Virgen y Embarazado [KOOKJIN]

Virgen y Embarazado XXI

-Recuérdame por qué Sun Hee no sabe de esto.-decía JiSoo mientras bajaba del auto, sosteniéndose del brazo de su pequeño bebé.

-JungKook creyó mejor que ella no supiera nada, si ayer le hubiéramos dicho entonces hubiera hecho una fiesta y, en este tiempo de guerra, no hubiera sido muy bueno.-decía Jin caminando detrás de Jennie y Kook, su madre sostenía del brazo a su futuro esposo y no, no era por cariño, era para asegurarse de que no fuera a escapar.

El día anterior, luego de la euforia de la propuesta, habían acordado que se casarían al otro día fingiendo ir a casa de sus madres, por temas de su noviazgo simplemente, para que ellas fueran sus testigos y le dieran el permiso a Jin de casarse. Aún era menor de edad y a pesar de que el mayor fuera su pareja destinada, eso no les daba derecho a dar un paso tan grande como lo era el matrimonio. Jennie estuvo a punto de disparar con la escopeta cuando se enteró, necesitaron de JiSoo como escudo para evitarlo y algunas lágrimas de su parte. Ella seguía sin estar de acuerdo, pero había aceptado que se casaran, después de todo su nieta necesitaba otro padre y ese alfa era buen partido. Amaba a su pequeño bebé y eso fue lo único que importó para darles permiso de casarse.

Estaba emocionado, muy nervioso también. Se había puesto lo más bonito que había conseguido y la mayoría de color blanco. Kook, por otro lado, había vestido todo de negro y lo más formal posible. Se veía apuesto, bueno su alfa siempre se veía apuesto, pero en esa ocasión se veía mejor ¿acaso sería porque se convertiría en su esposo? Probablemente.

Ingresaron al registro civil. JungKook lo miró con una sonrisa, se veía tranquilo y muy feliz, él se calmó cuando conectaron miradas. Dejó de temblar cuando tomó su mano en el momento que JiSoo se separó para ir con Jennie y sostenerla. Ellos se dirigieron con la jueza, a tiempo según la hora acordada el día anterior y con el permiso de sus madres ya establecido.

-Bien, señor Jeon, señor Kim ¿listos para empezar?-preguntaba la alfa, una sonrisa amable en su rostro.

Ambos asintieron, tomados de la mano y escuchando lo que la jueza decía con respecto al matrimonio. Jin casi ignoró todo cada vez que veía de reojo a su pareja, quien parecía emocionado, sonriendo tan adorablemente que su corazón latía un poquito más rápido cuando lo hacía. Se sentía en uno de sus sueños, esos que tuvo en algunas ocasiones con su, en ese momento, crush. Sueños donde se casaba y se convertía en Jeon Seok Jin para luego despertar solo en su habitación y recordar que Jeon JungKook no era más que un casanova de su escuela que nunca se fijaría en él.

Sin embargo ahí estaba, a punto de convertirse oficialmente en el esposo de ese alfa fuerte y apuesto, el alfa al que llevaba amando por muchos años. Había cumplido su sueño de una manera tan irreal que parecía que su realidad se había fusionado con su imaginación. Pero la mano grande sosteniendo la suya y el característico olor de su pareja le dejaba en claro que todo eso era su realidad. La realidad más hermosa que había vivido.

-Kim Seok Jin ¿acepta por esposo a Jeon JungKook, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?-sus miradas conectaron y no tuvo duda alguna.

-Acepto.

-Jeon JungKook ¿acepta por esposo a Kim Seok Jin, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?-su alfa sonrió y besó el dorso de su mano antes de dar su respuesta.

-Por supuesto que sí.

Culpó a su embarazo por volverlo tan sensible y hacerle ignorar el resto, teniendo que retener las lágrimas al momento de firmar en el papel antes que JungKook. Cuando sus madres firmaron, la jueza dio permiso a Kook de besarlo y ellos no esperaron para eso. Sus labios se tocaron con cariño y algo de lágrimas, su ahora esposo sonrió ante eso pero no dejó de besarlo.