He ganado.

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-Lo he pensado y no permitiré que te sea tan sencillo tenerla Lena-

-¿Qué diablos?...-

 

No tiene tiempo de detener a Samantha quien esparce una bruma negra por toda la casa de los El, Lena es detenida con ayuda de un pentagrama dorado en el suelo, hecho por el mismísimo Lucifer, así que después de todo estaba apoyando a su hija, ya que ésta con esa simple acción había borrado la memoria de lo sucedido por la tarde, así que Kal-El y Lois no sabrían de su encuentro con Kara, mientras que la rubia solo pensaría nuevamente que Lena se había ido sin problemas, cada vez más veía lejana la posibilidad de tenerla consigo, Samantha no le pondría las cosas fáciles, no cuando ansiaba venganza.

 

-¡Listo!—aplaude victoriosa.

-Miserable sangre podrida-

-Me halagas mucho Lena, ¿y sabes qué más he hecho?-

-No—abre sus ojos llena de ira— ¡no te atreviste!-

-¡Así es!—levanta los brazos—sembré la duda en Kara, sí debe interesarte en ti como ha pensado o en el heredero de los Or, el tiempo corre y sí te sigues deteniendo por tus sentimientos hacia ella, puede que el galante caballero de enormes sentimientos bondadosos, te quite lo más preciado que has anhelado-

-¡Te vas a arrepentir Samantha!-

-No lo creo-

 

La princesa desaparece llevándose consigo la oportunidad de Lena de estar por fin con Kara de la manera adecuada, ahora comprendía lo que Samantha quería, si ella marcaba por la fuerza a la rubia, ésta la odiaría tanto como Endora la odió a ella, justo cuando estaba pensando en negociar con ella diciéndole que no guardaba el alma de aquella mujer, sí no que se la entregó a Rao quien decidió reencarnarla en la rebelde Alexandra Danvers, pero esa intención se esfumó al haberle traicionado de esta manera tomándola por sorpresa. Observa a Kara quien yacía tranquilamente dormida en su cama, con ese rostro apacible como la de un querubín.

 

-No te daré la oportunidad de interesarte en Mon-Or-

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Mi hermano había vuelto ayer, afortunadamente Lena ya se había ido o estaría en grandes problemas, tal vez me orillaría al absurdo protocolo de cortejo, además de que era demasiado sobreprotector conmigo. Ahora estábamos desayunando animosamente, sin embargo yo sentía una angustia en mi interior, de pronto Lena venía a mi mente, aunque no entendía la razón, ella solo se dedicaba a besarme o acosarme, a pesar de que estuvimos a punto de llegar a más no podía convencerme de todo, no cuando se comportaba posesiva conmigo sin ser nada mío. Al llegar al colegio mis amigos me esperaban como siempre tan iluminados por la luz del día, era una mañana perfecta aunque seguía faltándome algo.

-Les tengo que decir algo muy importante—Winn casi saltaba de felicidad—Leslie aceptó salir conmigo-

-Felicidades Winn—digo con la misma alegría que él.

-Sabía que ella vería lo bueno que eres amigo—chocan sus puños—oh y hablando del ángel—Mon señala a Leslie que esperaba a Winn—suerte amigo-

-Nada de presumir-

-Los veré en unos minutos—se alejó yendo con ella, me alegraba tanto verlo así.

-Hacen una linda pareja—digo y Mon me observa sonriente.

-¿Sabes?, cuando te vi por primera vez sentí algo hermoso, cómo si los dioses hubiesen iluminado tus hermosos cabellos dorados, sé que tú me ves como un amigo, pero yo Kara, sigo creyendo que compartimos un mismo destino-

Si no es conmigo con nadie vas a estarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora