Una... ¿Cita?.

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Hoy era la fiesta de Winn, eso me había dicho Mon, sin embargo yo no quería levantarme, he dormido tan bien que siendo domingo, solo quería quedarme todo el día en la cama, al parecer el amuleto funcionó de maravilla, creo que es tiempo de creer un poco en este tipo de cosas. Abrazasa a mi almohada sonriendo sin abrir mis ojos, tal vez si fingía estar en enferma no tendría que ir, si eso haré. Claro si fuera tan sencillo hacerlo la vida sería distinta y probablemente moriríamos, no recordaba lo que había soñado, pero si tenía presente esa voz, su acento inconfundible, era ella, aunque claro no podría estar aquí en mi habitación por más acosadora que fuera.

No obstante, eso me hacía sentir extraña, ¿por qué oí su voz en mis sueños?, esa bruja se ha metido en mi mente, no le basta con robarme besos, ahora quiere engatusarme, miserable y sensual mujer.
Escuche a mi cuñada correr por el pasillo, se le estaba haciendo tarde, apenas era prometida de mi hermano y ya parecía su esposa, admito que era divertido, cuando maldecía por lo bajo al pegarse con algún mueble mientras se vestía o ponía los zapatos al caminar.

-Kara--Tocó a mi puerta.

-Pasa--dije adormilada.

-¿Irás a la fiesta?--Oí sus tacones acercándose.

-Sí--hundí mi cara en la almohada con fastidio.

-Pero por favor controla tu euforia--sarcasmo nato--solo te recuerdo que los El, nunca faltan a su palabra-

-Ya entendí mamá-

-Por Rao--sin verla se que elevaba las manos al cielo--Nos vemos en la tarde, portate bien-

-Siempre-

Sabiendo que Mon llegaría puntual, me levanto de la cama arrastrando las sabanas atoradas en mis pantalones, tomo una ducha rápida para después salir con mi bata de baño, faltaba media hora así que tenía mucho tiempo, me pongo una camisa manga larga blanca, jeans azules y mis converses del mismo color, decido dejar mi cabello suelto ya que es una fiesta, veía borroso así que me pongo las gafas viendo perfectamente ahora, baje a la cocina para prepararme una malteada, debía aprovechar estar sin supervisión.

Me senté en el sofá de la sala unos minutos viendo la TV hasta que el reloj marcó la hora, salí de la casa después cerrando bien y me pareció extraño que aun no hubiese llegado, demasiado diría yo, sé que debí darle mi número de teléfono pues no sabía como comunicarme con él.

Opte por esperar sentada en las escaleras de la entrada, estaba tan atenta a mi celular, riéndome de los vídeos que veía que cuando escuché un auto creyendo que era él me levanté sin dejar de ver mi celular, pero al alzar la mirada, juro que casi se me salé el corazón del susto.

Lena Luthor me veía con un gesto divertido y malicioso recargada en su auto, un Ferrari negro, muy hermoso, para mi sorpresa no traía su chaqueta, solo una camisa negra perfectamente bien planchada, jeans azules como los mios y unas botas de tacón ligeramente altos, su cabello suelto y como siempre esas gafas negras.

-Hola guapa, ¿Esperas a alguien?-

-A Mon, no debe tardar en llegar--retrocedí a los escalones de la casa tomando asiento nuevamente--Lindo auto por cierto-

-Gracias--maldita sea ahora viene hacia acá--Aunque si alguien es linda aquí, esa eres tú--se sentó a mi lado observándome.

-¿Qué desea?--pregunto evitando su comentario.

-A ti por supuesto--esta vez no me molesto solo sonrió y eso la confunde.

-Lo siento profesora pero eso no pasará-

-¿No?--levantó una ceja con gracia.

-No, ahora responda correctamente a mi pregunta por favor-

Si no es conmigo con nadie vas a estarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora