L'incatesimo [One Piece] [Alternative Universe]

19. Il cristallo

De sus labios salió una nube de vaho que ascendió hasta unirse con el aire y las nubes que cubría el cielo del Barrio Comercial aquella tarde de invierno. A pesar que había acudido con antelación como Sanji le había recomendado, habían acudido muchas personas aquel día. Dentro de unas cuantas semanas sería el día de navidad y las personas se harían regalos a los unos a los otros. Freesia apretó los puños, notando cómo sobre su pecho se abría un agujero de angustia. Aunque aquellas navidades las pasase sola podría darle su regalo a Nami al día siguiente. Apartó aquellos pensamientos de disgusto y culpa de su mente echando a andar donde se encontraban todas las tiendas de aquella gran vía.

Habían decorado los locales con pequeñas luces de colores y con pequeños árboles de navidad. El ambiente tenía un aroma mezclado entre la lluvia inminente y el de los dulces que se preparaban en plena calle. Pasó al lado de un puesto donde vendían castañas asadas y sintió que se le hacía la boca agua, pero resistió el impulso de comprarlas ya que tenía que reservar el dinero que llevaba para Nami.

Entró en varias tiendas de ropa y miró a fondo como la gata pelirroja solía hacer, había acudido un gran número de veces con Nami a comprar ropa, por lo que prácticamente conocía su estilo de sobra. No tuvo que buscar mucho entre las tiendas hasta dar con la ropa que compró, ya que los locales se habían engalanado y habían sacado sus mejores prendas para poder vender más en la víspera de Navidad.

Terminada su tarea, Freesia decidió darse una vuelta por los locales del alrededor hasta que llegó a una gran plaza donde había una fuente en el medio, esta estaba rodeada por diversos puestos artesanales que la prefectura había colocado para que desempeñase la función de trampa para turistas. Y también para despertar la curiosidad de Freesia, aunque no su intención por comprar ya que prácticamente se había gastado todo el dinero en el presente de su compañera de piso.

Aquellos puestos estaban decorados con guirnaldas decoradas con bayas y piñas, y guirnaldas de pequeñas luces blancas que parecían copos de nieve. Los ojos azules oscuros de Freesia se movían de un lado hacia otro con curiosidad todos los elementos que vendían los puestos. Desde bolsos hasta quesos y encurtidos. Incluso alfombras. Ella se preguntó quién regalaría una alfombra para navidad.

Se quedó parada delante de uno de los puestos ya que no podía avanzar más debido a la cantidad de personas, aferró sus bolsas para que nadie le robase y se puso de puntillas para intentar lo que había delante de ella. Pero en ese momento la persona que se encontraba delante de ella retrocedió provocando que Freesia diese un traspié para que aquella persona no se chocase con ella. Así chocándose ella bruscamente con otra persona. Freesia dio un respingo llevándose su mano a la parte posterior de su cabeza, ya que se había hecho daño, y se giró para pedir disculpas. Pero se quedó con la boca abierta antes de hacerlo.

Unos ojos granates claros le devolvieron una mirada de sorpresa que en unos segundos se transformó en seriedad. Freesia cerró la boca sintiendo como sus mejillas se coloreaban de vergüenza, echó un rápido vistazo detrás de ella comprobando que las personas se habían desplazado dejando un hueco. Ella tragó saliva sin saber qué decir y bajó la mirada para intentar buscar las palabras que en ese momento no acudían a su mente. Cuando se dio cuenta que él no llevaba guantes. Alzó su cabeza de improvisto enarcando las cejas y observando intensamente a Katakuri, este la miró con brillo de sospecha y recelo.

—Te dejaste mis guantes en mi casa...Si quieres ahora...

—En estos momentos no puedo. He quedado con un cliente—interrumpió Katakuri con voz seria y ligeramente cortante.

—Oh, vale... Bueno, en otro momento puedo venir a dártelos...

—Dentro de un par de días tengo que pasar cerca de tu casa, puedo recogerlos allí.