Camino A Tu Lado.

Sentimientos que florecen.

El malestar ocasionado por la resaca del día anterior había desaparecido. Yuuri se sentía renovado, el descanso y los cuidados recibidos el día anterior habían dado sus frutos. Trataría de recordar esos síntomas para la próxima vez que decida beber tanto.

Lavaba sus cabellos en la ducha, relajando su cuerpo, preparándose para ir a la cama. Todo era normal, solo que un pensamiento lo tenía algo incómodo, y eso estaba relacionado con lo ocurrido hace unas horas.

Había despertado sin abrir del todo sus ojos, por la posición dedujo que, otra vez, se había quedado dormido en el sillón. Aún no tenía ánimos de ir a la cama ya que el lugar donde estaba se sentía muy cómodo.

Su cuerpo se sentía cálido, como si el calor corporal de alguien más lo estuviese envolviendo, su nariz percibía un aroma delicioso que se sentía como caricias a su olfato. Se acurrucó un poco más cerca de esa linda sensación y fue entonces cuando percibió la respiración pausada de alguien más a su lado.

Su corazón casi sale de su pecho al recordar que Viktor había ido a verlo y él se quedó dormido, no sólo eso, ¡Viktor también se había dormido! ¡Estaba allí, a su lado!

Intentó calmarse, comprendió que debía aprovechar esos minutos, después de todo, podría ser la única vez en mucho tiempo que logre dormir así en compañía de alguien, o mejor dicho, la única vez que tenga a VIktor así de cerca.

Acercó su nariz hacia el cuello del doctor para percibir ese aroma, disfrutó de él hasta que fue suficiente, luego se alejó un poco para ver su rostro, parecía increíble pero era hermoso hasta dormido, sus claras pestañas, la forma de su nariz, sus apetecibles labios. No resistiendo el impulso puso su mano sobre las mejillas ajenas, sus dedos estaban tibios apreciaron el calor que el rostro del doctor emitía al dormir.

Lentamente se separó de él comprendiendo que su momento íntimo debía terminar, sin imaginarse que Viktor estuvo despierto todo ese tiempo y disfrutó de los tímidos roces que Yuuri había hecho.

Luego de disculparse por haberse dormido, VIktor se retiró para dejarlo descansar, no sin antes asegurarse que Yuuri estaba mejor y no necesitaba nada más. Yuuri se recostó una vez más sobre el sillón para responder los mensajes que se habían acumulado durante el día, la mayoría eran de Phichit quien quería asegurarse de que éste siguiera vivo, Yuuri le respondió pensando en omitir los detalles de los cuidados del doctor NIkiforov, aunque al estar en el sillón la fragancia del perfume de Viktor seguía allí, Yuuri inspiró ese rico aroma y con más motivación procedió a comentarle a su amigo lo sucedido:

—¿Me estas diciendo que dormiste a su lado y no te atreviste a besarlo? —preguntó inquieto Phichit, quien luego de recibir semejante noticia llamó a su amigo—. Me rompes el corazón ¿Estás seguro de que te gusta?

Yuuri sonrió nervioso, rascó su mejilla y le respondió:

—Claro que me gusta, fue un sueño tenerlo tan cerca. No me gustaría que nuestro primer beso fuese así, es decir, sé que nunca volveré a tenerlo tan cerca. Es solo que... No quiero besarlo si él no esta de acuerdo.

Phichit suspiró resignado, aunque no estuviera de acuerdo con los actos de su amigo comprendía lo que quería decir.

—Entonces debes lucirte en tu cita con él viendo a Yurio, ¿es la próxima semana verdad?