Just a little complicated

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Me da sed, estoy tan sediento, te quiero. Nunca lo fingiré cariño, si sólo somos nosotros dos.
Animals- Super Junior






































Eran casi las tres de la mañana, pero no había tiempo para el sueño en esa habitación.

La única luz era la de la luna filtrándose por la puerta, cortinas moviéndose junto al viento mientras los sonidos de la noche recordaban lo cómoda e íntima que era la madrugada.

Pero aún más dentro, donde el calor ganaba y los sonidos de placer reinaban, dos cuerpos perlados en sudor bailaban en misma sintonía. Pieles chocando, rozándose de forma armoniosa y a ratos desesperada. Bocas besando todo, dedos suavizando el placer y susurros que íntimamente subían la necesidad.

YiXing estaba bajo Chen, disfrutando de la vista que el pintor regalaba mientras se empujaba más dentro. El miembro de Chen desaparecía a ratos entre sus piernas, el abdomen se contraía y daba una perfecta visión de su trabajado cuerpo. Era excelente, Chen sabía donde tocar, a qué ritmo ir, cómo hacer al bailarín querer más, pedir más.

Por su parte, YiXing gemía en sus brazos, acariciaba sus hombros y apretaba cuando el dolor era convertido en placer. Estaba aferrado a esa fantasía y nadie podía quitarle de la cabeza que Chen desnudo era un espectáculo único. Su próstata constantemente fue golpeada, el golpe de la cabecera de la cama a la pared dejaba claro la fuerza en cada estocada y YiXing, no podía hacer nada más que dejarse llevar por todas esas sensaciones.

El pintor tomó el miembro de YiXing entre sus dedos y empezando a acariciarlo, dejó que el menor se derritiera en placer. Chen bajó a su boca, mordió su labio inferior y se quedó quieto. El ajeno no paró ni un segundo de gemir.

—Más.

—¿Seguro? —preguntó Chen, deslizándose otra vez afuera y empujando tortuosamente lento— ¿te gusta, YiXing?

—Oh, Chen, me encanta.

La sonrisa casi gatuna del pintor salió a relucir, YiXing juró no olvidar aquella característica única del ajeno. Mucho menos el cómo lo estaba tomando, la forma de moverse de Chen era gloriosa.

Chen movió la pelvis con más ritmo, en ondas, mientras YiXing apretó los dedos de sus pies. Estaba siendo consentido y nada podía hacer que no disfrutara de eso. Los gemidos eran fuertes, la palabras obscenas hicieron aparición y YiXing, con su experiencia, empezó a jugar, descubriendo que el pintor era otra persona en la cama.

El miembro de YiXing lloró un poco, entonces Chen supo que no podía dejarlo desatendido. Sus dedos jugaron con la cabeza, sacándole un pequeño grito al bailarín.

—Di mi nombre.

—Chen, infiernos, sí ahí.

—¿Qué?

—Tócame Chen, por favor, por favor...

—Más fuerte.

—¡Oh daddy, más!

La gota que derramó el vaso. YiXing no se contuvo, Chen lo tomó como un alago.

Caramelos de cianuro »KrAyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora