L'incatesimo [One Piece] [Alternative Universe]

Cinderella Crush

¡Buenas! Hoy os traigo un capítulo especial muy divertido. Me surgió la idea cuando estaba escuchando una canción y tenía que escribirla sí o sí. Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí escribirla. AVISO: nada de lo que aparezca es canon. Mañana habrá capítulo nuevo, así que disfrutad de este especial. P.D: la historia está basada en la Cenicienta de Disney del año 2015, por lo tanto el periodo coincide aunque aparezcan elementos anacrónicos. 

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De los labios de Freesia salió un suspiro al sentarse en uno de los poyetes de las escaleras de la puerta principal de lo que antaño había sido su hogar. Pero ahora una cruel mujer que había invadido de ponzoña el corazón de su difunto padre se había hecho con su mansión y granja. Freesia bajó su mirada a sus pies descalzos llenos de heridas y sucios a causa de las cenizas de las chimeneas que cada mañana se dedicaba a limpiar después de haberles hecho el desayuno a su madrastra y a sus hermanastras. Si su padre tan solo estuviese con ella, podría renovar sus ánimos cada mañana al esperar ver su sonrisa estampada en sus labios, pero ahora nada de ello ocurría. Su rostro prácticamente era el fantasma de un recuerdo desdibujado.

Alzó la mirada hacia el oeste, donde aquella noche se celebraría un gran baile en el Whole Cake Chateau, un palacio de ensueño donde le hubiese encantado pasear. Pero aquello no sucedió, ya que se había quedado sin vestido, pues el que había remendado ella lo habían destrozado sus hermanas para que no pudiese acudir al baile. Freesia no comprendió aquella rabia, ella no era para nada hermosa, su cabello podría ser rubio platino y sus ojos azules, pero sabía de sobra que su rostro no rebosaba de beldad, por lo que el supuesto miedo de eclipsar sus hermanas era totalmente infundado.

A lo lejos escuchó el sonido de los animales de la granja, se incorporó y anduvo hasta uno de los corrales donde las gallinas se encontraban muy agitadas a pesar que el sol comenzaba a descender por el horizonte tiñendo el banco de nubes de tonos naranjas y rosas. Freesia se apoyó en uno de los maderos que conformaban en la baranda de la valla. Oyó unos ruiditos a su lado y se encontró tres ratones, dos negros y uno de un color más claro, este tenía una cicatriz que le cruzaba el ojo izquierdo impidiéndoselo abrir. Uno de los ratones negros tenía una cicatriz debajo de su ojo izquierdo y era el más inquieto de los tres; el otro, tenía un hocico más largo de lo normal.

—¿Qué vuestra noche, chicos? La mía horrible.

Los ratones hicieron un ruidito de lástima pero después los tres se alzaron sobre sus patitas traseras y movieron sus orejas en la dirección donde se encontraba el huerto, antes de que la chica pudiese hacer nada más salieron corriendo en la dirección donde se encontraban las calabazas. Freesia, desconcertada por la reacción de los ratones, les siguió hasta el huerto.

Allí vio como entre la maleza algo se movía, ella se asomó precavida y vio que de esta salía una cabellera naranja. Freesia se dio cuenta que era una persona que se había quedado atorada entre la maleza, por lo que estiró sus brazos, la tomó y la sacó de estos sin mucho esfuerzo. Dejó a su lado una chica más alta que ella de cabellos naranjas y ojos marrones, vestida con un crop top de perlas y una falda larga y vaporosa que parecían las olas del mar. La chica sacó de su escote una varita blanca y naranja.

—Gracias por salvarme. Soy Nami—se presentó aquella extraña chica tendiéndole la mano.

Freesia se la estrechó extrañada y no pudo evitar preguntar.

—¿Qué hacías en mi huerto?

—¡Oh, vaya!—contestó Nami mirando hacia el cielo y frunciendo el ceño—. Debí caerme de Zeus, esa nube glotona no puede evitar comerse las nubes de tormenta—al ver el rostro de incredulidad de Freesia sonrió de oreja a oreja—. Soy un hada.