Ella... es real? .

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Estar atada a una silla no era precisamente como me había imaginado que terminaría en este año escolar, sin embargo la serie de eventos pasados me trajeron hasta aquí de la mano de quien nunca imaginé.

Mi nombre es Kara-El y les narraré la más insólita historia de la obsesión de mi captora hacía mí, la que provocó que me tenga aquí contra mi voluntad, pensando... ¿qué me hace tan especial para que ella dejara todo por tenerme bajo su control?, bien espero me ayuden a comprenderlo.

Aunque admito que no me molesta del todo...


—UN AÑO ANTES—


-_-_-_-_-_-


-Casa EL-

Me sentía muy bien bajo mis cobijas suavecitas, estaba medio despierta al escuchar mi despertador, no entendía porque sonaba sí aún estaba en vacaciones o eso pensaba cuando siento unas manos moviendo mi cuerpo bruscamente, me quejaba y no alcanzaba a distinguir la voz que me llamaba, era demasiado baja para ponerle atención, no quería que nada irrumpiera mi sueño pero ahí estaba otra vez ese movimiento y ahora sí que oía esa irritante voz.

-¡Vamos friki despierta!—grita con su maldito tono molesto.

-Déjame dormir Kal—me cubro con la almohada pero él me la arrebata para golpearme con ella— ¡Auch!—me siento en la cama sonámbula.

-Nada de déjame dormir—diviso su rostro con ese estúpido peinado suyo—tienes que ir al colegio hermanita, no esperaré ni un minuto más así que dé pie-

-Oh sí genial la preparatoria—finjo emoción logrando poner los pies en el piso frío poniéndome de pie estirando mi cuerpo—que molestia-

No me emocionaba nada ir al colegio, no cuando sabía lo que me esperaba el primer día, las constantes agresiones de Maggie, su novia Alex y la que terminaba de completar ese horrendo trio, Imra, aunque esta última creo que solo estaba con ellas para no sufrir lo que yo todos los malditos días, a veces notaba que me veía extraño aunque sinceramente hace mucho dejaron de importarme, me he acostumbrado a estudiar así, realmente no soy una persona débil, sé que poseo fuerza en algún lugar dentro de mí, sin embargo no me gusta la violencia, no quiero ser una más de las que les causa problemas a sus familiares, en mi caso solo tengo a mi hermano Kal, nuestros padres fallecieron cuando yo tenía nueve años así que no los recuerdo tanto como él, por lo que no me duele su ausencia.

Nuestra ascendencia era de lo más extraña para muchos en National City, solo sabemos que nuestro apellido proviene de milenios atrás cuando se hablaba de brujas o demonios, en época de la santa inquisición donde la mayoría de nuestros ancestros fueron acusados de hechicería por lo que como todos ya sabemos, fueron quemados en la hoguera por paganos que se hicieron pasar por católicos, sin embargo nuestro tatarabuelo sobrevivió y huyó de Gran Bretaña ha este país, somos los misterios EL, ya que cuando vivíamos en Texas se corrió el rumor de que estábamos malditos, que todos estábamos destinados a morir antes de los 30, más específicamente a los 28 años de edad, claro que nuestros tatarabuelos, bisabuelos, abuelos y padres murieron a esa edad aunque con los religiosos texanos es mejor ignorarlos, no quería pensar en perder a mi hermano, él tenía 24 años así que no era una opción dejar a su hermanita de 16 años sola.

Era verdad que poseíamos fortuna gracias a la empresa y diversos negocios que mi hermano manejaba muy bien, ya que nuestro querido tatarabuelo se había traído consigo oro suficiente de su país natal, de ahí dicen que proviene la maldición familiar, nosotros por cuestiones personales o más bien tradicionales teníamos nuestra propio dios al cual alabar, RAO, hasta ahora no comprendo mucho de ello ya que soy demasiado joven para saberlo, eso lo repite constantemente Kal.

Si no es conmigo con nadie vas a estarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora