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40: Final

(Corregido, SEP, 2021)

Joselyn

Aún me cuesta creer que la pesadilla Dante Hamilton ha terminado para mí, pero sí y siento un alivio tan grande, ha regresado a mí esa paz que por tanto tiempo me arrebató. Otra vez siento que soy libre. Ahora puedo caminar con libertad por las calles sin miedo de ese enfermo queriendo hacerme daño.

El que está atrapado es él ahora y pasará mucho tiempo antes de que pueda volver a ver la luz del sol, pagando por todo el daño que ha hecho en su vida que es bastante. Quizá muera en la cárcel, pues se han descubierto todas sus tranzas y la justicia no dudó en enjuiciarlo. Va a pudrirse en la cárcel y yo no puedo estar más contenta por eso, se lo merece.

Sé que existen personas malas en el mundo; gente podrida y sin corazón, pero no creí que tanto. Dante gana por muchas millas en maldad, aunque admiro un poco lo inteligente que fue para engañar a todo mundo, para que mentir. Ese hombre llevaba años ocultando sus delitos y nadie lo había atrapado aún, hasta ahora.

Su obsesión conmigo fue lo que le hizo caer, que Ethan tuviera la inteligente idea de mandarlo a investigar y el detective fuese tan bueno como para descubrir al menos la mitad de sus fechorías, lo hundió. Sé debe odiarme ahora, pero yo más a él. Le repetí hasta el cansancio que con él no deseaba nada y el señor de necio que quiso tenerme a toda costa, ahí están los resultados. Dante Hamilton está bastante hundido y la noticia sobre la caída de uno de los empresarios más poderosos de esta ciudad— con tranzas —, ha pasado de boca en boca. Los medios de comunicación se han dado la gran vida rodando la noticia de su caída, incluso fue fotografiado en su ingreso a la cárcel y al día siguiente sus fotos viajaban por cada diario y los sitios web en internet.

«Y el señor creía que nadie podía contra él».

Siempre me he considerado una mujer fuerte, soy más valentía que el tamaño que poseo, lo cual me hace sentir muy orgullosa de mí misma. Lo que Dante me hizo aquel día fue asqueroso, me golpeó, me tocó y estuvo a nada de violarme de no haber llegado, Ethan. Así que no puedo negar que los recuerdos me abruman y que por varios días tuve algunas pesadillas con esa terrible noche, pero a medida que los días van pasando me voy convenciendo de que esa basura de ser humano no merece ninguno de mis pensamientos, que me hizo demasiado daño para permitirle hacerme un poco más. Cuando su sucio recuerdo viene a mi cabeza trato de reemplazarlo con otro más hermoso, mi hija Anabella que por ejemplo, el día de ayer se le cayó unos de sus dientitos de leche, lo que muestra que mi niña está creciendo. Asimismo pienso en Ethan, y el gran amor que sentimos el uno por el otro, un amor que ha dejado un fruto bello y hermoso: nuestro primer hijo.

Me rio.

Confieso que aparte de que increíblemente el padre de mi hijo se desmayó al conocer la noticia —lo cual fue bastante cómico ver un hombre tan fuerte caer goteado sobre el piso al enterarse que será papá y no sé si en ese momento me reí por lo chistoso de la situación o por pura felicidad—a mí la noticia me dejó en estado de shock, no comprendía como es que habiéndome estado tomando las píldoras anticonceptivas sin fallar a ninguna había quedado embarazada, pero luego entre cuenta y cuenta capté que mientras estuvimos en Palmer hicimos el amor varias veces y en ningún momento tomé las píldoras dejó claro cómo es que estoy embarazada ahora, pero a pesar de que no fuera planeado es lo más hermoso que nos sucedido jamás, pues Ethan está tan contento como yo con la idea de ser padres y más, de un bebé que no es más que el resultado de un gran amor como el que sentimos los dos. Y yo, a pesar de todo el infierno que viví durante los últimos meses agradezco a la vida este hermoso regalo que me ha dado después de tantas semanas de sufrimiento.

Salgo de la ducha luego de darme un baño con mi cuerpo envuelto en una toalla y todo el pelo chorreando. Ethan aún no llega de la empresa pero ya no debe tardar, puesto que ya son pasadas las siete de la noche.