Caramelos de cianuro »KrAy

Congrats honey

Tú sólo quieres atención, no quieres mi corazón. Tal vez odias pensar en mí con alguien más.
Attention- Charlie Puth

YiXing miró la recepción de su academia, esperó en silencio durante largos segundos y luego, sonrió al acercarse a la barra para poner una firma sobre un contrato de propiedad. ZiTao, que vestía un elgantre traje como siempre, suspiró acariciando amistosamente el hombro del bailarín, felicitándolo por ese logro.

—Con este contrato oficialmente este edificio es tuyo, tal y como lo pidió YiFan, todo está a tu nombre.

—Gracias —dijo YiXing dejando la pluma un lado y extendiendo los brazos al rededor del abogado para abrazarlo— también esto es gracias a ti ZiTao, en serio lo valoro.

—Aww, YiXing no agradezcas, también me ha gustado colaborar.

—Seguirás por aquí ¿verdad? —cuestionó separándose para ver al rededor— aún falta la inauguración.

—Sobre eso, ya he mandado a hacer algo de publicidad, también buscaré algunos patrocinadores. Ya verás, esto será en grande.

—Gracias ZiTao, eres un ángel.

—Lo sé, obvio que lo soy.

El bailarín empezó a reír, cerrando la carpeta de contrato para dársela al ajeno.

—¿Puedo pedirte otro favor, Tao?

—Dispara.

—Aún tengo que hacer un reclutamiento para los profesores ¿crees que puedas ayudarme un poco?

—¡Definitivamente sí! —se emocionó el abogado sacando su móvil— creí que no lo ibas a pedir, yo te ayudaré y oh, tengo a un profesor perfecto.

—¿Si?

—Por supuesto que sí —ZiTao tomó la carpeta y se despidió como pudo— déjamelo a mí, yo te lo resuelvo y te llamo luego ¿te parece?

—Claro.

—Vale, me tengo que ir, me están esperando en los juzgados, nos vemos luego YiXing.

—Nos vemos TaoZi...

El abogado le sonrío por lo adorable que sonó su nombre y luego, sólo salió del edificio perdiéndose en la calle. Una vez solo, YiXing suspiró fuertemente y empezó a saltar por todos lados con felicidad flotando al rededor. Su sueño estaba a punto de volverse en una realidad y eso sin duda era momento para celebrar. Pensó rápido en YiFan y en todo lo que le iba a contar regresando a casa, planeando desde ya un lugar donde pedir buena comida.

No podía estar más feliz en ese momento, la academia creciendo, las cosas con YiFan ya arregladas, aquel problema con su padre que le dio dolor de cabeza un rato pero que entonces ya había mejorado. Estaba en ese punto de su vida en el cual era hasta bonito respirar. Con los ánimos por el cielo se apresuró a revisar la fachada del edificio, corroborado de nuevo que su sueño en verdad estaba siendo realidad.

Cuando entró de nuevo escuchó al claxón de un auto y dirigió la vista ahí, sabía que era Chen porque el inconfundible audi negro nadie se lo quitaba de encima. Esperó unos segundos adentro, mientras veía como dos hombres en trajes azules ingresaban cuadros enormes, protegidos por un plástico transparente.

Confundido esperó a por una explicación y no fue hasta que miró a Chen entrar con esa grande sonrisa, que entendió todo.

—Hola director Zhang, buenas tardes —saludó propio el pintor—, traigo un presente, espero que sea de su agrado.

—¿En serio Chen?

—¡Muy en serio! Estuve trabajando en ellos desde hace un tiempo y sólo estaba esperando el momento para traerlos.