Desayuno y besos.

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Se tomaron el tiempo suficiente para llenarse de besos y torpes palabras cursis. Ambos se sienten como dos adolescentes que acaban de descubrir el sabor de los besos, ese sabor especial que los invita a dejarse llevar y desear que ese instante jamás se acabe.

La bella sensación del calor en sus rostros y las cosquillas de la respiración ajena. Bello e íntimo momento que acaban de descubrir y esperan nunca salir de esa burbuja.

Viktor siente que los besos de Yuuri son los mejores, no recuerda haber besado antes a alguien de esa forma, ni siquiera recuerda su último beso. El joven japonés que lo besó de sorpresa ahora le brinda una sensación que lo invita a dejarse llevar.

Por otro lado, Yuuri no puede dejar de saborear los labios ajenos tan bellos como los imaginó. Comenzó a adorar el poder abrir sus ojos y verse reflejado en los azules de Viktor.

El ambiente era tan tranquilo que ambos habían olvidado donde estaban, hubiesen seguido así si no fuera porque alguien abrió la puerta de repente.

—Lo siento chicos, ¡abrochen sus pantalones! Debemos volver al trabajo. ¡Tenemos una emergencia y ya conocen las reglas! — avisó Chris. Luego Elevó una ceja divertido al ver como tanto Yuuri y Viktor se separaban de repente e intentaban disimular sus sonrisas plenas. Viktor volteó arreglando su flequillo mientras Yuuri se colocaba sus gafas que estaban en el bolsillo.

El japonés acomodó sus prendas rápidamente, les hizo una leve reverencia y se retiró del lugar.

Viktor se dirigió al escritorio para acabar de ordenar el papeleo que había dejado a medias, Chris se apresuró a pararse a su lado para molestar a su amigo

—¿Y bien? ¿Cómo se lo dijiste? Veo que no perdieron el tiempo.

—No se lo dije, él me besó —afirmó elevando la vista y dejando ver un pequeño sonrojo en su rostro.

Chris dio un pequeño gritito y se tiró sobre su amigo para abrazarlo.

—¡No lo puedo creer! Se te adelantó. ¡Quiero detalles!

La conversación fue interrumpida cuando Mila les golpeó la puerta avisando que aún estaban en su lugar de trabajo y los necesitaban a ambos. Chris recordó que debía apresurarse por lo que se retiró sin decir más.

Yuuri llegaba a la sala que compartía con sus compañeros con una sonrisa de oreja a oreja que no podía disimular. Aquello no pudo ser obviado por Phichit quien no perdió el tiempo en sujetar a su amigo para tomarse una foto y bautizar ese momento: "La noche en que el amor llegó al hospital". Aunque Yuuri moría de vergüenza, no pudo evitar reír por las ocurrencias de su amigo.

—Yuuri, creo que Viktor olvidó limpiar aquí—. Señaló Phichit parte de la mejilla del japonés donde estaba una pequeña mancha azul.

Quería seguir molestando a Yuuri, pero Sara apareció para recordar que su noche laboral recién comenzaba.

El turno agotó a todos, aunque hubiesen querido pasar la jornada comiendo los cupcakes de la madre Katsuki el labor era lo primordial. Un accidente de tránsito los mantuvo ocupados casi toda la jornada, dejándolos sin tiempo para terminar de celebrar.

Camino A Tu Lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora