Tasty

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No es mi culpa, si en cuanto los veo preparados para lanzarse sobre mí.  No es mi culpa si escucho al rededor "eres una L.O.L.I.T.A.".
Yo Lolita- Alizee



LuHan abrió los ojos con sorpresa, durándole poco el gustillo cuando encontró excitante lo que narraba su amigo. YiXing no quitó ni un momento la almohada de su cara, sentía tanta vergüenza por lo ocurrido con YiFan tres días atrás. Y es que LuHan no ayudaba mucho exagerando sus reacciones.

Después de haberse corrido en la nueva alfombra, de su nueva casa, con su nuevo jefe, YiXing se instaló definitivamente ahí. YiFan le recordó hacer sus compras, le pasó una cheque, su número telefónico y le dedicó un rato íntimo en compensa por su actuación. Mimos que no parecían venir del mismo hombre que le dejó un fuerte dolor en el culo.

Pasaron tres días sin comunicarse, YiFan le comentó lo ocupado que estaría así que no insistió, también la vergüenza lo mataba y lo llevó ahí, a donde LuHan moría por los detalles.

-¡No puede ser justo! -retomó LuHan, sacándose la paleta de la boca para hablar mejor- seguro que a mister Wu le dura más de ocho minutos parada, tienes tanta suerte que te envidio.

-Han ¿podrías darte cuenta de lo que te digo? -YiXing se sacó la almohada y la echó lejos- ¡Me porté como un mocoso! ¡un infantil y vil puberto!

—Lo único que estoy entendido es que eres un paranóico con demasiada frustración sexual —LuHan le echó una mirada sugestiva a su amigo y este no pudo hacer más que esconderse otra vez bajo la almohada—. Ya, tranquilo, no es nada malo.

—Me siento... extraño.

—A ver YiXing. Es trabajo y en el trabajo siempre hay que reinventarse ¿vale? Es algo que jamás hiciste y ok, pero no es el fin del mundo. Escucha, YiFan sólo busca placer.

—Lo sé.

—¡Si ya lo sabes no te pongas los moños! —exclamó el de cabellos claros, bajándose de la cama para ir hasta la ventana.

YiXing pensó y pensó otro rato en silencio, lo último en lo que podía pensar era en YiFan. Ese hombre con quien no había pasado ni un mes y ya le estaba poniendo el mundo de cabeza. Ni siquiera entendía cómo cambiaba tan fácil con la tensión sexual latente, pero luego de que el señor Wu se fuera, era un manojo de nervios y sonrojos. LuHan tenía razón, si quería su academia, debía hacer bien su trabajo.

Pensando en su estúpido y sabio amigo, YiXing se retiró la almohada de la cara, miró a su derecha y encontró al otro pegado a la ventana. Con duda se acercó, buscando con la mirada lo que veía.

—¿Y tú?

—¿Yo qué? ¿No estabas autolamentándote hace un rato? —LuHan se encogió en hombros y sonrió—. Mientras llorabas como niña en la cama, yo he tenido la suerte de disfrutar de la vista ¿Por qué no me dijiste que algunos departamentos tienen piscina?

—No sabía que las tenían, yo sólo elegí este porque es bonito.

—Pues amigo mío, elegiste uno con perfecta vista —LuHan señaló por la ventana hacia un lado.

Ahí, donde señalaba LuHan, justo al departamento de al lado, había un apartado para una piscina pequeña. Pero él no sólo se refería a lo llamativa que era, sino a la persona que daba un espectáculo mientras nadaba. Un hombre musculoso, de piel un poco bronceada que contrastaba con su cabello rubio, a causa del agua no se podía ver más allá, pero hasta entonces era suficiente para saciar su curiosidad.

El hombre paró, con ambas manos echó su cabello para atrás y gotas de agua resbalando hacia su espalda, cosa que sólo causó un brillo en su torneado cuerpo. LuHan empezó a morder su propia camiseta.

Caramelos de cianuro »KrAyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora