-¿Qué?-
Seguía en mi trance después de oír su petición indecente, ni siquiera me había dado cuenta en el momento que se había quitado las gafas, ahí estaba yo en su auto, sin poder moverme para huir, ¿quizás?, pero dudo mucho que me dejara ya que veo su gesto malévolo, como una bruja peligrosa que estaba a punto de arrebatarme mi alma o algo parecido, sonreía tan peligrosamente feliz sin importarle que yo fuese su alumna.
-Prefiero que me expulsen—respondí aunque sinceramente no quería eso, decidí apartar mis ojos de su intensa mirada para salir lo más rápido posible de ahí pero cuando estaba por abrir la puerta su mano se interpone azotando la puerta impidiendo mi salida—Usted—digo molesta pero al verla de nuevo para mi sorpresa no estaba enojada, me veía con una expresión macabra, típica de un acosador diría yo.
-Me temo que no te dejaré partir hermosa-
Su voz aterciopelada pero grave se deja escuchar como un susurro escabroso y sin darme más opciones toma mi rostro con fuerza uniendo así sus labios con los míos, creí que sería agresiva pero no, sus movimientos son suaves al besarme, sus labios eran cálidos con un sabor cerezas que lentamente me va absorbiendo la voluntad, mi ser ya no opuso resistencia así que cerrando mis ojos me relaje correspondiendo tan exquisito contacto, no era la primera vez que besaba a alguien pero debo decir que aquel que di en la primaria no se compara con este, me sentía en las nubes.
Sin embargo ya me daba cuenta de lo que pasaba, al sentir sus dedos calientes en mi rostro mi voluntad vuelve y abriendo de golpe mis ojos la empujo por fin saliendo del auto, no quise voltear esta vez aunque mi cuerpo lo deseara, ya tenía lo que quería después de todo. Al entrar a mi casa activo el sistema de seguridad recargándome en la puerta viendo como mi pecho subía y bajaba, hasta ahora me daba cuenta de mi respiración agitada, esperaba que fuera por el miedo que me albergaba pero algo en mi interior me gritaba que era por algo más.
Toque mis labios por inercia al percatarme gracias a mi sentido del gusto, que aún tenía el sabor de los suyos en ellos, no puedo negar que su experiencia es grande, no obstante me sentía de alguna manera utilizada, nunca creía llegar a conocer a una mujer que poco le vale perder su trabajo con tal de conseguir lo que quiere. Ya más tranquila me asomo con cautela a la ventana de la sala, gracias Rao ya se había ido, sentí un alivio en mi pecho por fin relajándome; pero por si fuera poco, la extrañeza del día no daba fin todavía, cuando di el primer paso alejándome de la ventana, por un cuarto de segundo, vi una silueta pasar por el arco del salón, no soy de las personas que creen en esas cosas a pesar de mi historial familiar, aunque esto si me estaba asustando, mucho más cuando las bombillas empezaron a parpadear, tal cual Conjuro.
Negué repetidamente con la cabeza, sacándome esas absurdas ideas de la mente, no era momento para creer que un demonio habita mi casa para dar inicio a una serie de movimiento de objetos, debía ser la energía fallando, esperaba por el bien de mi poca cordura después de ese beso que así fuera, deje la mochila que aun traía en mi espalda en la alfombra al tirarme en ella, quería sentir la frialdad y dureza del piso. Mi celular emitió ese sonido de mensaje, seguramente era Lois disculpándose o algo así, no era algo que debía importarme tanto, pero si no fuese por ella no habría pasado por todo eso, lo saque del bolsillo trasero de mi pantalón y al desbloquearlo casi lo arrojo a la chimenea.
“Debo admitir que para no querer besarme, te acoplaste bastante bien, tus labios además de ser perfectos y hermosos, tienen un sabor inigualable, el mejor elixir que he probado en todos mis años de existencia”
Era ella, esa mujer había conseguido mi número, no me sorprendía tanto, era evidente que sería capaz de llegar más lejos del límite ético de su profesión, bloquee la pantalla cerrando los ojos poniendo mi frente encima de mis brazos, así recostada en el suelo pensaba, ¿cómo la veré mañana en clases?, de entre todos los seres humanos en el mundo, justamente a mí me debía tocar el peor Karma, tal vez asesiné a un rey en la vida pasada o marque esclavos, sea como fuere, yo, Kara-El, tenía una vida demasiada apresurada a mi edad, mi corta edad.
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Si no es conmigo con nadie vas a estar
FanfictionKara-El, la única descendiente mujer de su linaje, se verá envuelta en lo que muchos llaman posesión oscura. Un demonio ha puesto su atención en ella otorgándose ella misma la hermosa joven que ya siente suya.Dos mujeres unidas por una traición del...