15. La Pira

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¡Hola! ¿Qué tal estáis? Estamos a punto de llegar a las trescientos lecturas. Dentro de poco empezaremos nuevo arco. Espero que os guste el nuevo capítulo.


La hoguera restallaba y se movía de un lado hacia otro como si bailase al son de la música que el mismísimo Rey del Soul estaba tocando en aquel momento en la playa de Sabaody. Una gran pira rodeada de piedra para que el fuego no se propagase por la arena estaba encendida en una de las calas más habituadas por los ciudadanos de la prefectura. Aquel día era especial, era el último día de agosto y el Soul King celebraba una fiesta en la playa para celebrar el inminente fin del verano. Brook había contratado a un par de músicos más que eran bastante famosos en la prefectura con los que estaba tocando en una tarima colocada improvisadamente sobre la arena blanca de la cala. Por su parte, Jewelry y Freesia repartían bebidas a los asistentes y cuidaban que estos no se cayesen de lleno en la fogata.

En aquel momento Freesia se encontraba entre todo el gentío en la playa tocando una flauta y cantando una canción en un idioma desconocido para los oídos de los habitantes de la prefectura. Pero lo que estos no sabían que aquel lenguaje también era desconocido para la propia cantante, quien seguía la letra haciendo un gran esfuerzo por acordase de un idioma que no entendía. Aunque en lo más profundo de su cráneo le decía que se trataba de una canción que cantaban los viejos lobos de mar, sobre un amor imposible entre una humana y un ser sobrenatural de carácter destructivo.

La chica rubia cantaba con voz melodiosa y con suerte los asistentes no se enterarían si ella desafinaba porque desconocían la melodía. Ella se movía de un lado hacia otro bailando con los asistentes mientras cantaba. Su larga falda verde botella se enroscaba sobre sus piernas desnudas a cada vuelta que daba, su camisa blanca se pegaba a su espalda debido a la humedad del mar y su cabello recogido en una larga trenza se movía de forma pendular y volaba a cada vuelta y salto que daba. Sentía que en cualquier momento iba a desfallecer por el ritmo del baile y de la canción, a pesar de que tenía buena resistencia física, eso de cantar y bailar al mismo tiempo le parecía una tarea harto imposible, en la que en cada silencio tomaba una larga bocanada de aire. Y su rostro se teñía de rojo cuando tocaba la flauta. Una ligera capa de sudor le recorría la frente y la nuca. Sus pies descalzos sorteaban con maestría los montículos de arena sin tropezar y caer.

Cuando iba por la última parte de la canción creyó ver algo conocido por el rabillo del ojo, pero se forzó a sí misma a no detenerse y en la siguiente vuelta poder mirar con más detenimiento. Se quedó sin respiración por unos segundos, sintiendo que su corazón brincaba intentando salir de su pecho. Pero ella cerró los ojos y continuó la canción intentando dejar la mente en blanco para no distraerse. Cuando las últimas notas de la flauta resonaron por la cala, la guitarra de uno de los músicos comenzó a sonar encadenando una canción con otra sin dar cuartel a los invitados.

Freesia sorteó a las personas de a su alrededor y se dirigió a la tarima colocada casi en la orilla del mar, se subió a esta y echó un fugaz vistazo a sus espaldas, después le pidió a Brook que le diese un pequeño descanso. Este aceptó encantado ya que había hecho más de lo que él pedía y había animado a los invitados. Por lo que ella dejó la flauta sobre la madera y se bajó intentando disimular su prisa y sus nervios. Se pasó una mano por su trenza y caminó hacia una de las dunas de la playa.

Se acercó a él tímidamente y rezó para que con aquella oscuridad él no notase cómo sus mejillas estaban rojas, y no precisamente de tocar la flauta y bailar sin descanso. Ella alzó su mirada y tragó saliva sintiendo sobre ella la poderosa mirada de Katakuri.

—¿Qué haces aquí?

Ella esperó una respuesta inmediata o al menos que él se adelantase a lo que ella iba a haber preguntado, pero ninguna de las dos cosas sucedió. Él se mantuvo en silencio observándola sin ninguna emoción aparente en sus ojos, por lo que Freesia se removió en su sitio, echó un breve vistazo hacia el escenario improvisado y al ver que su jefe no tenía ningún problema ser relajó un poco más y deslizó su mirada hacia el hombre que se encontraba delante de ella. Katakuri le hizo un ademán para que le siguiera y echó a andar hacia el lado izquierdo de la playa. La chica lo miró ligeramente desconcertada, y al comprobar que este le sacaba mucha distancia y que podría perderlo de vista echó a correr hacia él.

L'incatesimo [One Piece] [Alternative Universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora