27. La sorpresa

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El sonido de una canción de pop comenzó a sonar despertando de la somnolencia a Freesia quien estaba a punto de quedarse dormida sobre su plato de la cena. Parpadeó y miró hacia todos los datos para verificar si Nami se había dado cuenta. Por lo que pinchó un trozo de filete y se lo llevó a la boca observando como su compañera de piso se levantaba de la silla del comedor y caminaba hacia el salón para tomar su móvil, mientras esta mascullaba que quién llamaba a esas horas.

Nami habló unos segundos por el teléfono, Freesia tomó el vaso de agua y dio un trago, pero el grito que dio la pelirroja le hizo atragantarse y toser. Se levantó de la silla inspirando por la nariz para toser un par de veces más y acudir al salón donde Nami estaba. Se la encontró dando saltitos en el sitio con una sonrisa ilusionada en la boca. Freesia la miró con una ceja enarcada y se limpió la boca y la barbilla húmeda con la manga de su pijama. Cuando Nami terminó de hablar ilusionada por el móvil Freesia le preguntó.

—¿Qué pasa?

—¡Vivi! Se casará dentro de una semana—contestó Nami tomándole de los hombros con una sonrisa feliz en sus labios, Freesia le imitó—. Y nos ha invitado a la boda.

—Ah...

—A ti también Freesia.

Ella dio un respingo y miró a Nami como si le hubiese salido una seta de la cabeza.

—¿Por qué a mí también?

—Porque le caíste bien cuando nos conocimos en casa de Robin, me ha dicho que está encantada que tengas un nuevo trabajo. Y le encantaría que vinieses con nosotros.

—¿Nosotros?

—Todos los Strawhat. La semana que viene nos iremos a Arabasta. Vivi nos comprará los billetes y nos dejará alojarnos en su casa.

Freesia fue a hablar, a preguntar cómo es que iban a caber todos en aquella casa. Cómo Nami iba a escaquearse de su trabajo de una semana, pero el hilo de sus pensamientos fue cortado cuando Nami le planteó una pregunta muy importante. Por lo menos para la pelirroja.

—¿Y qué diablos me voy a poner para la boda? Tengo muchos vestidos, pero no creo que ninguno de ellos se encuentre acuerdo con el estilo de una boda tradicional de Arabasta.

—Podrías comprar la ropa ya allí—contestó Freesia con tranquilidad, cuando a Nami le brillaron los ojos, ella esbozó una sonrisa, pero después la borró y frunció el ceño—. Lo que no sé podré ir con el trabajo. De todas formas puedo hablarlo mañana con Smoker.

—Los de mi empresa me deben un par de días y otros que se los puedo sacar, así que yo tengo todo arreglado.

Freesia asintió y volvió a la mesa, se sentó con un suspiro y miró con pena el filete que había delante de ella. Ojalá el capitán Smoker la dejase ir, nunca antes había acudido una boda e ir a una de una persona de gran importancia como era Vivi tenía que ser algo muy bonito. Sobre todo ir a otro país donde la cultura era totalmente diferente, por lo que había oído de Robin en Arabasta había grandes estructuras hechas de piedra en forma de pirámides.

Freesia tragó saliva al notar que la mirada castaña de su superior se posaba en sus ojos y cómo este fruncía el ceño. Ella tiró de una de las esquinas de sus labios sintiendo que toda ella temblaba con uno de los deliciosos pudines que Sanji preparaba. Le acababa de decir a su capitán que problema que tenía. Smoker tomó unos de los documentos que formaban una pila en su escritorio de madera y metal. Lo leyó por encima para después subir la mirada a Freesia y rascarse el mentón con sus guantes.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2018 ⏰

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L'incatesimo [One Piece] [Alternative Universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora