Camino en silencio.

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Yuuri Katsuki es un enfermero de 24 años de edad. Él se encuentra atravesando una época algo tensa.

Mari, su hermana mayor, piensa casarse dentro de unos meses. Éste es un acontecimiento hermoso que tiene a toda la familia muy emocionada, el único problema era que Mari había puesto un peso algo importante en su querido hermano.

—Espero verte el día de mi boda, en pareja ¡estoy harta de verte solo! Es momento de que dejes de trabajar un poco y conozcas a alguien para tener una relación seria —le expresó la última vez que hablaron.

La joven estaba cansada de ver a su hermano trabajar turnos extras para, llegado el día de descanso, verlo encerrarse en su mundo. Solía regañarlo seguido con que debía salir más seguido.

Harta de la situación, se tomó el trabajo de armar un perfil en un sitio de citas para que probara suerte.

Yuuri tratando de complacer a su hermana, intentó salir con algunas muchachas, aunque ninguna era de su agrado; ni lo sería. Mari había creado un perfil heterosexual, pues desconocía totalmente que su hermanito preferiría salir con hombres. Aun así el joven lo intentó. Creía que si comentaba las malas experiencias, su hermana se agotara y dejaría de insistir.

Todavía quedaban unos meses para la boda. Cada semana el joven enfermero iniciaba con buen ánimo y energía, se prometía que haría lo posible por salir y conocer a alguien. Llegado el fin de semana, el pobre estaba tan agotado que solo deseaba recostarse a mirar televisión y dormir. Se decía a sí mismo que la próxima semana lo intentaría.

No podía evitarlo, su trabajo era agotador. Gracias a la falta de personal, el joven terminaba trabajando turnos extras que consumían su inexistente tiempo libre.

Admiraba cómo su compañero Phichit administraba sus tiempos. Sabía que el joven trabajaba exactamente las mismas horas que él, aun así lograba salir todos los fines de semana llegando el lunes fresco y de excelente humor. Yuuri comenzaba a pensar que su amigo tendría algún secreto para eso

—Cuando aceptes ir de fiesta conmigo, comprenderás— explicó el joven de origen tailandés cuando Yuuri preguntó por el secreto para su buen ánimo.

Cada semana Phichit invitaba a Yuuri a salir, siempre expresando sus ganas de que el mayor de los dos conozca a su círculo social. Llegado el día, Yuuri cambiaba de idea y se quedaba en casa. Quería salir con su amigo a divertirse, pero no dejaba de sentirse presionado al recordar la propuesta de su hermana. Eso lo agotaba mentalmente.

Aún no había desinstalado la aplicación de citas. Cada vez que le llegaba un nuevo mensaje, le dolía el estómago. No quería pasar otro mal momento en una cita incómoda. No, ya podía imaginarse frente a otra joven, fingiendo interés, rogando que la hora pase rápido, anotando mentalmente lo que le diría a su hermana de por qué no funcionaba su cita.

Se sentía pésimo de tener que mentir sobre sus gustos, pues, ¿qué le diría su hermana cuando lo sepa? ¿Y sus padres? Era demasiado inseguro para expresar sus sentimientos. Era consciente de que no podía pasar su vida así, en algún momento debía enfrentarlos y aclarar el por qué no tenía novia.

Siempre usaba la excusa de no tener tiempo para una relación por su trabajo. Su horario le impedía conocer a alguien nuevo. Los días de descanso era cuando notaba cuán solo estaba. El silencio de su departamento pasaba de ser un placer a hacerlo sentirse vacío. Eran esos momentos cuando anhelaba tener a alguien con quien hablar o abrazar a la hora de descansar.

Camino A Tu Lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora