante furiosa. Aunque si se entera, lidiaré con ello la verdad, no lo hice algo que no se mereciera, ¿o sí?

—Yo quiero poner la Estrella de Navidad, papá —pide Anabella con voz ilusionada y enfoco su carita dulce con la estrella que quiere poner en la mano.

Sonrío al verla a ella y a su madre mientras una sensación hermosa se asienta en mi pecho, haciéndome reír más ampliamente y tomo a mi princesa en mis brazos para abrazarla fuerte y cubrirle la carita de besos.

Es Navidad, y a diferencia de la última de ellas y muchas otras, no siento un vacío en el corazón sino que me siento completo, feliz y en paz. Ahora soy un hombre con una familia que es mía y a la que amo con todo mi corazón; mi mujer y mi hija, por las que sería incluso capaz de dar mi vida tan solo por verlas bien.

Los tres llevamos varias horas armando nuestro árbol de Navidad, al lado de la chimenea crepitando en un gran fuego para darle un poco de calor a esta noche fría por la época. Ya está listo y solo le falta la Estrella al final y luego encender las luces. Joselyn se halla sentada sobre el piso al lado del árbol, unos pantalones cortos dejan al descubierto esas no muy largas pero deliciosas piernas que tanto me gusta besar, acompañados con una blusa estampada de flores azules, bajo la cual no lleva sujetador como la mayor parte del tiempo cuando está en casa, algo que no me desagrada en lo absoluto. Su cabello tan negro como el carbón y largo, se encuentra amarrado en una coleta desprolija y una bella sonrisa adorna sus labios y hace brillar esos ojitos que a mi tanto me fascinan. Me gusta saber que a pesar de todo lo que está pasando, saberse acosada por un infeliz como Dante Hamilton y el pleito con su padre que según me dio a entender, adora, Joselyn siempre tiene esa centelleante sonrisa en los labios.

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